En relación con el artículo aparecido de Mario Cuéllar el dia 8 de enero, titulado «Iglesia vs.Telefónica», en el que manifiesta sus problemas para ejercer el derecho de apostasía, quiero decirles que mi persona, inscrito en el Obispado de Córdoba, no he tenido tales problemas. Enviado en su día escrito certificado al Obispado de Córdoba, […]
En relación con el artículo aparecido de Mario Cuéllar el dia 8 de enero, titulado «Iglesia vs.Telefónica», en el que manifiesta sus problemas para ejercer el derecho de apostasía, quiero decirles que mi persona, inscrito en el Obispado de Córdoba, no he tenido tales problemas.
Enviado en su día escrito certificado al Obispado de Córdoba, según modelo obtenido de la página de Izquierda Republicana, recibí a las pocas semanas escrito del mismo, indicándome el procedimiento formal para la realización de dicho acto, con la única condición de que fuese consciente y voluntario, ofreciéndome la posibilidad de redactar escrito ante notario, o bien personado con dos testigos en las oficinas del obispado o bien de uno de sus vicarios territoriales.
De este modo, me personé en la parroquia de Sto. Domingo de Guzmán en Lucena (Córdoba), por cierto uno de los más importantes centros judíos de Al-Andalus, donde fui atendido cordialmente por el sr. párroco, quién tuvo a bien rellenar el acta solicitada, siendome entregada un CERTICIADO PARA ENTREGAR A LOS QUE HAN ABANDONADO CON ACTO FORMAL LA FE CATÓLICA.
En el mismo, firmado y sellado por el párroco, dice así. «El que suscribe…..sacerdote designado por el Sr. Obispo para dar fe pública de las declaraciones personales y libres de renuncia a la fe católica, quiere comunicarle lo siguiente:
1.- La inscripción en el «libro de bautizados» en la Iglesia Católica no significa, por si misma, la condición actual de ser miembro de la misma. Indica el hecho histórico de haber sido bautizado en el seno de la misma, sin que este hecho pueda negarse sin faltar a la verdad.
2.- En las personas adultas depende de su propia voluntad ser o no ser miembro de la Iglesia Católica, por lo que es cada uno, con su conducta y criterios, quién lo acredita o lo niega.
3.- Que la Iglesia está siempre dispuesta a acoger en cualquier momento a cuantos quieran vivir y residir en su seno. Y desea que Ud. sea siempre sincero consigo mismo y siga su propia conciencia.
4.- Finalmente, en este caso, puesto que Ud. así lo desea y exige, CERTIFICO Que D………..Con DNI…….. en el dia de la fecha, ha abjurado ante mí, por acto formal, de su fe católica, por lo que en fe de ello enviaré a la Parroquia de….. en………., donde fue bautizado, notificación del acto de renuncia del que he sido testigo, a fin de que se anote debidamente al margen de su acta de bautismo. Y para que conste, expido el presente en……, a ……de …»
Este certificado vale como prueba personal para cualquiera que precise de su renuncia formal a la Iglesia Católica. Así pues, desde aquí, seguimos animando a todos aquellos cuya conciencia les exija coherencia con su pensamiento y deseen abandonar el seno Católico. Solamente hace falta insistir e incomodarse ligeramente al tener que personarse en alguno de los lugares validados por la Iglesia para ello.