El Tribunal Superior de Murcia condena al Ministerio de Defensa a devolver a la fundación de enseñanza Sanje unos terrenos expropiados en 1977.
A la sombra del pico Columbares, entre pinos carrascos, matorrales y casas derruidas se extiende la finca Munuera y Los Pareja (pedanía de Gea y Truyols de Murcia), un terreno abandonado comido por la naturaleza que antaño fue una zona de cultivos cuyos frutos se destinaban a la Escuela Profesional San Jerónimo de Alcantarilla, fundada por los jesuitas en 1943 y que atendió a decenas de miles de alumnos de distintos municipios cercanos. Esta finca de 222 hectáreas está dividida en varias parcelas, y entre ellas hay una cosa que las une: están en manos del Ejército.
En 1977 el Ministerio de Defensa (entonces conocido como ‘del Ejército’) llevó a cabo una expropiación forzosa de los terrenos a la propietaria de aquella época, la Fundación Manresa, una de las entidades sociales de la Compañía de Jesús, orden religiosa de los jesuitas. Tras años de lucha para revertir los terrenos a sus propietarios, la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Murcia les acaba de dar la razón y obliga al departamento dirigido por Margarita Robles a devolver la finca a sus nuevos dueños.
Estos dueños son la Fundación Cooperativa Sanje, que deriva de la extinta cooperativa de enseñanza creada a raíz de que los jesuitas abandonaran las instalaciones en Alcantarilla de la Escuela de San Jerónimo. Hoy en día dicho centro es el instituto público Sanje, dependiente de la Consejería de Educación.
La primera escuela y la posterior cooperativa llevaron a cabo una pedagogía innovadora para la época, centrada en la formación de quelos hijos de los obreros de Murcia y alrededores necesitaban formarse para superar su precaria situación. Fue una educación rompedora que se desarrolló bajo la dictadura de Francisco Franco y que promovía «el trabajo sobre el capital» y la «igualdad de todos los hombres», tal y como recoge el ideario de la Fundación Sanje.
El precio de la matrícula, por ejemplo, se elegía en función de las condiciones económicas de cada alumno y los padres creaban comités en los pueblos para participar en el sistema de reparto de becas de sus vecinos. «Los profesores impulsaban una enseñanza basada en la solidaridad, el respeto y una actitud de no cerrar los ojos ni callar ante una situación de injusticia», según los valores de la escuela Sanje.
Uso compartido
El fallo del tribunal da, tras años de reclamaciones al Ministerio de Defensa, la razón a los propietarios. Esa expropiación del Ejército fue encaminada a construir un polvorín en la rambla de Munuera que jamás se llegó a edificar.
Los terrenos, según alegó la Abogacía del Estado, han servido para prácticas militares del Ejército del Aire desde 1997. Pero pese a ello, la magistrada de la Sala no lo entiende así: «Nos encontramos con unos terrenos en los que no se ha ejecutado la obra que motivó la expropiación, y que no están formalmente afectados a otro fin, sin que a estos efectos sea suficiente que se sigan utilizando para realizar ejercicios militares».
La sentencia no es firme y todavía el Ministerio puede presentar un recurso de casación ante el Tribunal Supremo. Antes de llegar a este punto, la Fundación quiere proponer el uso compartido de los terrenos con los militares. El objetivo es «restaurar la finca con cultivos de secano (olivos, almendros y algarrobos) dando la oportunidad al Ejército de que haga marchas militares en estos terrenos una o dos veces al año», señalan desde la Fundación.
Los dueños quieren que la finca cumpla un valor medioambiental, ya que hay que tener en cuenta que se sitúa en una Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), y un valor educativo que defiende la cooperativa.
Testamento: una finca para los niños «débiles»
En 1965 Dolores García Fontes, propietaria entonces de la finca rústica ‘Munuera’, decidió legar los terrenos ubicados en Gea y Truyols a la fundación de los jesuitas con el fin de que fueran destinados a labores educativas de la Escuela profesional de San Jerónimo, cuya primera sede fue el monasterio del mismo nombre que hoy ocupa la Universidad Católica de Murcia (UCAM). Dolores García dejó estos terrenos en manos de los religiosos para que sirvieran a la «educación de niños y jóvenes económicamente débiles», según consta en su testamento.
El Sanje de Alcantarilla: el ‘Bella ciao’ como himno antes que el ‘Cara al sol’
La Fundación Cooperativa Sanje nace de la antigua entidad educativa sin ánimo de lucro que tomó las riendas de la Escuela San Jerónimo en Alcantarilla (hoy es el IES Sanje). La Fundación ha organizado charlas y conferencias en los últimos años encaminadas a defender un modelo educativo que pretende recuperar. Busca promover «la preeminencia del trabajo sobre el capital», según sus estatutos.
Defienden que «la justicia y la equidad exigen tratar, desde el nacimiento, de manera desigual a los desiguales, según sus carencias hereditarias o sociales, como camino a la igualdad de todos los hombres, radical exigencia de una sociedad plenamente democrática». Para ellos, «el conocimiento es inalienable a los intereses económicos, a la ocultación a la mentira o al propio saber». Entre los alumnos destacados de la escuela estuvo el obispo de Cartagena José Manuel Lorca Planes o el expresidente regional Andrés Hernández Ros.
«El himno de Sanje no era el ‘Cara al sol’, como en la mayoría de colegios de la época, sino el ‘Bella ciao’, popular canción (conocida ahora por ser la banda sonora de la serie La casa de papel) para la que se hizo una letra distinta, que hablaba de pobres y esclavos, del proletariado que se decide a luchar», señala la Fundación.
A la sombra del pico Columbares, entre pinos carrascos, matorrales y casas derruidas se extiende la finca Munuera y Los Pareja (pedanía de Gea y Truyols de Murcia), un terreno abandonado comido por la naturaleza que antaño fue una zona de cultivos cuyos frutos se destinaban a la Escuela Profesional San Jerónimo de Alcantarilla, fundada por los jesuitas en 1943 y que atendió a decenas de miles de alumnos de distintos municipios cercanos. Esta finca de 222 hectáreas está dividida en varias parcelas, y entre ellas hay una cosa que las une: están en manos del Ejército.
En 1977 el Ministerio de Defensa (entonces conocido como ‘del Ejército’) llevó a cabo una expropiación forzosa de los terrenos a la propietaria de aquella época, la Fundación Manresa, una de las entidades sociales de la Compañía de Jesús, orden religiosa de los jesuitas. Tras años de lucha para revertir los terrenos a sus propietarios, la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Murcia les acaba de dar la razón y obliga al departamento dirigido por Margarita Robles a devolver la finca a sus nuevos dueños.
Estos dueños son la Fundación Cooperativa Sanje, que deriva de la extinta cooperativa de enseñanza creada a raíz de que los jesuitas abandonaran las instalaciones en Alcantarilla de la Escuela de San Jerónimo. Hoy en día dicho centro es el instituto público Sanje, dependiente de la Consejería de Educación.