La anécdota (definitiva y definitoria) del Presidente del Gobierno anunciando la inversión de 9.000 millones de los fondos chinos en el proceso de privatización de las cajas españolas, para ser inmediatamente desmentido por sus propios interlocutores asiáticos, resulta ser la mejor radiografía de un Gobierno a la deriva que se pasea por el mundo ofreciendo […]
La anécdota (definitiva y definitoria) del Presidente del Gobierno anunciando la inversión de 9.000 millones de los fondos chinos en el proceso de privatización de las cajas españolas, para ser inmediatamente desmentido por sus propios interlocutores asiáticos, resulta ser la mejor radiografía de un Gobierno a la deriva que se pasea por el mundo ofreciendo al mejor postor lo poco que nos queda de soberanía.
En estas giras de negocios, a los mercados del mundo mundial, se les ofrece una mano de obra mansa y resignada dispuesta (hasta el momento, veremos luego) a aceptar recortes en sus derechos históricos, como el abaratamiento del despido, la privatización de empresas y servicios públicos, el retraso en la edad de jubilación y disminución del importe de ésta y un entramado legal que garantiza, por encima de todo, la impunidad de los corruptos, de los especuladores y de sus cómplices políticos y sindicales.
Junto con estas garantías de poder aumentar de manera espectacular su tasa de ganancia, en las últimas fechas se les ofrece igualmente la posibilidad de participar en el saqueo de las Cajas de Ahorros, compartiendo con los cómplices patrios el botín resultante de más de siglo y medio de actividad financiera vinculada al ahorro popular.
Si bien todo este embrollo Oriental (el chino que no era quién el Presidente pensaba o quería pensar que era, sumada a la costumbre Oriental de no decir nunca que no directamente, por lo que también hubiera asentido si se le hubiera propuesto invertir tres trillones de euros en una fabrica de Flan Chino El Mandarín en Luarca) podría resultar gracioso, lo que se oculta detrás de la chanza resulta más bien indignante.
De la fallida iniciativa de Zapatero resulta que, una vez saneadas con dinero público, las Cajas se deben ponerse a disposición de los mercados, como indica el catón neoliberal. Porque para estos socialistas neoliberales es una aberración intolerable que se cree una Banca Pública fuerte, aprovechando los miles de millones de euros de dinero público que se invierten en su saneamiento. Rizando el rizo de lo patético en su ofensiva privatizadora, el Gobierno ofrece las cajas de ahorros a los fondos de inversión chinos que, como es obvio, son propiedad del Estado chino y están dirigidos por el Gobierno chino.
Resumiendo: las Cajas de Ahorros españolas son privatizadas con dinero de los ciudadanos para ofrecérselas a precio de saldo al Estado chino. ¿Qué te parece? ¿Lamentable? ¿Intolerable? ¿Indignante? Imagínate a nosotros.