En 1952, Raúl Gómez García, Jesús Montané y Abel Santamaría, tres futuros moncadistas, fundaron el periódico clandestino «Son los mismos». De manera ingeniosa colocaban a todos los enemigos en el mismo bando: la tiranía, los políticos auténticos,e incluso los ortodoxos. Los dos últimos por ciegos o por desleales. Todos a la larga por inservibles a […]
En 1952, Raúl Gómez García, Jesús Montané y Abel Santamaría, tres futuros moncadistas, fundaron el periódico clandestino «Son los mismos». De manera ingeniosa colocaban a todos los enemigos en el mismo bando: la tiranía, los políticos auténticos,e incluso los ortodoxos. Los dos últimos por ciegos o por desleales. Todos a la larga por inservibles a la patria. Me quedó siempre la pregunta por hacer quienes serían los otros. Los que se opondrían a los mismos. Desde entonces recurro a esta frase cuando quiero simplificar a los que por razones múltiples no están con el Hombre. Son los mismos…
San José de Costa Rica se perdió varios invitados al baile. A la XIV Cumbre Iberoamericana, asistieron menos de la mitad de los mandatarios convocados. Todo porque en Chile se celebraría la reunión del Foro Asia-Pacífico. Era más importante, pues los países participantes eran más ricos. Ricos digo, por poseer un crecimiento económico mayor. Eran mucho más llamativos, al parecer, el flamante presidente de los Estados Unidos y la sugerente China, que los débiles países de América, y menos aún su educación, tema central de la conferencia de San José
Aunque a decir verdad ya en Bariloche, en 1995, se trató la educación como tema central de la Cumbre. Desde entonces existen millones de niños de 10 años que no saben contar ni escribir una letra. Ni Bariloche ni San José harán nada por la educación. Dentro de unos diez años volveremos a discutir sobre la educación: Para ese entonces los niños que nacieron cuando la cumbre de Bariloche (si pudieron sobrevivir) ya tendrán a su vez niños analfabetos. Realmente son desconcertantes tantos acuerdos incumplidos y tanta indolencia por la humanidad. Mi tío Abel diría: «Son los mismos».
Por estos días, sin embargo, llegó la noticia que Canadá, Cuba, Finlandia y Corea del Sur fueron los países reconocidos por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) como el Grupo con Altos Rendimientos, máxima designación a nivel mundial en materia de educación. Las experiencias de estos cuatro países con culturas tan distintas deberían ser pauta para enfocar los problemas de la educación del mundo, que es en última instancia la razón de ser de la recién finalizada Cumbre. Pregunten las autoridades de la UNESCO a estos países, a ver como logran esos milagros. No creo que haya un milagro más urgente que el de la educación. Sólo ella garantizará que no sucumbamos de una buena vez en esta epidemia de estupidez que ha colonizado el siglo XXI.
Estados Unidos y China, con todo y su crecimiento económico no están incluidos en la lista, deberíamos preguntar por qué. Venezuela, por su parte, ha realizado en los últimos años una campaña por la educación sin precedentes, utilizando mil experiencias nuevas, incluyendo la cubana. Por tanto lo más interesante que podía pasar en San José era la visita del Presidente de Venezuela. Venezuela no está entre estos cuatro países, pero lo estará. Es el país de más alto crecimiento educacional en el mundo.
Un par de días antes algunos «disidentes» cubanos tuvieron a bien componer la fiesta de San José. El terrorista Carlos Alberto Montaner y colaboradores parecen no haber escuchado la noticia de Naciones Unidas en cuanto a la educación, y fueron protagonistas de un acto en apoyo a la democracia en Cuba ¡Genial! La verdad se encuentra en la conexión de los acontecimientos: por un lado Cuba es reconocida por Naciones Unidas por la educación de su pueblo, por el otro es culpada la revolución cubana por no defender la democracia. Si dos más dos siguen siendo cuatro, entonces tendremos que admitir que existen en Cuba múltiples dictadores que obligan a las mujeres a parir vivos a sus hijos y bajo el terror obligan a esos niños a saber leer y sumar a la edad en que la gran parte de los niños del mundo gozan de los derechos humanos de la prostitución infantil, el analfabetismo y la muerte.
El pueblo tico defendió la moral de América en San José y no permitió la misma farsa de Praga en la capital de Costa Rica. Con carteles pintados a mano y unos puños bien cerrados acabó con decenas de millones de dólares e impidió la reunión donde se implementaría la farsa sobre una ayuda a la democracia en Cuba. El pueblo chileno por su parte, le ofreció al Foro Asia-Pacífico el mejor traje. Va y estas Cumbres sirvan después de todo. Unen a nuestros pueblos en las calles y nos invitan a la lucha. Será la mayor contribución de estas reuniones de presidentes.
Fidel no podía asistir a la Cumbre Iberoamericana. Se había accidentado precisamente por estar trabajando a pie de obra en la educación, una noche donde se graduaban poco menos de cuatro mil instructores de arte. Chávez tampoco, porque unas horas antes fue asesinado el Fiscal General Danilo Anderson, al ser colocado de manera cobarde un explosivo fulminante en su auto.
«Danilo fue un hombre emblemático del proceso bolivariano. Dentro del corrupto aparato de la justicia clasista venezolana, fue uno de los pocos abogados que aplicaron la ley a los golpistas y delincuentes de la subversión nacional y que enfrentaron su impunidad. (…) El peligro de Danilo para el proyecto terrorista de Washington era doble: le quitaba uno de sus principales instrumentos de poder, la corrupta justicia de clase venezolana, y se convertía en símbolo del patriota honesto y servidor de las mayorías en la nueva Patria bolivariana», sentenció Heinz Dieterich que tuvo la suerte de estrechar la mano de este brillante abogado.
Nada nuevo están haciendo. Decenas de años tratando de derrocar la revolución cubana no le han ofrecido al enemigo nuevas variantes de «lucha». Meses atrás asesinaron a una ingeniera de PDVSA. Podemos hacer un parangón casi perfecto entre los métodos usados en ambos casos. Los atentados al Comandante Fidel Castro, los asesinatos de nuestros maestros y alfabetizadores, las explosiones del barco La Coubre y un avión cubano, etc… Ni un matiz diferente.
Y ¿por qué? Porque son los mismos, porque han sido siempre los mismos, porque no tienen tan siquiera el escrúpulo de buscarse otra península en Estados Unidos que no sea la Florida, nido de cobardes, traidores y asesinos, que lo mismo se ponen un frac y alientan una patética conferencia por la democracia que no dudan al asesinar a un fiscal… Ya debíamos estar acostumbrados.
La CIA los apoya sin dudas y el gobierno de Estados Unidos los tolera. Por allá se pasean pavoneándose tres de los criminales que indultó de manera servil la ex presidenta de Panamá, la cual por cierto necesitaba el dinero de su pueblo para comprar trajes y joyas. Tuvo la desfachatez de decirlo en público. Esa mujer no usa ni calcetines de vergüenza.
Todavía no alcanzo a comprender como lanzan en la cumbre de San José una resolución contra el terrorismo si uno de estos cuatro asesinos anda escondido de seguro en un país centroamericano.
No se esconden, el agua sucia la sirven en la mesa. La tolerancia y la impunidad se las garantiza el recién elegido Sr. Presidente de Estados Unidos, cómplice del asesinato a Anderson y de los asesinatos que nos quedan por ver. Porque al depurado gabinete del imperio sólo le falta vestirse con capuchas blancas y sostener la supremacía racial. Con todo y la Secretaria de Estado a la cual las cámaras podrán hacerla parecer de ojos azules. Tanta es la mentira a la que han acostumbrado al pueblo norteamericano que la Srta. Condoleezza Rice podría obtener fácilmente un pasado anglosajón de pura sepa.
Esta camarilla fundamentalista e inculta seguirá protegiendo a los criminales que atentan contra la joven revolución venezolana. Protegen a la larga a los asesinos del fiscal Anderson. Es triste decirlo, pero en esta historia si alguien cuenta con verdadera unidad, es el enemigo: La patética conferencia de Praga y San José por la democracia en mi patria, la muerte del fiscal Anderson y los culpables del exterminio de Faluya… son los mismos. Tienen los mismos móviles y responden a los mismos intereses.
Todavía hay que escuchar en Santiago de Chile a Bush «regañando» a Irán y a Corea del Norte por «no andar por el buen camino». Terrorismo. Invita a risa. Todavía habemos muchos que caemos en la trampa verbal del enemigo. Terrorismo, eje del mal, lucha por la libertad y toda esa prosa fantasmagórica de la Casa Blanca. Le seguimos la corriente sin darnos cuenta y nos vamos complicando el discurso en virtud de su fraseología.
Mas algo puede salvarnos: la tercera Ley de la Dinámica. Newton trabajó para nosotros. La tercera Ley de la Dinámica de los cuerpos reza: «A toda acción corresponde una reacción opositora, de igual magnitud.»
Ellos son los mismos y eso implica que nosotros deberemos ser los mismos contrarios también.
Sí, el asesinato de Anderson es otra estupidez del enemigo que anda coleteando ciego, sordo y mudo. La regla es la siguiente: por cada crimen por ellos, más revolución por nosotros. Sí. Nosotros. El asesinato de Anderson deberá promover una radicalización del proceso revolucionario en Venezuela.
Y Venezuela cumple con Newton. En la campaña del 31 de octubre, donde 20 de los 22 estados pasaron a la revolución bolivariana, el Comandante Chávez perfiló la radicalización del proceso de Venezuela. La palabra radical, no es sinónimo de extremista. Los extremos no conducen a nada. La palabra radical procede de «raíz». Y a la raíz de los males de Venezuela es a la que se está apelando. El enemigo no solamente está aislado, sino que se enfundó de nuevo el traje de asesino. En lugar de temor inspira rabia y odio. «Dios ciega al que quiere perder», dice el proverbio. En esos comicios Chávez lanzó la guerra contra el latifundio y contra la burocracia. No sólo está peleando Chávez contra los males del capitalismo, está luchando desde ya contra los males en lo que puede caer una sociedad… diferente. La burocracia. La corrupción y la burocracia son dos males que deben atajarse a tiempo.
En un reciente Aló Presidente el Comandante Chávez habló mucho del Che. Por fortuna, se empieza a librar el Che de ese único alo romántico y quijotesco al que en muchos lugares se le condenara. A José Martí habrá que librarlo de lo mismo. Nos es imprescindible el Che, y no sólo como el guerrillero heroico, sino como el constructor y pensador del socialismo que tantos y tantos aportes a la teoría y la práctica revolucionaria logró realizar. Este mes se cumplió 45 años del primer trabajo voluntario, promovido en Cuba por el Che. Chávez hace alusión, refiriéndose al libro «Camino al fuego» de Orlando Borrego, a la «fecunda labor del Che» como dirigente de la revolución cubana, y más específicamente como Ministro de Industria, a su empeño en «analizar críticamente distintos problemas contenidos en el Manual de Economía Política de la Academia de Ciencias de la Unión Soviética, el cual se escribiera en su momento por órdenes de Stalin», a la cuestión clave en la construcción del socialismo, mistificada terriblemente por la economía política soviética, de los vínculos entre el desarrollo de las fuerzas productivas, las trasformaciones de las relaciones de producción y los avances de la conciencia socialista.
Sigue Chávez: «La teoría económica socialista dice que es necesario el desarrollo previo de las fuerzas productivas para que luego se desarrollen las relaciones de producción socialistas. Eso lo dice la teoría clásica socialista, bueno, y lo que venía de la Unión Soviética. (…) Pero el Che dice que para los países subdesarrollados, caso Cuba, no podía esperarse un siglo que se desarrollaran las fuerzas productivas para luego cambiar las relaciones de producción, decía el Che y yo estoy de acuerdo con el Che en que es posible elevar la conciencia del trabajador, desarrollar la conciencia no capitalista, mas allá del capitalismo. Aquí lo estamos haciendo, nosotros aquí no podemos esperar que se desarrolle la industria y que tome fuerza la producción nacional, es decir, que se desarrollen las fuerzas productivas, a un nivel tal para luego ese desarrollo impactar la transformación de las relaciones de producción y [generar] un nuevo modelo económico.»
Muchos todavía albergan dudas en relación al presidente venezolano con argumentos pueriles o interpretan su acción enredados en paradigmas manualistas. Lo dije anteriormente, y no fue metáfora que el triunfo del día 15 de agosto representaría un día de igual magnitud que el 7 de Noviembre o el 1 de Enero. A los comunistas nos puede volver a pasar como en Cuba: cuando el Partido Comunista empezó a tomar en cuenta al movimiento 26 de Julio y a Fidel Castro, ya Fidel y los revolucionarios cubanos le aventajaban en varias vueltas a la pista.
Dijo Fidel en marzo de 1956: «El Movimiento 26 de Julio es la organización revolucionaria de los humildes, por los humildes y para los humildes. El Movimiento 26 de Julio es la esperanza de redención para la clase obrera cubana…» Pocos sospecharon que el Movimiento 26 de Julio constituyera una organización revolucionaria con un perfil clasista proletario. El imperialismo y casi todos los partidos comunistas «tradicionales» no se dieron cuenta quien fue Fidel Castro hasta la última hora. Con Hugo Chávez podemos caer en la misma trampa.
Por dos cosas está abogando Hugo Chávez. La revolución dentro de la revolución, guerra al burocratismo y la necesidad de la integración americana.,
Podemos decirlo diferente: Revolución permanente e Internacionalismo.
Por ahí va el Comandante Chávez diciendo que no es un ex-rebelde, sino un rebelde. El que haya sido rebelde verdadero alguna vez, no puede dejar de serlo. Fidel, por su parte, acaba de pronunciar con buenos altavoces que «ante los mortales peligros de ayer y los aún peores de hoy, el socialismo quedará definitivamente como la única esperanza real de paz y supervivencia de nuestra especie». El mismo rebelde de siempre… el mismo comunista, a diferencias de tantos intelectuales a los que la palabra socialismo les parece sobrar en el discurso.
Porque están los hombres que a decir de Bertold Brecht luchan un día y son buenos. «Pero están los que luchan toda la vida. Esos son los imprescindibles.»
Con ellos, en cuadro apretado todos nosotros lograremos «virar esta Tierra de una vez».