Cuatro días después de iniciar una huelga de hambre para conseguir la readmisión de un compañero despedido injustamente de Telefónica, el cansancio empieza a hacer mella entre los trabajadores. Los médicos les han aconsejado que reduzcan el ritmo de actividad, ya que desde entonces no han dejado de recibir visitas. La empresa, sin embargo, se […]
Cuatro días después de iniciar una huelga de hambre para conseguir la readmisión de un compañero despedido injustamente de Telefónica, el cansancio empieza a hacer mella entre los trabajadores. Los médicos les han aconsejado que reduzcan el ritmo de actividad, ya que desde entonces no han dejado de recibir visitas. La empresa, sin embargo, se niega a establecer ningún tipo de diálogo y considera el despido de Marcos Andrés Armenteros una cuestión cerrada.
Marcos fue despedido en febrero de 2011 después de estar de baja médica justificada. Tras el recurso que presentó en los tribunales, dos sentencias le dieron la razón. La primera catalogó el despido de «nulo» al considerar que había habido persecución sindical -ante la perspectiva de un ERE que ha afectado a 6.500 trabajadores, Marcos se presentó a las elecciones sindicales-, la segunda, del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, que cambió la tipificación a «improcedente», con lo que abría la puerta a Telefónica a decidir si lo readmitía o no.
Según los trabajadores, el despido de Marcos fue una medida de presión de la empresa para crear «un clima de miedo» ante las elecciones sindicales, la negociación del convenio y la aprobación del ERE. El pasado lunes, cinco de sus compañeros en la empresa comenzaron con él una huelga de hambre para exigir su readmisión.
Pero Telefónica sigue sin abrir vías de diálogo. Una delegación del comité de empresa ha visitado esta mañana a la gerente de recursos humanos en Cataluña, que les ha transmitido que la compañía no piensa revisar el caso. «Nuestra intención no es hablar con ella, porque sabemos que está limitada y hace lo que le dicen. Queremos hablar con el director general de Telefónica en Cataluña, Kim Faura, pero según ella es imposible, nos ha comentado que él dice que no, y que para darnos un ‘no’ ya está ella», explica con un hilo de voz Pedro García -nombre fictício-, que asegura que participa en la huelga «de incógnito».
«Creo que a partir de hoy empezará lo peor. La cabeza empieza ya a hacer tonterías», explica Carles Ballena, uno de los huelguistas. Encerrados en una sala habilitada en la sede sindical de Telefónica en Barcelona, están atendidos por un equipo médico que controla la evolución de su estado de salud. Dos personas duermen con ellos cada noche para atenderlos en caso de necesidad.
No han dejado de recibir visitas. Periodistas -incluso extranjeros-, activistas, amigos, familia, compañeros… «Desde las ocho de la mañana hasta la una y media de la madrugada está viniendo gente, continuamente. Es un no parar. Te levantas y al poco nos damos cuenta de que sería la hora de comer, porque son las tres de la tarde», cuenta García.
A trabajar enfermos
Denuncian que la presión a la que están sometidos los trabajadores es enorme y la fuerza de los sindicatos ya no existe. «Si tomamos esta medida es porque sindicalmente es imposible. El desequilibrio entre el poder de las empresas y el de los sindicatos es tan inmenso, se ha destrozado tanto el movimiento sindical, que lo que se ha podido lograr por esa vía ha sido nada», afirma Pedro.
Los trabajadores explican que el empeoramiento de las condiciones laborales ha provocado incluso que los empleados no pidan la baja por enfermedad, y vayan a trabajar enfermos. Además de la pérdida de poder de los sindicatos, las deslocalizaciones y subcontratas diluyen la fuerza de los empleados.
«Que consigamos algo dependerá de la repercusión que haya, y por eso el papel de los medios es importantísimo», mantiene Ballena, consciente sin embargo de la influencia de Telefónica en los medios de comunicación a través de la publicidad. Pero añade: «Tenemos muchas esperanzas de que con el incremento de la presión social que habrá pueda entablarse un diálogo. Seguiremos».
Fuente: http://maspublico.com/2012/11/08/telefonica-ignora-a-sus-empleados-en-huelga-de-hambre/