“Que no se detengan los tanques hasta que las esteras se mojen con el agua de la playa, porque cada minuto que esos mercenarios estén sobre nuestro suelo entraña una afrenta para nuestra Patria”.
Fidel Castro
Entre el 17 y el 19 de abril de 1961, tropas de la brigada 2506 al mando del gobierno de Estados Unidos, desembarcaron en costas cubanas para propiciar una intervención militar en la isla, y sufrieron la primera gran derrota del imperialismo en América.
Fueron días de tensión y enfrentamiento a un hecho que marcó un punto importante en la interminable lista de hostilidad y agresiones que, desde el triunfo de la Revolución cubana, el 1 de enero de 1959, promueve Washington contra la nación antillana.
Gracias a la acertada dirección de Fidel y a la preparación del pueblo para el combate y la solidaridad internacional, en solo 72 horas se consiguió la victoria.
Han transcurrido 60 años y nuestro pueblo sigue enfrentando batallas en otros ámbitos, demostrando también que seguimos triunfando.
Rememorar aquellos días es recordar la intervención de Fidel en la esquina de 23 y 12, del Vedado habanero, actual municipio de Plaza de la Revolución, durante el sepelio de las víctimas por los bombardeos mercenarios:
“Esta es la revolución socialista y democrática de los humildes, con los humildes y para los humildes. Y por esta revolución de los humildes, por los humildes y para los humildes, estamos dispuestos a dar la vida”.
Aquel 16 de abril de 1961 resulta una fecha doblemente gloriosa, pues además de proclamarse el socialismo nació el actual Partido Comunista de Cuba (PCC), heredero legítimo del Partido Revolucionario de José Martí de 1892, y del primer partido marxista-leninista fundado por Carlos Baliño y Julio Antonio Mella, en 1925. El PCC, que mantiene al pueblo unido ante desafíos que deparan los nuevos tiempos y nos conduce a la victoria.
Hoy el pueblo de Cuba libra otro Girón igual pero diferente: igual porque defiende con el mismo coraje que en aquel del 61 sus convicciones, sus valores y las conquistas de una Revolución invencible que tanta sangre valiosa ha derramado.
Defiende los principios solidarios y el amor a la libertad y la igualdad plena, defiende la justicia y el derecho de vivir en paz, sin injerencias, sanciones y bloqueos genocidas.
Aun son esos guerreros que no temen a la muerte, sino que la enfrentan y la derrotan, somos eternos vencedores.
Este Girón es diferente porque, ahora no usamos armas para defendernos, somos un ejército pacífico capaz de derrumbar montañas, escalar los picos más altos, llegar a los lugares más oscuros, para vencer a la muerte.
Somos un ejército de guerreros incansables que no se doblegan ante las adversidades, las calumnias, y los descréditos de los mismos enemigos, que no se cansan de hostigarnos, acosarnos y avasallarnos.
Los cubanos dignos estamos hechos de un material especial, resistente, somos caguairanes robustos que se fortalecen con las injusticias y desmienten y hablan muy alto con toda su verdad, mostrando cada día el valor y los resultados de su accionar por el mundo, haciendo el bien, sembrando amor y humanidad.
Monstruo del norte, este Girón es también nuestro, luchamos contra la Covid-19, en muchos países del mundo y desarrollamos nuestra ciencia para encontrar la vacuna que salvará a nuestro pueblo y a la humanidad. No cabe dudas, nuestra lucha será larga pero la victoria será siempre nuestra.
María Inés Álvarez Garay. Profesora y colaboradora de la Brigada Médica Cubana en Gambia