Traducido para Rebelión por Daniel Escribano
Ése titular de portada escogió el diario ultraespañol La Razón el pasado sábado: Todos contra Bildu, adaptando mecánicamente aquel Todos contra ETA que utilizaban antaño. El problema es que, a diferencia de entonces con ETA, ahora en España tienen difícil actuar todos de consuno contra Bildu ―ha quedado claro, por ejemplo, que la derecha nostálgica falangista no cree en el Estado de derecho―. Se han metido en guerras demasiado grandes, en una apuesta suicida perdida de antemano.
Ganar, Bildu ha ganado ya la primera batalla: ha conseguido la legalización contra todos. Y de un modo muy inteligente, además, de un modo que no esperaban, que no pueden controlar, que les ha enervado hasta la exasperación. Desde que, hace algunos años ―mucho antes de las últimas elecciones autonómicas― empezara a tomar cuerpo la idea de formar un polo soberanista, la legalización de Bildu ha sido la primera victoria de un plan estratégico: se ha realizado un control preciso del tiempo político, se ha hecho una aparición pública y escénica justa, se ha construido con temple la credibilidad ante los ciudadanos y agentes sociales, se han abierto puentes permanentes entre culturas políticas diferentes. No están acostumbrados a eso. No se sienten cómodos en ese ámbito. Saben que, en el conflicto de los argumentos y las voluntades, llevan todas las de perder. Están sufriendo, por enésima vez y en muy poco tiempo, la angustia de la España rota. Pero, después de esa primera victoria, puede venir otra, más encrespante: en estas elecciones de mayo, Bildu puede obtener unos resultados tremendamente buenos.
Sin que se haya jugado nada, Bildu ya ha impedido la materialización de la alianza PP-PSOE: les ha arrebatado la razón matemática de la trampa y, en consecuencia, los ayuntamientos y las diputaciones se les han ido de las manos. La única razón ideológica que tenían también se les ha quebrado: la estrategia que les servía contra ETA ―el maniqueísmo, el victimismo, la comezón ciega, etc.― ha perdido toda fuerza. En su lugar, tendrán que lidiar con otra agenda: el reconocimiento político de un pueblo, la construcción cultural, económica y social de un país ―en Navarra mismo, la UPN tendrá que subrayar como nunca su navarridad―. Y, cuando se haya empezado a jugar, tendrán que ver a una miríada de candidatos abertzale de izquierda en muchos ayuntamientos y diputaciones tomando decisiones para ETA, administrando el dinero de ETA ―y es que, a fuerza de repetirlo, el que inventa el cuento, al final, se cree su propia ensoñación―. Bildu tiene los votos que eran de la izquierda abertzale, todos, y, acaso, los que, coyunturalmente, por notorio pragmatismo, se habían ido a otros partidos ―Nafarroa Bai, Aralar y el PNV―. Habrá que ver cuántos votos aglutinarán EA y Alternatiba, pero, también eso, en lugar de girarse contra Bildu, irá a su favor: el trato que han sufrido EA y Alternatiba para obtener su legalización reforzará la decisión de muchos indecisos, seguramente. Además, cualesquiera que sean las dificultades ―como los niveles culturales y de praxis, sin olvidar la guerra sucia―, el polo soberanista irá acumulando capital político, normalizándose y estabilizándose con el tiempo.
Por último, la propia ilegitimidad política del gobierno de Patxi López quedará aun más patente, incluso en los lugares en que no ha sido tan notoria. Respondiendo a la razón de Estado, la alianza que en la Comunidad Autónoma Vasca tienen el PP y el PSOE pasará por grandes estrecheces para poder llevar a cabo su actividad; además de las demostraciones de incapacidad que han realizado y los fracasos que han cosechado hasta ahora ―en la realidad, en el ámbito del euskera, en la enseñanza, en la universidad, en el sindicalismo, etc.; la sociedad civil abertzale no ha claudicado―, a partir de ahora tendrán enfrente una contrapoder estructurado. ¿Cuánto durará López en Ajuria Enea? Huelga decir que no llegará al bienio negro. ¿Eso es todo lo que pueden conseguir todos los que se han unido contra Bildu? Se ha acabado un ciclo macropolítico. Se han acabado los experimentos gaseosos, en la micropolítica. Viene, raudo, el futuro.
Ander Iturriotz es profesor de Sociología y presidente de la Asociación de Escritores Vascos.
Fuente: Berria, 13 de mayo de 2011. http://www.berria.info/m22/testua_ikusi.php?id=7267&mota=analisia