NADIE sabe, a menos que lo haya vivido, lo que supone que te arranquen a tu hija. El día que a mí me la arrancaron morí, morí en vida. Pegué mis pedacitos para poder salir del Servicio de Infancia que fue donde ocurrió y al salir, me sentí vacía, sin vida. No sabía qué hacer, ni a dónde acudir. Mi cuerpo estaba amoratado, pero me dolía el alma.
Nunca asimilas lo que te ha pasado porque tu mente no entiende tanto dolor, tanto sufrimiento, tanta maldad. Lloras y lloras. Escuchas su respiración mientras estás en la cama, la oyes llamándote en sueños, sientes su dolor y a la vez, no la puedes ayudar y te ves inmersa en una impotencia que te genera una grandísima frustración.
Les denuncié, denuncié a la Diputación Foral de Bizkaia por arrancarme a mi hija, por matarnos en vida, por condenar a una niña de tan sólo 5 años al abismo del sufrimiento, y lo volvería a hacer un millón de veces más porque me quitaron todo. Tanto que me quitaron hasta el miedo.
Pasé días y días llamando a muchas puertas en el País vasco, pero todo el mundo me respondía de la misma manera: “¿cómo se te ha ocurrido denunciar a la Diputación Foral de Bizkaia? No tienes nada que hacer, es David contra Goliat”
Con un enorme pesar tengo que confesar que la ayuda vino fuera de aquí. A los diez días de arrancarme a mi hija estaba en Madrid, en la consulta de una reputada psicóloga en busca de una curación que era lo que, al parecer, me hacía falta. Según la Diputación Foral de Bizkaia no entendía el enorme daño que le estaba haciendo a mi hija y tenía que curarme del síndrome de alienación parental.
Dicho síndrome es inexistente. Es un millonario negocio que surge en torno al mal llamado “interés superior del menor”. Es un arma de destrucción masiva, una tortura, un constructo que perpetúa la violencia contra las mujeres y sus criaturas.
Un negocio que los lobbies machistas y asociaciones de padres se han montado y que cuenta con el beneplácito de muchos profesionales como psicólogos, trabajadores sociales, educadores… que por un billete en la boca son capaces de destrozar de esa manera tan cruel toda una infancia. Además, cuentan con buena representación letrada y el apoyo de muchos empresarios que invierten su dinero de esa manera tan ruin.
Basta con que una madre se atreva a poner nombre a lo que sus criaturas están sufriendo para que toda la maquinaria del patriarcado se active. Según este inexistente síndrome que se lo inventó un pedófilo confeso para ocultar los abusos sexuales producidos a los niños y niñas en la guerra de vietnam, las madres se tienen que curar siendo apartadas con violencia de los menores para dicha curación. Por otra parte, éstos son revinculados ipso facto con sus maltratadores y abusadores, desacreditando por completo sus testimonios.
No se trata de una disputa por la custodia entre ambos progenitores, ¡abrid los ojos!, se trata de ocultar los malos tratos y abusos sexuales de esos padres “lobos con piel de cordero” hacia sus vástagos.
Su aplicación es inmediata tanto por la vía judicial como por la administrativa. En mi caso en el País Vasco existe un instrumento que es de obligado cumplimiento que se llama Balora y aunque dentro de sí entraña una trampa mortal, lo venden como la fórmula mágica para proteger a los menores que están desprotegidos.
Dentro del apartado de maltrato psíquico existe un ítem que es “instrumentalización en conflicto de las figuras parentales” y da lugar al arrancamiento de tus hijos e hijas[1]. Dicho instrumento existe en cada Comunidad autónoma con distintas nomenclaturas, pero el fin es el mismo= hacer negocio con nuestros menores.
Esto se asemeja a lo que en otras décadas les hacían a las mujeres que no entraban dentro los cánones sociales de la época. Ni queremos ni debemos olvidar todos los bebes que fueron robados a sus madres en el franquismo, y post franquismo en esos paritorios que auspiciaban el horror y el sufrimiento de quienes los promovían.
Ahora en pleno siglo XXI nos los arrancan con instrumentos que el propio Departamento de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales del Gobierno Vasco respalda.
Ya hace más de un año que las Juntas Generales de Bizkaia votaron en contra de dicho inexistente síndrome y a favor de quitarlo del instrumento Balora; así como la revisión de los seis últimos meses de todos los expedientes del Servicio de Infancia. Eso mismo se firmó también el Guipúzcoa y en Álava. Es decir, todos los grupos parlamentarios del País vasco votaron en contra de esa trampa mortal que es el Balora y, aun así, no se ha hecho nada por cambiarlo.
Es increíble que una empresa subcontratada tenga el monopolio de todo lo referente a los menores en el País Vasco. En mi caso, el Servicio de Infancia de la diputación Foral de Bizkaia, tiene subcontratada a una empresa llamada Bizgarri.
Dicha empresa, recibe subvenciones tanto del propio Gobierno Vasco como de Bruselas. Tienen a su cargo psicólogos, trabajadores sociales, educadores…El negocio está servido: esos “profesionales” se encargan de hacer informes totalmente sesgados que en un juzgado no son puestos en duda y así pasan meses y años. Una elevada cantidad al mes por cada expediente y por cada menor. Cuanto más tiempo pase ese menor en las garras de la Diputación más beneficios dará.
Cuanto más intenta la madre justificar que las criaturas dicen la verdad, que no hablan por boca de la madre sino de sus propias experiencias de malos tratos o abusos, más desacreditados serán sus testimonios, a más terapias terapéuticas y educativas tendrán que acudir madre e hija. A eso se le llama la terapia de la amenaza: “si no quieres ir con tu padre, no verás más a tu madre” Esa es la terapia reprogramadora que utiliza la Diputación con mi hija cada semana sacándola del colegio y perdiendo clase.
Dicha terapia de la amenaza, que el propio creador de esta arma de destrucción anunciaba, perpetúa la indefensión de las madres que intentamos desesperadamente defender a nuestros hijos e hijas de las garras del maltrato y del abuso.
“No me dejes aquí mama, por favor, tú sabes lo que me hace”. Esas palabras retumban constantemente en mi cabeza cada vez que abro los ojos y veo que mi hija no está conmigo. El no saber si está en el hospital, enferma o llorando es desgarrador. Ver cómo van pasando los días, los meses y los años fuera de su hogar es horrible. La has parido, pero no vales nada. No puedes arropar, ni contar un cuento, ni llevar al colegio, ni acompañar a un cumpleaños o al pediatra a tu pequeña.
Si apareces por el colegio o el pediatra serás reprendida, castigada y aún más alejada de ella y a su vez tu hija será continuamente castigada para que no haga ningún gesto ni ademán de saludarte o abrazarte cuando te vea. Así hasta el más absoluto de los desprecios, el desapego. Afortunadamente con mi hija no lo habéis conseguido y es tanto el amor que nos profesamos la una a la otra que lo destaca hasta la propia Diputación.
El desgaste económico, físico, psicológico y social al que te enfrentas cada día es brutal. Luchas contra la Diputación y a su vez contra una sociedad que no está preparada para ayudar al prójimo, contra una sociedad que no quiere ver. “Algo habrá hecho para que le quiten a su hija”. Esa frase la he tenido que escuchar en numerosas ocasiones junto con la de “¿Seguro que el padre de tu hija no tiene algún enchufe en Diputación?
Señores y señoras ese es el patriarcado en su estado puro. De cara a la galería un sinfín de campañas publicitarias nos invaden animándonos a denunciar los malos tratos que sufrimos, pero es una trampa. Esta sociedad sigue el patrón que tiene como máxima “la familia unida jamás será vencida”. Los menores son víctimas de la reprogramación que el propio sistema quiere seguir perpetuando. No importa qué les haga ese padre “amantísimo y amoroso” es su padre y prevalecen sus derechos frente a los de los menores.
A pesar de contar con la Convención de los derechos del niño, el Convenio de Estambul y numerosas Leyes que deben de proteger al menor, se les obliga a vivir con quien no quieren y a quien temen, obviando los malos tratos y abusos sexuales a los que les someten esos padres.
Tengo que destacar que este inexistente síndrome no tiene valor científico. No está reconocido ni por la OMS ni por la asociación americana de enfermedades psiquiátricas. Es decir, no está ni en el CIE-10 (Clasificación Internacional de Enfermedades), ni tampoco en el DSM-V (Diagnostic and Statitical Manual-V). El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) lo rechaza y la asociación de neuropsiquiatría española insta a su no utilización.
Recientemente, el Parlament de Catalunya ha modificado la Ley 5/2008, de 24 de abril, del derecho de las mujeres a erradicar la violencia machista, recogiendo en el apartado sexto del artículo 5 lo siguiente:
“la violencia institucional incluye la producción legislativa y la interpretación y aplicación del derecho que tenga por objeto o provoque este mismo resultado. La utilización del Síndrome de alienación parental también es Violencia Institucional”[2]
En septiembre de 2020 la ONU pedía explicaciones a España por la utilización del inexistente SAP en mi caso, Irune Costumero[3]. Decía cosas tan preocupantes como las siguientes:
“quisiéramos expresar nuestra profunda preocupación por la integridad física y mental de la Sra. Costumero pero también de su hija. Quisiéramos llamar a la atención del Gobierno de su Excelencia sobre los estándares y normas internacionales que protegen los derechos que se les están vulnerando a las víctimas mencionadas anteriormente, tales como el derecho fundamental a la integridad física y psicológica, el interés superior de la niña o el derecho de toda mujer a una vida libre de violencia”
“nos preocupa que muchas decisiones administrativas y judiciales reflejan una interpretación de la legislación nacional por parte de los operadores de justicia pero también por parte de trabajadores sociales, basadas en prejuicios y estereotipos de género. Quisiéramos mencionar que la ausencia de una perspectiva de género por parte de la judicatura puede verse reflejada en los procedimientos que atribuyen un valor inferior al testimonio o argumentos de las mujeres como partes o testigos”
“nos preocupa que los estereotipos y prejuicios de género así como la ausencia de una perspectiva de género y de un análisis interseccional de la discriminación contra la mujer obstaculicen el acceso a la justicia por parte de la mujeres y niñas víctimas impidiéndoles obtener un recurso efectivo”
“nos preocupa el uso del presunto Síndrome de Alienación Parental (SAP), contra las madres y la falta de credibilidad que algunos tribunales otorgan al testimonio de los niños y niñas cuando la madre denuncia abusos hacia el menor por parte del padre”
Nada más darse a conocer la preocupación de la Relatora de las Naciones Unidas por mi caso, la Ministra de Igualdad Irene Montero se pronunció a mi favor en twiter[4]. Tras reunirme con la delegada del Gobierno contra la Violencia de género Vicky Rosell[5] dijo en twiter lo siguiente[6]:
“Aún impactada por lo que he escuchado y leído, me reafirmo en que el inexistente “síndrome de alienación parental” (SAP) es violencia contra las mujeres e infancia. Ya lo dijo @mujeresjuezas .Un abrazo @Irunecostumero”
A pesar de ello, y casi cuando quedan pocos meses para que se cumplan cuatro años del arrancamiento de mi hija, no nos podemos olvidar que los causantes de dicho arrancamiento, máximos jefes del Servicio de Infancia de la Diputación Foral de Bizkaia incluido el actual Diputado de acción Social Sergio Murillo Corzo siguen, sin sentarse en el banquillo de los acusados porque hace más de un año que la Audiencia dictó Auto de apertura de juicio oral, pero aún no ha fechado un juicio penal.
Sergio Murillo Corzo_Diputado de Acción social_; Antonia Giner Cucarella_Jefa de Valoración y Recepción del Servicio de Infancia_; Consuelo Alonso Vergara_ Jefa del Servicio de Infancia_ y Maika Urutxurtu Cueva_ Trabajadora Social están imputados por Prevaricación, maltrato y delito de lesiones psíquicas contra mi hija y contra mí por utilización del inexistente SAP y arrancarme a mi hija de 5 años con violencia, ignorando sus gritos de auxilio y desesperación junto con más de 10 miembros de la propia Diputación, policía uniformada incluida.[7]
Dichos imputados se enfrentan a las siguientes penas: 15 años de inhabilitación, 5 años 8 meses y 2 días de prisión y han tenido que depositar de forma solidaria la cantidad de 600.000€ en el juzgado.
Asimismo, dichos Autos de imputación son únicos en toda España y la contundencia con la que la propia Audiencia Provincial de Bizkaia se refería en ellos en contra del Inexistente Síndrome de Alienación Parental es visible, como se puede apreciar en los siguientes fragmentos:
“el denominado síndrome de alienación parental y su drástica aplicación son un modo de violencia”.
“Está siendo un instrumento de peligroso fraude pseudo-científico, que está generando situaciones de riesgo para los niños, y está provocando una involución en los derechos humanos de los menores y de sus madres”
“dejan secuelas indelebles en las criaturas y en las madres a las que se las ha arrancado de este modo a su hija”
“la ciencia nos dice que la razón más probable para que un niño rechace a un progenitor es la propia conducta de ese progenitor”
Es por esa contundencia con la que la Audiencia habla en contra del SAP por la que muchísimas mujeres se ven reflejadas en mi caso y ven una pequeña luz al final del túnel, una esperanza de erradicar esta lacra que es el SAP.
De todas formas, es sorprendente que en un País Vasco, que se vende como una sociedad moderna y adelantada en cuestiones sociales, ni mi hija ni yo hayamos tenido en casi cuatro años un juicio digno y el Gobierno haya permitido que permanezcamos separadas sin vernos cinco meses, que antes hayamos tenido que pasar por llamadas telefónicas vigiladas, que después sólo nos viésemos una hora a la semana vigiladas en un punto de encuentro familiar (PEF), que luego al de un año, nos dejasen una hora en libertad, y que para salir del PEF tuviésemos que aceptar la vigilancia de dos educadores que invadían espacios y tiempos, entrando en casa, abriendo puertas, armarios, entrando en mi despacho, vigilándonos en la playa, en cine, el teatro…es una auténtica tortura.
NADIE sabe salvo quien haya estado dentro, lo que se vive en los PEFs. Los venden como Puntos de Encuentro familiar neutrales y una vez allí, todo absolutamente todo es controlado, vigilado. Si ríes eres una histriónica y si estás triste no quieres estar con tu hija. Todo, absolutamente todo es juzgado. Los informes dependen de las empresas externalizadas, en mi caso de Bizgarri, que vive de las subvenciones que les conceden por tener más menores a los que proteger.
NADIE sabe lo que sufrimos las madres como yo que llevamos casi cuatro años sin pernoctas, sin vacaciones, sin cumpleaños, viéndonos escasamente unas horas a la semana, siendo esas horas no sólo para mí sino para toda la familia y amigos. Solicitar y solicitar fines de semana, cumpleaños… y ver como llegan las órdenes forales que se elevan al diputado, que a su vez está imputado por arrancarme a mi hija y que, por supuesto, las deniega una y otra vez, eso sí, todo en aras al interés superior del menor.
El único juicio que hemos tenido ha sido unas medidas cautelares Urgentes art. 158 del CC, admitidas a trámite por la jueza de primera Instancia nº 6 (Familia) de Bilbao en septiembre de 2019 y juzgadas por esa misma jueza en diciembre de 2020 (un año y tres meses después como medida URGENTE).
A pesar de las advertencias a España por la Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre la violencia contra la mujer, esa jueza de familia del juzgado de Bilbao emitió el Auto el 4 de enero de 2021, dejándonos así, por cuartas Navidades consecutivas tanto a mi hija como a mí separadas y dicta una custodia provisional hacia el padre dándome fines de semanas alternos y mitad de vacaciones.
Es decir, rechaza la custodia compartida que yo reclamaba y que tenía firme por dictamen de un juez desde 2015, aun teniendo informes de la forense que evidencian que mi hija no está bien y en los que se puede leer los siguientes fragmentos:
“Se detectan alteraciones de la esfera afectiva: sentimientos de falta de seguridad y necesidad de apoyo, desconfianza y cautela, sentimientos de abandono, miedo a la separación, gran control de la espontaneidad afectiva y actitud defensiva hacia los demás”.
“Persiste el rechazo verbal y proyectivo hacia la figura paterna y a la vez lo hace con miedo porque es consciente que ello puede generar problemas (“los psicólogos se lo dirán, él se enfadará y además le echarán la culpa a mi madre”).
“Lo más valorable es la persistencia de su actitud y el desapego afectivo pese a que desde hace 3 años vive con el padre, que es su cuidador principal y su figura de referencia”.
“La menor sigue manteniendo un vínculo afectivo intenso con su madre”.
“No está satisfecha, le gustaría estar más tiempo con su madre, pero esta resignada. Puede dar la impresión de que la menor está bien, porque muestra un buen rendimiento escolar y social, e incluso ha mejorado su comportamiento y el control de los impulsos, pero las alteraciones de la esfera afectiva son evidentes, y éstas influyen en el desarrollo de su personalidad con el riesgo de desarrollar fobias y/o obsesiones»
¿Cuánto más tienen que sufrir tanto mi hija como el resto de los niños y niñas para que les devuelvan a sus madres? ¿Quién nos devolverá estos, por el momento, cuatro años perdidos? ¿Por qué no se les hace caso a estas criaturas que suplican vivir con sus madres?
Políticos y políticas de España, entérense, por favor, no necesitamos más Leyes de protección al menor, necesitamos con urgencia que las que tenemos sean eficaces y sean garantes del bienestar de nuestros hijos e hijas.
Sabéis de sobra lo que pasa en los juzgados de España, no queremos cómplices, queremos gente valiente que luche por el bienestar físico y psicológico de nuestras criaturas. ¡Basta de la aplicación del Inexistente síndrome de alienación parental! ¡Castigad a quien lo aplica independientemente de cuál sea su cargo! ¡Y devolvednos a nuestros hijos e hijas, ya!
Fuentes:
[1] https://www.euskadi.eus/web01-a2gizar/es/contenidos/informacion/balora/es_doc/index.shtml
[2] https://www.boe.es/eli/es-ct/l/2008/04/24/5
[3]https://spcommreports.ohchr.org/TMResultsBase/DownLoadPublicCommunicationFile?gId=25553
[4]https://twitter.com/IreneMontero/status/1332412551263625217?s=08
[5] https://diario16.com/vicky-rosell-recibira-en-igualdad-a-la-madre-para-la-que-la-onu-pide-justicia-al-quitarle-su-hija-por-el-falso-sindrome-de-alienacion-parental/
[6] https://twitter.com/vickyrosell/status/1337399491515744257?s=24
[7]https://elpais.com/sociedad/2020/01/29/actualidad/1580297749_450260.html