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Un gobierno ilegítimo que huye hacia adelante

Fuentes: Rebelión

El viaje de Duque a arrodillarse otra vez ante Trump y a sus aliados “sionistas” para tratar de legitimar la fumigación de los campos con glifosato; el agresivo rechazo gubernamental al informe de la ONU sobre DD.HH.; el provocador “tuit” de Uribe pidiendo acabar con la JEP; las ofensivas palabras de la Ministra Arango que están dirigidas a minimizar y banalizar los asesinatos de líderes sociales; el decreto que aprueba los “pilotos” (pruebas) de fracking para avanzar con sus planes extractivistas y depredadores de la naturaleza; la ofensiva contra los recursos naturales de Santurbán; el entorno violento que vienen armando frente a algunas decisiones de la JEP; todo ello y mucho más…

¿A qué responde? ¿A qué viene? ¿Por qué lo hacen? ¿Son simples equivocaciones, deslices y torpezas? ¿Son solo interpretaciones fuera de contexto? ¿Caben disculpas?

Realmente no creo. Todo eso hace parte de un plan. Ellos, quienes representan a la casta dominante y corrupta en Colombia, creen que ya derrotaron al movimiento social y popular y que pueden pasar a la ofensiva. Quieren huir hacia adelante.

Es muy importante que nos preguntemos y nos respondamos esos interrogantes y muchos otros: ¿Cómo va la preparación del Paro del 25 de marzo? ¿De verdad va a ser una movilización mucho más contundente que la del 21 de noviembre de 2019? ¿Las centrales obreras, sindicatos y demás organizaciones sociales están preparando y organizando un “paro nacional indefinido” que ponga en su lugar a este gobierno? ¿Se percibe en el ambiente que los jóvenes y gentes “no organizadas” un comprobado ánimo y una sentida decisión de movilizarse con mucha más fuerza que el año pasado?

¿Qué efectos ha traído para el movimiento popular las actuaciones de gobernantes locales (Claudia en Bogotá, Quintero en Medellín, otros) sobre aspectos de política local y nacional (construcción del Metro, presencia del ESMAD en las Universidades, otros)? ¿Qué señales envían aquellos partidos y políticos que tempranamente se vienen postulando para las elecciones de 2022? ¿Qué tanto desgaste muestran las fuerzas del “paro nacional”?

La verdad, no veo ni observo un debate serio y consistente que permita hacer balances, unificar esfuerzos, entusiasmar a amplios sectores de la población. Con el solo frenesí y enardecimiento de algunos activistas, no alcanza. Se requiere poner oído en tierra y templar las riendas.

La movilización hacia Bogotá que han programado los bumangueses y santandereanos “por la defensa del Páramo de Santurbán” el próximo 16 de marzo puede ser un gran medidor de las fuerzas populares dispuestas a enfrentar a este ilegítimo gobierno.

Todas las actuaciones de Duque y sus ministros son señales de que creen que el movimiento popular y las fuerzas democráticas están divididas y agotadas; están crecidos y han pasado a la ofensiva; quieren provocar pequeñas protestas para que se desgaste el grueso de la fuerza popular. Ellos saben que si son movilizaciones parciales y minoritarias, siempre terminarán en enfrentamientos insulsos entre jóvenes encapuchados y el ESMAD, que no le causan ni un rasguño al gobierno (y mucho menos al Régimen y al Sistema), y por el contrario, sirven para poner en contra de la protesta a cientos de miles de personas que rechazan esos ejercicios aislados de violencia infantil y manipulada por fuerzas oscuras (entre ellas, las del mismo gobierno).

Y entonces… ¿nos vamos a quedar así? ¿Realmente se viene preparando un Paro Nacional Indefinido para el 25 de marzo? ¿Las fuerzas de las regiones y de las organizaciones sociales del campo se vienen preparando en serio para paralizar este país? ¿Acaso no tenemos encima lo del coronavirus Covid-19 que es una realidad global que influye en todo?

Se corre el riesgo de que si ese Paro no es contundente, si los jóvenes y gentes “no organizadas” que se manifestaron el 21N no se movilizan porque no le tienen confianza a la dirigencia sindical, si la gente no se toma las calles con mayor fuerza que el año pasado, lo que suceda sea que Duque y sus aliados puedan materializar sus planes reaccionarios y represivos en contra de los trabajadores y el pueblo. Y lo más grave, que logren montar la efectiva y mafiosa “dictadura judicial”, que es en últimas lo que desde el mismo inicio de este gobierno desea fervientemente Uribe para librarse de un pasado de delitos y crímenes que ve que lo cerca inexorablemente.

La movilización desde Bucaramanga a Bogotá del 16 de marzo va a ser una prueba de fuego. Que la juventud bogotana se sume con fuerza y pacíficamente para que dicha actividad sirva de detonante a la rabia e inconformidad reprimida que sigue acumulándose en el espíritu de millones de colombianos que han confirmado de muchas formas (las prácticas tradicionales, el escándalo y las denuncias de la Merlano, los audios del “Ñeñe” Hernández, etc.) que este gobierno de Duque no solo es ilegítimo sino además espurio y fraudulento.

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