ETB lo ha vuelto a hacer. Siete días después del exitoso y comentadísimo reportaje sobre los negocios turbios de la Corona, el programa 360 grados emitió el domingo 4 de noviembre «Torturas: el crimen mejor escondido». Un documental aterrador sobre cómo España ha torturado a detenidos, ocultado las torturas y premiado a los torturadores. Cuando […]
ETB lo ha vuelto a hacer. Siete días después del exitoso y comentadísimo reportaje sobre los negocios turbios de la Corona, el programa 360 grados emitió el domingo 4 de noviembre «Torturas: el crimen mejor escondido». Un documental aterrador sobre cómo España ha torturado a detenidos, ocultado las torturas y premiado a los torturadores.
ETB ha buscado dos testimonios: Grande-Marlaska y el general Galindo. El ministro es especialmente relevante ya que sentencias suyas que negaban torturas fueron tumbadas por la justicia europea. Como ministro de Interior tampoco tiene nada que decir y no da la cara. En una entrevista en la TV de su país, Euskadi, preguntado por estos asuntos se incomodó. Le gusta más hablar de su vida privada que de su profesión pública.
Sobre Enrique Rodríguez Galindo, exteniente de la Guardia Civil, en el temido cuartel de Intxaurrondo, condenado por secuestro y asesinato, el equipo de 360 grados tiene la exclusiva de enseñar su cara hoy día. Fue excarcelado en 2004 después de pasarse sólo 4 de los 71 años de condena en prisión. Liberado por sus «problemas de salud» hoy, 14 años más tarde, sigue disfrutando de la misma buena salud que le permite pasear por Zaragoza donde el equipo ha podido grabar su cara.
Entre los testimonios que ponen los pelos de punta se verá el de dos mujeres torturadas por la policía («Un agente me metió sus dedos dentro de la vagina y mi cabeza se fue») o de un exagente que abrió una puerta en la comisaría de Sol en Madrid y vio una escena kafkiana: el detenido en una silla, atado con mantas, rodeado de estufas y con un casco de moto mientras un agente lo golpea en la cabeza con un listín de teléfonos. El gobierno vasco ha contabilizado más de 4 mil casos de vascos torturados por las policías estatales entre 1960 y 2014. Preguntamos a la responsable del programa si todavía se tortura en ciertas comisarías y la respuesta no nos tranquiliza: «Mientras haya zonas oscuras, detenidos incomunicados, se podrá seguir torturando».
Del gobierno actual nadie ha querido hablar. La dificultad añadida ha sido encontrar no sólo responsables políticos sino víctimas. No querían hablar. Algunas personas torturadas confesaron al equipo que desde que recibieron la llamada de ETB para ser entrevistadas «no hemos podido dormir». El exteniente Segura del ejército advierte que muchos guardias civiles le han confesado que siguen los métodos de tortura por la connivencia del Estado y por la sensación de impunidad. El forense Paco Etxebarría, una eminencia mundial, destaca un método que no deja marcas: «Poner un boli Bic entre los dedos. Destroza los nervios y no deja secuelas».