Acabamos de tener una investidura fallida. La candidatura de Sánchez basada en el Acuerdo PSOE-Ciudadanos ha tenido la oposición de todo el resto de fuerzas parlamentarias, con la excepción de la diputada de Coalición Canaria. Ante esta realidad, el PSOE y C’s se han lanzado a una campaña anti-Podemos con gran parte del aparato mediático […]
Acabamos de tener una investidura fallida. La candidatura de Sánchez basada en el Acuerdo PSOE-Ciudadanos ha tenido la oposición de todo el resto de fuerzas parlamentarias, con la excepción de la diputada de Coalición Canaria. Ante esta realidad, el PSOE y C’s se han lanzado a una campaña anti-Podemos con gran parte del aparato mediático a todo gas.
Antes de reflexionar sobre los argumentos de esta campaña, conviene recordar un par de cuestiones. La primera es sobre la génesis de la crisis. En mi opinión, esta crisis es producto de las políticas neoliberales que se vienen aplicando desde finales de los setenta del siglo pasado. Constituyen lo que se ha venido en llamar globalización neoliberal, que se basa fundamentalmente en la deslocalización de empresas para rebajar salarios y condiciones de trabajo, la desregulación laboral, la desregulación financiera y la preponderancia de la especulación sobre la economía real, y en la privatización de servicios y bienes públicos. La aplicación de estas políticas ha provocado un gran incremento de la desigualdad y del endeudamiento privado, y una sucesión de burbujas financiero-especulativas, una de las cuales -la inmobiliaria-financiera- es el desencadenante próximo de esta crisis.
La segunda cuestión es que las políticas aplicadas durante esta crisis han supuesto una profundización de la misma. Sin olvidar el papel fundamental de la UE sobre estas políticas, se podrían resaltar: dos reformas laborales que han traído un gran deterioro y precariedad laboral; políticas de austeridad o de ajuste fiscal vía reducción del gasto social y reformas fiscales regresivas; rescates y ayudas a los bancos, responsables principales de la crisis; privatizaciones de bienes y servicios públicos; y recorte de todo tipo de derechos y de la democracia. Consecuencia de todo ello ha sido una agudización de la desigualdad y la pobreza, un despilfarro social y económico en forma de paro, un sufrimiento cada vez más insoportable para una gran parte de la ciudadanía, y una perspectiva social y económica muy preocupante a pesar de ciertos mensajes optimistas que tratan de tranquilizarnos sin apenas motivos.
Con este diagnóstico, es patente que el cambio social que necesitamos debe ser necesariamente profundo. Contentarnos con unas cuantas políticas que tan sólo supongan un cierto maquillaje de coyuntura y que consoliden la filosofía y orientación de las medidas aplicadas hasta ahora sólo pueden favorecer a las élites. El Acuerdo PSOE-C’s se sitúa en este último tipo de cambio: a) Se sigue manteniendo el artículo 135 de la Constitución que prioriza el déficit y la deuda sobre los derechos sociales -mantener el art 135 y blindar los derechos sociales, como dicen, es un oxímoron-. b) No se toca la fiscalidad salvo el IVA cultural y un supuesto impuesto a grandes fortunas sin concretar el qué, cuánto y a quién; es más, se dice que, en cuanto sea posible, se bajará la presión fiscal. c) Por tanto, todas las medidas sociales del acuerdo hay que ponerlas en cuestión: si no hay más ingresos y no se relaja el tope de déficit, es imposible aumentar el gasto social. d) No derogan las reformas laborales -tan sólo algunas medidas de la de 2012-, liberalizan aún más el mercado de trabajo, tan sólo suben 6 euros el salario mínimo, se subvenciona la precariedad y la inestabilidad laboral. e) Se niega expresamente la realidad plurinacional y la solución democrática al problema territorial. f) Se sigue manteniendo la Ley Mordaza aunque se dice que se cambiaran algunos de sus aspectos.
¿Decir no a este acuerdo implica un respaldo a Rajoy? ¿En base a qué premisas se obtiene esta conclusión? Quienes afirman esto saben que es un sofisma, es decir, una falacia intencional, o dicho de otra manera, una burda manipulación que pretende ser masiva. Por de pronto, a ninguna de las fuerzas políticas en el Congreso -salvo las dos proponentes y CC- han convencido con este argumento tramposo. Aunque la figura de Rajoy sea especialmente odiosa, son las políticas aplicadas en las dos últimas legislaturas las que hay que cambiar. ¿O es que sólo las políticas que ha hecho el gobierno de Rajoy han sido antisociales? ¿Y las que hizo el gobierno de Zapatero en 2010 y 2011 (reforma laboral, reforma de las pensiones, políticas de austeridad, reforma del art 135…) las damos por buenas? La realidad es la que es, y sobre ella hay que construir el cambio que necesitamos, sin ocultar nada, para no volver a caer en los mismos errores.
Lo mismo se podría decir respecto a la responsabilidad de Podemos en la no aplicación de algunas de las medidas que se recogen en el Acuerdo PSOE-C’s o en que haya que ir a unas nuevas elecciones. Se ha explicado hasta el infinito que no existen más que dos posibilidades de formar gobierno en la actual situación: o un gobierno de coalición entre el PSOE y las fuerzas que realmente queremos implementar un cambio de verdad (en las sesiones de investidura se demostró que sí pueden dar los números) o el gobierno de la gran coalición con o sin C’s. El gobierno de cuya no existencia están culpando a Podemos, es decir, PSOE-Ciudadanos con Podemos de monaguillo sumiso y obediente, es imposible. Simplemente porque Podemos ha nacido para cambiar esta sociedad de verdad, no para maquillar el régimen y sus políticas austericidas. Si Podemos hiciera eso que le piden PSOE y C’s, desaparecería rápidamente. Quizás es eso lo que están tramando la pareja aludida: saben que el trío PP-PSOE-C’s tienen mucho en común (sostener al régimen y gestionar el mandato de las élites) y el que sobra es Podemos. ¿»Fuerzas del cambio»? ¿Ciudadanos, que hasta hace poco era para el PSOE la nueva derecha, es una fuerza del cambio? ¿El Acuerdo PSOE-C’s es el tipo de cambio que necesitamos? ¿Por qué ha cambiado tanto el PSOE en un par de meses? ¿Se entiende por qué exige Podemos garantías?
Dicen que Podemos pide mucho y que a veces tiene un discurso duro. Está claro por qué: porque exige que se le trate de igual a igual y que se le respete. Y eso requiere firmeza. Lo que Podemos se exige y exige no es ni más ni menos que coherencia con el cambio que se ha prometido en la campaña electoral. El problema para el cambio no está en Podemos. Todo lo contrario, el problema está en los dos partidos de derechas (PP y C’s) y en importantes sectores del PSOE. Y esto último, como dice López Agudín, se conjuga con la inercia del bipartidismo, que les hace seguir creyendo en el turno de partidos: tras Rajoy toca a Sánchez. Así, sin rechistar. Será difícil que la gente crea que quieren cambiar este país, cuando se niegan a ver el enorme cambio que ya se ha producido.
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