Todos los productos del tabaco son adictivos y por esa razón se necesitan las estrictas regulaciones contenidas en el Convenio Marco para el Control del Tabaco (CMCT) arguyó la OMS al destacar la declaración del Día Mundial Sin Tabaco, que se celebrará este miércoles. El tabaco es responsable de la muerte de unas cinco millones […]
Todos los productos del tabaco son adictivos y por esa razón se necesitan las estrictas regulaciones contenidas en el Convenio Marco para el Control del Tabaco (CMCT) arguyó la OMS al destacar la declaración del Día Mundial Sin Tabaco, que se celebrará este miércoles.
El tabaco es responsable de la muerte de unas cinco millones de personas por año, una de cada 10 adultas en el mundo, constituyéndose así en la segunda causa de decesos.
La OMS (Organización Mundial de la Salud) pronosticó que, de continuar las actuales pautas de consumo, las defunciones en 2020 llegarán a 10 millones al año, 70 por ciento de las cuales se registrarán en países en desarrollo.
El tabaco mata de cualquier manera, ya sea cuando se fuma, se mastica o se inhala a través de las pipas de agua, corroboró Yumiko Mochizuki-Kobayashi, director de la Iniciativa Liberarse del Tabaco, un programa emprendido por la OMS.
Por tal motivo, todos los productos que contienen tabaco deben ser regulados de inmediato, en cada una de sus formas y en todo el mundo, remarcó.
Con esa finalidad, la comunidad internacional se dotó de un instrumento, el CMCT, que compromete a los Estados parte a adoptar normas para reglar las cuestiones de testeo, reglamentación y divulgación de los ingredientes en los productos de tabaco, del humo y también del etiquetado engañoso.
El Convenio, adoptado por la Asamblea Mundial de la Salud el 21 de mayo de 2003, entró en vigor el 27 de febrero de 2005. Hasta la fecha ha sido firmado por 168 Estados y ratificado por 128.
En ese tratado reposan las esperanzas de la comunidad internacional para reducir el número de personas adictas al tabaco, que en la actualidad suman 650 millones, de las cuales la mitad eventualmente morirán por esa causa, según estimó la OMS.
Los 128 Estados parte del Convenio representan más de 75 por ciento de la población mundial y han convertido al CMCT en uno de los tratados de más rápida adopción en la historia de la Organización de las Naciones Unidas, refirió la experta estadounidense Kathryn Mulvey.
Corporate Accountability International, una organización no gubernamental con sede en la ciudad estadounidense de Boston y dirigida por Mulvey, desarrolla campañas de seguimiento de la conducta social de las grandes empresas.
La red de instituciones de la sociedad civil que trabajan con Corporate controlan y divulgan las interferencias que comete la industria del tabaco, dijo la activista.
Aún después de la abrumadora ratificación del CMCT, la industria del tabaco sigue contraatacando y lo hace de manera agresiva, sostuvo. Su principal objetivo es obtener un lugar en la mesa de decisiones políticas, a pesar de que el tratado obliga a las partes a proteger sus políticas de las interferencias de la industria, subrayó Mulvey a IPS.
El CMCT establece que la industria del tabaco debe mantenerse alejada de las políticas de salud, pues esas mismas compañías se han descalificado para participar en el desarrollo de esas orientaciones sanitarias, insistió.
Mochizuki-Kobayashi apuntó que los cigarrillos han quedado como el único producto legal que mata a la mitad de los fumadores cuando los consumen siguiendo las instrucciones de los fabricantes.
Recalcó que en todos los productos del tabaco, incluidos los cigarrillos, la información que brindan sobre los ingredientes del mismo y sobre las toxinas que liberan, es inadecuada.
Esas deficiencias deben ser colmadas por regulaciones apropiadas de cada país y también por investigaciones más profundas, reclamó.
Sin embargo, Mulvey dijo que en abril, durante la asamblea anual de accionistas de Philip Morris, ahora llamada Altria, la mayor y más lucrativa firma transnacional del tabaco en el mundo, la máxima autoridad de la compañía declaró su oposición a ciertas disposiciones del CMCT, como la prohibición de la publicidad.
El ejecutivo de Altria manifestó también que la industria procurará lograr un lugar en los escenarios donde se adoptan las decisiones sobre política de salud. Por ese motivo, Corporate Accountability International proseguirá su campaña para exponer las interferencias del sector en todo el mundo, dijo Mulvey.
Los gigantes consorcios del tabaco intentan dictar las políticas de los países incluso después de que han ratificado el Convenio contra el tabaco, opinó la activista. Por ejemplo, en Guatemala se permitieron enviar una carta al gobierno diciéndole cuáles políticas podrían aceptar, y prácticamente redactándole la legislación, aseguró Mulvey.
En México, un mes después de ratificar el Convenio, el gobierno estableció un acuerdo voluntario con Altria y British American Tobacco, otra empresa transnacional, que «maniató a las autoridades en las cuestiones de prohibición de publicidad y de aumentos de impuestos, a cambio de una contribución a un fondo de salud por parte de los gigantes», aseveró.
Esos ejemplos nos llevan a seguir la tarea de cuestionamiento y de denuncia porque «la historia demuestra que, si la industria del tabaco establece los términos de la política de salud, se pierden millones de vidas», adelantó Mulvey.
La OMS acuñó el lema «Tabaco: mortífero bajo cualquier disfraz», para celebrar el Día Mundial Sin Tabaco.
Las autoridades sanitarias internacionales se proponen sensibilizar a los consumidores y a los gobiernos sobre carácter extremadamente dañino de cualquier producto del tabaco y reclamar estrictas regulaciones que abarquen a todos los derivados.
Los expertos de la OMS advierten de que los cigarrillos denominados «suaves» tienen los mismos niveles de nicotina y alquitrán que los llamados «regulares».
Fumar los pseudosuaves no se traduce en un riesgo menor de desarrollar una enfermedad causada por el tabaco, remarcó la OMS.