El pasado uno de marzo la extrema derecha colocaba una bomba en el teatro Alfil en un momento de máxima afluencia de público. Sólo la rápida actuación de l@s trabajador@s de la sala evitó que el artefacto estallara y provocara una tragedia. El atentado tenía como objetivo al cómico Leo Bassi, amenazado por grupos fascistas […]
El pasado uno de marzo la extrema derecha colocaba una bomba en el teatro Alfil en un momento de máxima afluencia de público. Sólo la rápida actuación de l@s trabajador@s de la sala evitó que el artefacto estallara y provocara una tragedia. El atentado tenía como objetivo al cómico Leo Bassi, amenazado por grupos fascistas a raíz de su obra teatral «La Revelación». Cinco días antes del atentado el grupo AES (presidido por Blas Piñar) realizaba una concentración frente al teatro Alfil.
Leo Bassi define así su espectáculo: «Carece de escenas escatológicas, no insulta a los símbolos cristianos y de todos mis espectáculos es el más profundo y sincero. Lo que molesta tanto a ciertas personas es la fuerza con la que defiendo los valores del laicismo. Durante el espectáculo hablo de Cristo y de mi profundo respeto por su mensaje de amor, justicia social y pacifismo. Pero yo hablo de Jesús como hombre- que por cierto, de su talla han existido otros en la historia-, y mi racionalismo no me permite verlo como Dios.»
La ultraderecha ha intentado hacer estallar una bomba en un teatro repleto de gente porque no olvidan los viajes de Leo Bassi al Valle de los Caídos para colocar una foto de la reunión entre Sadam Hussein y Franco junto a la tumba de este último. Tampoco olvidan la reclamación que realizó a la iglesia católica para que desconsagrara la basílica del Valle de los Caídos, edificada con los trabajos forzados y el sufrimiento de prisioneros políticos antifascistas.
¿Cómo es posible que 30 años después del final de la dictadura franquista sus ideas y sus símbolos estén tan presentes en nuestra sociedad? Hace 30 años, la movilización y la organización popular pusieron al franquismo contra las cuerdas y extendieron el convencimiento de que el capitalismo es incompatible con la libertad, los derechos humanos y la justicia social. En ese momento tan esperanzador, la mayoría de la izquierda realizó un inmenso acto de perdón a los criminales de la dictadura. Pero los fascistas no tenían ninguna intención de rectificar y pasaron a ocupar masivamente puestos destacados en la monarquía parlamentaria. Por eso hoy, 30 años después, nos los encontramos en la jefatura del Estado, en la Audiencia Nacional, en el PP, en la COPE, en la AVT, en la dirección de empresas públicas y privadas, en el ejército, en la policía, en la judicatura…. Con las mismas ideas de siempre, humillando a las víctimas del terrorismo franquista, insultando a homosexuales y lesbianas, criminalizando a inmigrantes, fomentando el odio étnico contra vascos y catalanes por reclamar el derecho a la autodeterminación recogido en la carta de derechos de los pueblos de las Naciones Unidas.
Este caldo de cultivo explica que el atentado terrorista de la ultraderecha contra Leo Bassi y el teatro Alfil sea el sexto en Madrid en los últimos años: El 15 de diciembre de 1999 estalló un artefacto en el Centro Social Okupado La Casika de Móstoles. El 6 de junio de 2000 explotaron dos bombas, una de ellas en el local que la Coordinadora Antifascista de Madrid compartía con otros colectivos y otra en local del PGB de Torrejón. El 26 de diciembre de 2000 un explosivo fue colocado en el sindicato CNT. En enero de 2005 fue incendiado en Alcorcón el local de UJC-Madrid y de la Asociación Cívica de Alcorcón por los Derechos Sociales.
La policía no ha considerado oportuno realizar ni una sola detención en relación con estos atentados y la AVT no ha declarado ni una palabra al respecto. Una vez más nos encontramos con la pasividad policial (en el mejor de los casos) ante los atentados fascistas y la comprensión de la AVT con quienes atentan y asesinan bajo ideas ultraderechistas (recordemos el calificativo de «luchadores por la libertad» dedicado por la AVT a los miembros de los cuerpos represivos franquistas el pasado 20N). Una vez más reclamamos el derecho a la autodefensa como forma más eficaz de hacer frente a las agresiones de la extrema derecha.
MEMORIA, DIGNIDAD Y LUCHA ORGANIZA TU RABIA LUCHEMOS JUNTOS