Durante el Polish Film Festival que se lleva a cabo estos días en el Parlamento Europeo, en la ciudad de Bruselas, tuvimos la fortuna de charlar con el cineasta polaco Jan Komasa quien es uno de los directores de cine más talentosos de su generación. Originario de la ciudad de Poznan, Komasa realizo estudios en […]
Durante el Polish Film Festival que se lleva a cabo estos días en el Parlamento Europeo, en la ciudad de Bruselas, tuvimos la fortuna de charlar con el cineasta polaco Jan Komasa quien es uno de los directores de cine más talentosos de su generación. Originario de la ciudad de Poznan, Komasa realizo estudios en la prestigiosa Escuela de Cine de la ciudad de Lodz. En 2003, su cortometraje Nice to See You fue seleccionado entre miles de proyectos y obtuvo el tercer lugar de la Cinefondation en Cannes. Asimismo su trabajo ha merecido distinciones y premios en Konin (2005), Koszalin (2006) y en Houston (2007).
Con Suicide Room (2011), Komasa irrumpe en el séptimo arte dando muestras de talento, explosividad de cámara y genuino estilo cinematográfico. Definitivamente, Komasa dará mucho de qué hablar en los próximos años. Suicide Room aborda temáticas en sintonía con el «espíritu del tiempo» que actualmente nos ha tocado vivir: incertidumbre, existencia ontológica, riesgo, mundo virtual, en suma, su película toca las fibras más sensibles de lo que el semiólogo italiano Omar Calabrese ha definido como «era neobarroca».
Martínez : Con «Sala samobojcow» (Suicide Room) usted aborda la paradoja entre una sociedad con mayor acceso a los medios de comunicación (internet) y, al mismo tiempo, una ruptura de los tejidos sociales ¿Dominik, protagonista del Suicide Room, expresa la re-definición de los valores tradicionales? ¿Es un reflejo de la sociedad de consumo polaca y de la ruptura del vínculo social?
Jan Komasa : La historia se desarrolla en una gran ciudad. Estaba pensando sobre las características de un personaje sin identidad aún definida. Para mí, una de las cosas más difíciles de la juventud es la búsqueda de su propia identidad porque, de hecho, en las sociedades contemporáneas las fronteras de las relaciones sociales quizá no han sido rotas pero se han vuelto muy flexibles. La juventud es muy frágil y, por ello, es proclive al extravío y a la pérdida de sentido. Actualmente, con tantas opciones que se presentan, es decir, si tienes 2 mil maneras de ser «tú mismo», es realmente difícil escoger una. Por ejemplo, hace dos décadas era más fácil para la juventud escoger una manera de ser «tú mismo», especialmente, en las sociedades emergentes. En Polonia, actualmente, después de veinte años de libertad vemos que en la sociedad moderna el precio a pagar es muy caro porque, por ejemplo, se puede ir a Alemania, a Francia, a Estados Unidos, sin embargo, repentinamente, cuando se compara la sociedad de uno con las otras sociedades, por consecuencia, las diferencias saltan a la vista. Por supuesto, todo mundo quiere ser rico y vivir bien.
La reflexión de mi película se centra en la pregunta qué hay al final del viaje, por ejemplo, cuando ya eres rico y puedes tener contactos en el gobierno y tener influencias en prestigiosas empresas pero, al mismo tiempo, puedes caer en una profunda depresión. Por ejemplo, en la obra de Shakespeare tienes a Hamlet, a Ofelia, a Romeo, a Julieta, a Otelo, entre otros, personajes que se encontraban en una situación estable, con reyes, príncipes, ricos pero, al mismo tiempo, se matan entre ellos como en un «rastro».
Siempre me ha inspirado la obra de Shakespeare porque es muy triste, muy humana y allí se encuentra personas que son realmente héroes. Por ello, intento mostrar el ambiente de la civilización occidental, de los «personajes de traje blanco».
En el caso de Dominik, personaje principal de la película, él está en búsqueda de su propia identidad, en busca de amigos, de cualquier. Alguien con quien hablar. Dominik está perdido. No sabe quién es. Busca a alguien para conversar, alguien con quien pueda interactuar. Para mí, esta es la principal temática de Suicide Room pues en una sociedad con una multiplicidad de «opciones» es fácil perderse. De ahí que la palabra clave de la película es Avatar ¿Por qué? El «avatar» es una identidad, si tu escoges tu propio avatar, entonces, estas tomando y creando tu propia identidad. Dominik está buscando su avatar. Sus padres son muy artificiales, no son naturales. No son reales. Es el inicio de la película notamos que los padres están actuando un papel. Quizá, esta manera «un poco ingenua» es la búsqueda, a través del dolor y del sufrimiento, de la realidad. Estaba viendo el programa Jackass [1] y hablando con un amigo desde hace diez años, le pregunté ¿Cuál es la diferencia entre la juventud de aquí y la de Nueva York? Y él me contesto: «en Nueva York o en Los Angeles, incluso, en Europa la mayoría de la juventud está aburrida pues tiene todo y buscan el dolor». Por eso Jackass es muy atractivo. En las sociedades europeas, la mayoría de los jóvenes -por supuesto, no todos- buscan la sensación del extremo, del más allá del límite. Los deportes de alto riesgo… te puedes romper tu pierna, ellos parecen no tener problemas con ello. Por ejemplo, en países de África o de América latina, los jóvenes están buscando por algo mejor para vivir, no pueden darse el lujo de romperse la pierna, si se rompen la pierna están perdidos, porque dejarían de trabajar y, por tanto, no tendrían los medios para vivir. La juventud europea está aburrida. Probablemente, parte de la idea del «fin de la historia» propuesta por Francis Fukuyama explicaría la pérdida de sentido de la juventud europea.
Martínez : Usted nació en la década de los ochenta, es decir, pertenece a la generación que vivió los cambios más importantes de la historia reciente de Polonia. La implantación del «estado de excepción» de 1981, la caída del muro de Berlín, «la transición a la democracia», etc. Actualmente presenciamos el establecimiento de una «sociedad de deseos» (la película «Galierianki» muestra la importancia de los Malls hoy), usted lo muestra claramente la paradoja de la presencia del internet que reduce las distancias físico-temporales y, por otra lado, el aislamiento individual provocado por estas mismas tecnologías, un confinamiento ontológico?
Jan Komasa : Tengo muchos amigos que viajan con frecuencia. Hace un mes estuve en París y mi guía todo el tiempo se la pasaba escribiendo en su computador personal y ajustando su Facebook, todo el tiempo. Ella no quiso salir. Sabes, es muy aburrido. Personalmente, soy muy escéptico al Facebook pues no es real. Trata de copiar las verdaderas relaciones sociales. «Eres mi amigo. Te acepto». En la vida real no es así de simple. Facebook trata de divertir y copiar las relaciones sociales pero, al mismo tiempo, es como un virus. Establece relaciones artificiales. No es que rechace la era del internet. Me gustan los videos juegos, llegue a tener en mi Facebook 500 o 600 amigos en Facebook, pero con el tiempo me pregunté a mí mismo si era necesario. Entonces me di cuenta que no lo necesito, si la gente me quiere buscar, sabe donde encontrarme. Se pierde mucho tiempo. Por supuesto que no soy de esos nostálgicos que dicen: «hace una década estábamos mejor», claro que no. Creo que es bueno disponer de estas tecnologías. En algún momento te pueden salvar la vida. Por ejemplo, las revoluciones en el mundo árabe están usando, como estrategia, el internet y la computadora. Evidentemente que pueden servir para difundir globalmente las reivindicaciones y los mensajes políticos.
Martínez : ¿Cuál es el estado actual de la producción cinematográfica en Polonia?
Jan Komasa : Actualmente es medianamente fácil hacer una película. El presupuesto de Suicide Room fue de dos millones de dólares. No está tan mal para una película que empieza. Por ejemplo, Darren Aronofsky, el director de Requiem for a dream y The Wrestler con Micker Rourke costo 6 millones de dólares y, ahora, Black Swan tuvo un costo de 12 millones de dólares. Entonces dos millones para Suicide Room no es demasiado. Pienso que es más fácil hoy encontrar el presupuesto para una película. Ahora tenemos un buen periodo, el peor de cine del polaco fue la década de los noventa, tuvimos 9 películas por año. Fue muy poco. Desde 1990, después la caída del muro de Berlín hasta 2005 los vientos para el cine polaco han mejorado. Ahora tenemos una situación privilegiada. Por ejemplo, en Estados Unidos o en Australia tiene más problemas para conseguir dinero para sus películas. Estaba hablando con un tipo que tardo tres años para conseguir los fondos para su película. Y presentó, finalmente, su película en el festival de Berlín. Participamos en el festival de Berlín y allí conocí mucha gente que me decía que había realizado sus películas por 50 mil o 60 mil dólares mientras mi película fue de 2 millones de dólares, entonces comparando lo que sucede con otros países, la situación del cine Polonia es buena. Presenté Suicide Room en la sección Panorama, allí fue la premier de mi película.
A diferencia de los Estados Unidos, en Europa tenemos muchas lenguas nacionales y producimos 1 300 películas cada año mientras que en los Estados Unidos se producen solamente 700 películas por año. Nuestra situación no es tan mala.
Martínez : ¿Cuáles son tus intereses? ¿Tus proyectos futuros e influencias?
Jan Komasa : Aunque esta es mi primera película, antes ya había realizado tres largometrajes, uno de ellos fue una película para la televisión de 90 minutos, un documental y una trilogía con mis amigos que se titula «Ode to Joy». Cada proyecto ha sido diferente. Realmente me interesan diferentes aspectos, no me gusta hacer siempre lo mismo. Siempre estoy en diversos proyectos. Actualmente estoy trabajando sobre la «Insurrección de Varsovia» de 1944 pues allí murieron casi 200 000 personas murieron durante la insurrección. Por ejemplo, ayer estaba muy interesado en la película In Darkness (W ciemnosci) de Agnieszka Holland, la manera cómo lo logro. Entonces mi próxima película será más histórica.
Martínez : Qué interesante proyecto pues la Insurrección de Varsovia duro casi dos meses y mostró la entereza de una sociedad que luchaba por su dignidad
Jan Komasa : Efectivamente. La Insurrección de Varsovia fue el único levantamiento organizado contra los Nazis durante la segunda guerra mundial. El tema es muy controversial en Polonia porque mucha gente, durante la Insurrección, cuando lees sus diarios, la gente de Varsovia estaba completamente absorbida organizando la Insurrección puesto que si no tienes suficientes armas u organización era muy difícil. Al principio de la Insurrección, los primeros cinco días, la gente estaba muy feliz. Todos se encontraban viviendo la euforia de la Insurrección. Finalmente, después de tantos años de ocupación se podían «patear algunos traseros nazis», los polacos odiaban a los nazis. Ellos querían destruir a los Nazis. Quizá, hoy no se puede entender. Pero ellos organizaron una excelente Insurrección. Durante dos meses, con cuchillos, con latas, con vidrios la gente se defendió. Casa por casa, centímetro por centímetro, la gente peleaba. La película será controversial porque el tema es controversial. Algunos piensan que la Insurrección fue estúpida porque Varsovia, finalmente, quedo destruida. Se destruyo el 90 por ciento de la ciudad. Murieron estudiantes, intelectuales, artistas, etc. durante la Insurrección. Por supuesto que fue un acto heroico. Quiero hacer una película controvertida pues trataré «de poner el dedo en la llaga». De hecho, Suicide Room ya es controversial en Polonia. Después de la proyección de la película me gusta escuchar los comentarios del público pues allí noto el efecto que puede producir la película. Mi meta es que la gente hable y discuta. Que abra los ojos. Incluso, que me ayuden a abrir mis ojos. Por supuesto que no quiero ser una especie de maestro sino más bien aprender de los demás.
Martínez : ¿Tienes planeado presentar tu película en algún festival latinoamericano?
Jan Komasa : Sí, tenemos el proyecto de presentar Suicide Room en el festival de Mar del Plata, en Chile. Por supuesto que me encantaría también presentarla en Sao Paulo. Pero todavía estamos en pláticas con organizadores de festivales. Me gustaría rodar una película en Améria Latina, especialmente en México, pues su continente tiene mucha energía. Me gusta el cine mexicano. Estoy pensando incluso en mudarme a vivir a algún país latinoamericano pues su producción cinematográfica es demasiado inspiradora en estos días y, además, los fenómenos sociales y culturales que están ocurriendo son muy interesantes. Estoy en búsqueda de historias…
Fuente: http://ladobe.com.mx/2011/09/