Recomiendo:
0

Referéndum en Euskadi y elecciones en Cuba

Un «ejemplo hipotético» dedicado a Rosa Montero

Fuentes: Rebelión

Leo la columna de Rosa Montero de El País del 18 de enero titulada «Carlismo», donde critica duramente la posibilidad, legitimidad y oportunidad de un referéndum en Euskadi sobre el Plan Ibarretxe. Reconoce que un porcentaje mayoritario de vascos piensa, según una reciente encuesta, «que el plan podría mejorar la situación de violencia». A lo […]

Leo la columna de Rosa Montero de El País del 18 de enero titulada «Carlismo», donde critica duramente la posibilidad, legitimidad y oportunidad de un referéndum en Euskadi sobre el Plan Ibarretxe. Reconoce que un porcentaje mayoritario de vascos piensa, según una reciente encuesta, «que el plan podría mejorar la situación de violencia». A lo que responde Montero: «He aquí la maquinaria del chantaje criminal en perfecto funcionamiento». Su tesis la defiende con «un ejemplo puramente hipotético»: «cójase, por un lado, un grupo social, y, por otro, un puñado de mafiosos armados. Déjese que estos bandidos armados torturen, maten y aterroricen al grupo social durante décadas y después, cuando el colectivo esté suficientemente quebrantado, moral y anímicamente, permítase que unos cuantos del grupo, junto con los amigos de los mafiosos, propongan un plan, aunque se estrafalario». Para terminar afirmando a modo de pregunta «¿consideran ustedes que eso sería un ejercicio de libre elección?».

Ahora soy yo quien le sugiere a Rosa Montero otro ejemplo puramente hipotético. Cójase un pequeño país que desea seguir su propio y soberano camino en la situación internacional. Frente a él, el más poderoso de los países le niega todo tipo de relaciones comerciales y sanciona con prisión a cualquier persona, empresa o gobierno que ose ayudar, donar o comerciar con ese pequeño país. Además, el país grande paga y premia a cualquier habitante del pequeño que muestre su oposición, mienta, engañe o impida el normal desarrollo de la vida cotidiana dentro del pequeño, aunque sea con la violencia.

No conforme con esto, el grande presiona con sus poder militar y económico a toda la comunidad internacional para que aísle al pequeño. Al no ser todo eso suficiente, esgrime la amenaza constante de una intervención militar como tantas que ya ha consumado en otros países del mundo.

El país grande exige como condición para el cese de su hostilidad que se celebren elecciones. Tiene reservado para entonces, jugosos fondos para quienes defiendan sus intereses y las amenazas constantes para quienes se nieguen a sus imposiciones. Parafraseando a Rosa Montero, «¿consideran ustedes que eso sería un ejercicio de libre elección?». Entonces, le pregunto yo a la musa de El País, ¿por qué tanto interés por esas elecciones en Cuba y no en Euskadi?

www.pascualserrano.net