Ya son más de 15 años los que se llevan luchando en Madrid contra la privatización de la sanidad pública. Desde la aprobación en 1997 de la Ley 15/97 «Sobre nuevas formas de gestión», por parte del PSOE, PP y los nacionalistas de derechas en el Parlamento estatal, no han parado todos los gobiernos autonómicos […]
Ya son más de 15 años los que se llevan luchando en Madrid contra la privatización de la sanidad pública. Desde la aprobación en 1997 de la Ley 15/97 «Sobre nuevas formas de gestión», por parte del PSOE, PP y los nacionalistas de derechas en el Parlamento estatal, no han parado todos los gobiernos autonómicos de implementar medidas a favor de la externalización y privatización de los servicios públicos de salud.
En este contexto se produjo un nuevo ataque, éste más directo si cabe y con unas proporciones mayores, al plantear la privatización de 27 centros de salud, de 6 hospitales y el cobro del euro por receta. Es en ese momento cuando el colectivo médico, que por composición social era la base del PP en la sanidad, se moviliza con una huelga indefinida y con la dimisión de la mayoría de los equipos directivos de los centros de salud. Este hecho insólito hizo que la lucha contra la privatización se visibilizase de una manera más clara. Uniéndose los demás sectores de la sanidad a las movilizaciones, ocupando y «abrazando» los centros y con algún paro de 24 horas.
En estos momentos y tras el final de la huelga indefinida, la Comunidad de Madrid está pretendiendo negociar, o más bien acordar con los sectores profesionales lo que podrán aceptar de la privatización para conseguir la desmovilización de todo el sector.
Al mismo tiempo, y esto es lo que debe ser el factor clave, se siguen produciendo movilizaciones en los centros sanitarios y manifestaciones, así como una amplia solidaridad de la población con esa lucha y la insumisión al pago del euro por receta. Se habló de una huelga para febrero, pero por el momento está en suspenso. En cambio, sí está prevista una nueva manifestación de la marea blanca para el 17 de febrero. Además, varios colectivos sanitarios ya han manifestado su adhesión a la manifestación del 23 de febrero que pretende unir a todos los sectores en lucha. Un dia para sumar todas las mareas en una sola.
Esperemos que el colectivo médico continúe rechazando todas las medidas privatizadoras y que avance a la hora de articular un frente común de las distintas mareas contra las políticas privatizadoras y neoliberales. El objetivo debe ser derogar la ley 15/97, que es la que posibilita la privatización de la sanidad.
En Catalunya, los recortes están afectando la calidad asistencial, la prestación de servicios y los derechos sociolaborales y económicos del personal sanitario. Tras finalizar en enero una ola de encierros en diversos hospitales, ahora se está abriendo una nueva fase de coordinación para reemprender las movilizaciones.
El 16 de enero nació la Coordinadora laboral de centros sanitarios de Catalunya tras una asamblea que reunió trabajadores y trabajadoras de 36 centros. Las estructuras de coordinación que se están creando y la imagen de unidad en el sector sanitario catalán será importante para animar a otros sectores, y a la sociedad en general, a sumarse a la lucha contra los recortes. Además de un manifiesto común, las comisiones de esta coordinadora están preparando nuevas acciones para todo el sector sanitario catalán, pero también con la perspectiva de coordinarse con el resto del Estado.
De hecho, este mes de febrero tendrá lugar la primera marea blanca catalana, que coincidirá con la madrileña. A largo plazo, la Coordinadora necesitará conseguir un nivel de movilización superior de la que ha habido hasta ahora en Catalunya. Los recortes que ya anunció CiU que haría crisparán más el sector, que tiene que conectar con el resto de la sociedad para formar una verdadera marea blanca masiva. Las ocupaciones de hospitales de diciembre y enero no tienen que caer en saco roto, hay que aprovechar los lazos creados entre los diferentes activistas para construir una red apoyo y movilización desde la base tanto dentro de la sanidad, como fuera.
En este contexto, se necesitará no sólo unir las diferentes mareas, sino avanzar hacia una mayor radicalización de las protestas, que contemplen la posibilidad de huelgas largas como las de la sanidad madrileña. Esto sólo se dará si los sectores más combativos de los centros de salud consiguen extender esta idea a la mayoría de la plantilla.
A nivel general, los ataques a la sanidad son diversos y provienen de administraciones diferentes, pero hay un responsable político común: el gobierno del PP. Rajoy es el que está aplicando la austeridad en el Estado español, es el que impone los objetivos de déficit de las diferentes autonomías, que luego recortan o privatizan para cumplir las metas fijadas por el gobierno central -aunque esto no exculpa la complicidad de los gobiernos autonómicos.
En este sentido, las luchas del sector público necesitan avanzar hacia una coordinación entre ellas y a nivel estatal, para golpear juntas y apuntando al gobierno del PP y su excusa de la deuda, que es ilegítima e injusta. El 23 de febrero será una buena oportunidad para empezar por este camino.
Aitor Bayón y Luis Zhu son militantes de En lucha / En lluita