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Suicidios

Fuentes: Rebelión

Los ciudadanos de una España desesperada gritan y se desangran, sin esperanza, sin trabajo, sin poder alimentar a sus hijos con dignidad, a punto de perder su viviendas a manos de los bancos, o ya desahuciados y en la calle. Personas de todas las edades besan a sus hijos, se arrojan al vacío o toman […]

Los ciudadanos de una España desesperada gritan y se desangran, sin esperanza, sin trabajo, sin poder alimentar a sus hijos con dignidad, a punto de perder su viviendas a manos de los bancos, o ya desahuciados y en la calle. Personas de todas las edades besan a sus hijos, se arrojan al vacío o toman sobredosis de medicamentos para acabar con su pesadilla. Desde el año 2008 el suicidio ha desbancado a los accidentes de tráfico como primera causa de muerte externa en España. Sólo en el año 2011 se quitaron la vida 3.145 personas, nueve al día. Cuando escribo estas líneas leo que un vecino de Calvia se ha suicidado poco antes de ser desahuciado, sumándose a esta trágica lista.
 
Sin embargo, para el senador del PP Antonio Alarcó, nada prueba la relación entre los desahucios y los suicidios, que él atribuye a patologías mentales en un 90% de los casos. Así lo manifestaba tan campante en la Cadena Ser el viernes pasado, con ese barniz de soberbia de los sabelotodo. Al día siguiente, cientos de miles de personas exigían en la calle al Gobierno del PP que legisle en favor de las familias afectadas por procesos de ejecución hipotecaria, y que detenga la sangría de muertes y desalojos consentidos, en lugar de seguir defendiendo los intereses de los bancos y sus prácticas genocidas.
 
Para otros especialistas que no son juez y parte, como los que se reunieron en el Congreso Nacional de Psiquiatría de Bilbao, la crisis económica es ya en la primera causa de suicidios en España, estimando que un 34% de los casos están relacionados con la situación económica, con los desahucios, el desempleo y los despidos que facilita la reforma laboral, frente a tan solo un 19% de personas con antecedentes psiquiátricos.
 
¿Y ante esta realidad vergonzante cuál es la reacción del PP? Pues proponer una iniciativa en el Senado para articular un protocolo orientado a la detección temprana, tratamiento y prevención de la reincidencia en las tentativas suicidas. Un canto al sol de los capataces de los bancos, que maquillan así su negativa a poner coto a los abusos financieros.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.