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Entrevista a Begoña Zabala, militante histórica del movimiento feminista vasco

«Trabajamos para dar un contenido radical a la palabra feminismo»

Fuentes: Diagonal

Begoña Zabala, en su libro ‘Movimiento de mujeres, mujeres en movimiento’, defiende un modelo de feminismo anticapitalista frente a sus versiones más edulcoradas.

Es una mujer pequeña, de ojos vivos y hablar pausado. Mujer pequeña, gran militante. Recientemente ha presentado su libro «Movimiento de mujeres, mujeres en movimiento» (Txalaparta), donde, a través de algunas de las consignas más conocidas y coreadas en las manifestaciones del 8 de marzo, hace un recorrido por la lucha feminista en Euskal Herria en los últimos años.

DIAGONAL: «Somos guapas, somos listas, somos todas feministas». ¿Por qué es Begoña Zabala feminista?

BEGOÑA ZABALA: Cuando empezamos con el feminismo en los años ’70 éramos muy vilipendiadas: feas, gordas, lesbianas… mujeres fracasadas que íbamos en busca de ‘algo’ y ese ‘algo’ era siempre algo malo. Ahora estamos en otra época en la que ha habido, por parte de las instituciones y ciertos sectores académicos, una apropiación del concepto, y lo han transformado en algo muy light. Desde los grupos en los que estamos las mujeres en Euskal Herria trabajamos para dar un contenido radical a esa palabra, volver a enseñar que el feminismo sigue siendo una reivindicación y no esa ñoñez de «mujeres feministas por la igualdad», sino que seguimos teniendo razones para ser feministas y estas razones tienen que ver con modificar los patrones de un modelo liberal muy agresivo y un modelo de estado «democrático» cuyas instituciones no respetan los derechos de las mujeres y de las minorías o siguen restringiendo el derecho al aborto.

D.: «Las mujeres se mueven», pero ¿hacia dónde?

B.Z.: Tratamos, como movimiento de mujeres, de ser un movimiento que haga avanzar al mundo a favor de los intereses de todas las mujeres y esto de ‘todas’ es muy importante porque, aunque observamos que se consiguen algunas reivindicaciones, corremos el peligro de que se consigan derechos sólo para una capa de la sociedad. Una capa que coincide con la española, que tiene los derechos de nacionalidad, con ciertos estudios y ciertas carreras, un cierto nivel económico… Es verdad que una mujer puede ser directiva, pero ¿cuántas mujeres pueden llegar?, y las que no llegan ¿dónde se quedan? Es verdad que puedes controlar tu cuerpo y tu natalidad, pero las que no pueden… La sociedad, a veces, consigue derechos, pero dentro de ella se hacen dos capas, las que tienen los derechos reconocidos y equiparables al sector masculino y las mujeres que no los consiguen por el hecho de ser mujeres: las mujeres inmigrantes, las trabajadoras del hogar sin seguridad social, la gente muy joven que no accede a los métodos de anticoncepción…

D.: En los tiempos que corren, ¿se puede afirmar realmente que «ninguna mujer es ilegal»?

B.Z.: Me parece muy importante este tema porque, con demasiada complacencia, estamos asistiendo a una dualidad de la sociedad. Existen mujeres sin derechos. Ahora que parece que un número importante de mujeres ha accedido al trabajo remunerado y a unas cotas importantes de libertad, lo que no podemos permitir es que estas mujeres construyan sus libertades a costa de los no derechos de otras mujeres. Mujeres que acceden a puestos importantes que tienen que contratar a una mujer para que se ocupe de las tareas del hogar y además lo hacen sin seguridad social…

D.: ¿A qué te suena «En Navarra tú decides»?

B.Z.: Las decisiones tanto colectivas como individuales son puestas en cuestión, porque en un sistema, el del Estado español, en el que quizás no querríamos estar, pero estamos, y se permite decidir sobre tu descendencia a través del aborto en el caso de un embarazo no deseado y en una serie de supuestos. Aquí, en Navarra, no se puede ejercer este derecho debido a un sistema de ley que no articula los medios necesarios para abortar en la sanidad pública, a un sistema de ley que permite la objeción la conciencia, que está bien, pero que no ofrece alternativas. Debido a un sistema que deja que campen a sus anchas médicos reaccionarios, y a fascistas organizados que han llamado «asesinas» a mujeres que ejercen su profesión y a las que las han agredido y amenazado. En Navarra coincide que tienen unos mecanismos de presión, de poder y de chantaje y de discriminación impresionantes. Se produce un límite absoluto a la libertad individual con la excusa de la objeción de conciencia.

«Juntas en una lucha común»

D.: ¿Qué es lo que separa a las mujeres para que no estemos todas en la manifestación del 8 de marzo?

B.Z.: La lucha feminista une a todas las mujeres, ya que posee reivindicaciones que van a beneficiar a todas las mujeres. Pero las mujeres no sólo somos mujeres, estamos atravesadas por otros intereses. Puedes ser nacida fuera o nacida aquí, abertzale, trabajadora, propietaria, empresaria, de derechas, católica… Cuando se cruzan todos los intereses que tiene una persona, a veces priman otros por delante del feminismo. Hay un montón de mujeres que no están por la labor de que consigamos todos los derechos para todas. Hay gente incluso que se reclama feminista que estaría, por ejemplo, por cerrar fronteras, y que lo que hay aquí se reparta entre las que estamos, por lo que toda la gente que viene de fuera mejor que no venga. Es un planteamiento muy diferente al que tenemos nosotras.

Respecto a las agresiones, ¿quién no va a rechazar una agresión a una mujer? Todas las campañas se hacen cuando la agresión es evidente, pero el que posibilita que se pegue a las mujeres es todo un sistema que monta unos roles, y supedita a la mujer. Eso es lo que hay que cambiar. Hay mucha gente que igual protesta en un momento puntual y con otros planteamientos, pero no con el de cambiar los diseños curriculares, sacar la religión de las escuelas… Nosotras tenemos unos intereses muy particulares, somos de izquierdas absolutamente, estamos colocadas en un territorio histórico y somos soberanistas, autodeterministas de las personas, los colectivos y los cuerpos, antidesarrollistas… No es un feminismo más.

«El feminismo triunfará»

D.: «El feminismo triunfará». ¿Por qué?

B. Z.: Significa que no todos los lemas y consignas van a salir triunfantes de aquí a 20 años, sino que la lucha feminista posibilita en sí misma que empieces a ejercitar todos los derechos que reclamas. Por ejemplo, cuando empezamos a reclamar libertad para nuestros cuerpos, nosotras decidíamos con quién teníamos relaciones, si nacían hijos… Para eso no tenías que esperar a que hubiese una ley. El feminismo tiene muchos elementos que puedes poner en práctica, por ejemplo, que «la plancha y fregona para todas las personas», que quiere decir que tú, con tu pareja, te lo pelees. Es como el ecologismo, no hay que esperar a que se tome la decisión de reducir el CO2, tú ya puedes tomar la decisión.