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Prólogo al libro El poeta eres tú. Selección de poemas cubanos para Ernesto Ché Guevara

Tú eres el viento que llega

Fuentes: Rebelión

» Tú eres el viento…», se leía en el cartel: «…el viento que llega» o «…el viento que vuelve», no alcanzo a precisarlo. Fue en los ochenta -años intensos- en alguna calle de La Habana, quizá 23. O tal vez entrando los noventa -años de resistencia y crisis- en Malecón o Prado. Aunque tal vez […]

» Tú eres el viento…», se leía en el cartel: «…el viento que llega» o «…el viento que vuelve», no alcanzo a precisarlo. Fue en los ochenta -años intensos- en alguna calle de La Habana, quizá 23. O tal vez entrando los noventa -años de resistencia y crisis- en Malecón o Prado. Aunque tal vez fue antes, en la Plaza o en la Calzada del 10 de Octubre o en la Quinta Avenida, y la memoria obnubila esas nimiedades de tiempo y lugar para retener la imagen perdurable: un fondo urbano cuajado de rostros que el viento acaricia, una muchacha que sostiene el cartel con la foto de Korda y el texto anunciador.

En la memoria, Guevara va entre una multitud de jóvenes que sonríe y canta y se expande, lo sostiene esa muchacha de rostro agraciado y mirada inteligente, que es una más entre quienes no cesan de buscar, quienes intentan ser como el Ché, mejores que ellos mismos, más solidarios y humanos, aunque sepamos lo arduo del camino, aunque veamos que «el llamado era de una dureza irresistible». Porque supimos siempre del dolor de la partida, de la ausencia inconsolable, de la tajadura en círculo, y soñamos el sueño de la rebeldía, su regreso y permanencia: va el Ché en la memoria de una generación y otra y otra, «puro como un niño/ o como un hombre puro» y su imaginario remonta las cimas más abruptas y asciende con el tiempo y se renueva.

El lugar de la poesía en esa permanencia, ascenso y renovación no es pequeño, y adquiere connotaciones diversas. El arte en general supo encontrar en el Ché, en su pensamiento y en su acción, en su vida y en su muerte, signos propensos a la creación y comunicación de imágenes perdurables, dotadas de sentido. Y sospecho que ese imaginario seguirá creciendo y trasmitiéndose -vigorosamente sustanciado- ahora que América comienza a entrar a esa época anunciada «…c uando el cóndor andino venza por fin al águila» .

Junto a los textos de escritores muy conocidos como Nicolás Guillén, Félix Pita Rodríguez, José Lezama Lima, Ángel Augier, Mirta Aguirre, Eliseo Diego, Fina García Marruz, Cintio Vitier, Samuel Feijóo, Jesús Orta Ruíz, Carilda Oliver Labra, Pablo Armando Fernández, Miguel Barnet o Luis Rogelio Nogueras, encontrará el lector poemas de autores de generaciones más recientes (Raúl Hernández Novás, Alex Pausides, Roberto Méndez, Reinaldo García Blanco o Pedro Llanes, entre otros) en cantidades suficientes para apreciar esa continuidad y renovación de la presencia del Ché en la poesía cubana contemporánea y verificar los modos en que se dialoga con sus aportes a la Revolución Cubana.

Quien se detenga a constatar los lugares de nacimiento, advertirá una significativa presencia de poetas villareños, lo cual parece ser expresión de la particular relevancia que en el entorno de esa región tuvo siempre el legado del Ché Guevara como combatiente de la guerra revolucionaria, constructor de una nueva sociedad y símbolo de las luchas por la liberación latinoamericana. Esa trascendencia se afianzó en los últimos años en la memoria individual y colectiva, con la inauguración, en 1997, del Memorial que guarda sus restos, en la ciudad de Santa Clara, y el estimulo a la creación poética referida a este tema, mediante la convocatoria del Premio de Poesía Ciudad del Che.

Hay aquí, como cabía esperar, una preponderancia de la imagen épica, más proclive a ser honrada en un sujeto de la historia que es paradigma del héroe moderno en lucha por la libertad de un continente, con las armas en la mano. Pero de ninguna manera estos poemas se agotan en ese aspecto, por si solo meritorio. Se encuentra -además- la mirada a los azares concurrentes de un mismo devenir fecundo en hombres de trayectorias parecidas, las recepciones más íntimas de las ideas y palabras del héroe, la vida personal que hizo posible el gesto heroico, las relaciones causales de la historia, las contradictorias realidades en que el sueño se construye.

Es sintomático el estremecimiento provocado en casi todos los poetas coetáneos del Ché por la noticia de su muerte que -como en Jesús o Martí- adquiere muchas veces el carácter de una conmoción y/o revelación y se manifiesta en un espectro amplio de voces que trasmiten su dolor, admiración y la certidumbre de un renacimiento futuro, pues «Todos los apaleados del mundo/ lo entienden, lo besan, lo sujetan: héroe…»; así como la persistencia de ese sacudimiento en otros poetas más jóvenes ante «…el vaho que hace trizas/ el guerrillero milagro,/ mi esperanza.»

Esta selección, preparada por la Editorial Letras Cubanas en homenaje al Ché Guevara en el 40 aniversario de su asesinato en tierras bolivianas -por órdenes llegadas desde más al norte- y a los 80 años de su nacimiento que se cumplirán en junio del 2008, nos muestra bien muchos de los significados que encuentra la poesía cubana en las ideas y actos guevaristas y sus alegorías posibles. Desde sus límites cuantitativos nos revela también cómo se imaginaron esos atributos en cada década transcurrida y el modo en que recepcionaron los poetas cubanos en distintos momentos esa «… precipitación del trueno y la esperanza » que el Ché colocó en el cielo de América. Leamos, o volvamos a leer, entonces, los poemas reunidos de este libro con inteligencia y fervor, porque él -su inspirador y protagonista- será siempre el viento que llega, que vuelve, que renueva…

* Prólogo a la El poeta eres tú. Selección de poemas cubanos para Ernesto Ché Guevara. Editorial Letras Cubanas, 2007.