Una de las subidas más espectaculares que han registrado estas elecciones ha sido la de los votos nulos y en blanco, que han totalizado cerca de un millón de sufragios, no muchos menos de los que han sumado juntos CiU y PNV. A diferencia de la papeleta en blanco, que es la manifestación inequívoca de […]
Una de las subidas más espectaculares que han registrado estas elecciones ha sido la de los votos nulos y en blanco, que han totalizado cerca de un millón de sufragios, no muchos menos de los que han sumado juntos CiU y PNV. A diferencia de la papeleta en blanco, que es la manifestación inequívoca de no casarse con nadie, los votos nulos son más diversos y van desde los que incluyen algún mensaje a lo Fernán Gómez del tipo «a la mierda», que a todos les sonará a crítica del sistema, a los que practican el vudú sobre algún candidato tachando su nombre, pasando por el de los indecisos que incluyen en el sobre papeletas de varios partidos para quedar bien con todos. También reflejan errores de los electores, pero hay gente que se equivoca votando al PP y al PSOE, y de esos nadie dice nada aunque se tiren cuatro años maldiciendo su torpeza.
A lo que íbamos. Un 4,24% de los electores se han molestado en ir a las urnas para no apoyar a nadie, todo un récord. En la Comunidad de Madrid, por ejemplo, sumaron 122.446 votos, los que les hubiera dado derecho a cinco diputados autonómicos, mientras que los 71.531 registrados en la capital se habrían llevado a casa tres actas de concejal. En Valencia, sus 106.489 papeletas hubieran recibido cinco escaños en el Parlamento regional, mientras que a los 37.700 de la ciudad de Barcelona les hubiesen correspondido tres ediles.
No hay que ser un sociólogo diplomado para comprender que si los votos nulos y en blanco han crecido un 37% en comparación con los anteriores comicios ha de obedecer a alguna razón que los ha movilizado, y entre ellas bien podría estar el movimiento ciudadano que desde el 15 de mayo exige una regeneración de la democracia.
No es de esperar que el PP, a lomos de su euforia, ni el PSOE, en período de aclimatación a los rigores del infierno, hagan el más mínimo caso a esta invisible cuarta fuerza nacional de 973.506 personas, según el recuento provisional de las elecciones municipales. A ellos no les han hecho falta grandes campañas de marketing para multiplicarse; ha bastado que las lonas cubrieran el cielo de algunas plazas.
Fuente: http://blogs.publico.es/escudier/811/un-millon-de-invisibles/