Los lentos progresos del Fòrum, certificados en la recuperación del último fin de semana con más de 25.000 visitas al recinto, no han hecho esconder a la organización una permanente inquietud: la poca celeridad en la venta de entradas. La organización ha vendido hasta ahora 1,1 millones de tíquets (con 1,9 millones de visitas aseguradas), […]
Los lentos progresos del Fòrum, certificados en la recuperación del último fin de semana con más de 25.000 visitas al recinto, no han hecho esconder a la organización una permanente inquietud: la poca celeridad en la venta de entradas. La organización ha vendido hasta ahora 1,1 millones de tíquets (con 1,9 millones de visitas aseguradas), pero necesita despachar en los próximos tres meses dos millones de entradas más para cubrir el presupuesto. A día de hoy, 30 millones de euros (unos 5.000 millones de pesetas), casi la mitad de la cantidad prevista como ingreso de entradas, están por cubrir, según confirmaron a este diario fuentes del Fòrum.
De los 342 millones de euros (56.904 millones de pesetas) fijados como presupuesto de organización (con una corrección al alza de 15 millones de euros), el 15,5%, unos 64 millones de euros (10.649 millones de pesetas) corresponde a la venta de entradas, merchandising y licencias, y el 24,5%, 83 millones de euros (13.810 millones de pesetas) a socios y patrocinadores. El resto lo cubren la aportación de las tres administraciones (Gobierno, Generalitat y Ayuntamiento de Barcelona) con 65 millones de euros (10.815 millones de pesetas) cada una.
El déficit, del ayuntamiento
De cualquier desviación que se produzca sobre el presupuesto se hará cargo el Ayuntamiento de Barcelona. De momento, las previsiones realizadas son más que inquietantes, y no permitirán ningún pinchazo más. El alcalde de Barcelona y presidente del Fòrum, Joan Clos, llegó a insistir en que el objetivo no era conseguir 5 millones de visitantes (que se asegurarían con una venta de unos tres millones de entradas), sino 7,5 millones de visitas, alarde que molestó a la organización.
«Somos conscientes de que, de ahora en adelante, estamos apremiados para vender dos millones de entradas más, pero somos optimistas por la respuesta de la gente en las encuestas», afirmaron fuentes del Fòrum, en un reconocimiento explícito de que la venta de tíquets está por debajo de lo previsto. La organización sigue preguntándose las razones por las que la mayor parte de las 1,1 millones de entradas vendidas (que garantizan 1,9 millones de visitas) siguen sin utilizarse, pese al reclamo de no retrasar la visita al recinto para evitar aglomeraciones.
El mejor fin de semana
Realidad manifiesta es que aquella intuición de vivir en el recinto «un escenario de aglomeración», como anticipó Jordi Oliveras, director general, antes de la inauguración del Fòrum, queda por ahora lejos. La organización temió avalanchas e incomodidades y se preparó para cerrar el recinto con 45.000 personas, pero ninguno de los días se ha llegado aún a esa cifra. El pasado fin de semana marcó, no obstante, un punto de inflexión. La recuperación fue evidente y por vez primera la organización cumplió las expectativas al sumar 129.597 visitas en la semana, que rebasaron al fin la barrera de los 125.000 espectadores, aunque sigan dominando los escolares (50.000 sólo en la última semana, con un récord de 11.019 el pasado viernes).
Tíquets nocturnos
Todo indica que el Fòrum espera remontar con el solsticio de verano, momento a partir del cual aplicará todas las medidas para ganar complicidad con los ciudadanos, como será la entrada nocturna, que permitirá acceder al recinto al atardecer. Otras medidas que se pondrán en marcha a partir del 20 de junio serán la apertura de la zona de baños, el refuerzo de la programación de espectáculos, la mejora de la señalización — una iniciativa que se aprecia desde este pasado fin de semana– y una mayor presencia de los grupos de animadores.
Como adelanto o incentivo, el consejero delegado del Fórum, Jaume Pagès, presentó ayer las simbólicas instalaciones de los juegos de agua, desarrolladas por la Universitat Pompeu Fabra (UPF). La instalación permite la interacción de 480 usuarios simultáneamente y de unos 2.000 por hora.
Visita de Alberto de Mónaco
Como acto solemne del día, se vivió la inauguración del 37° Congreso de la Comisión Internacional para la Exploración Científica del Mediterráneo (CIESM) que llevaron a cabo el alcalde Clos y el príncipe Alberto de Mónaco, junto con la ministra de Educación y Ciencia, María Jesús San Segundo. Clos explicó que Barcelona «era el punto negro de contaminación del Mediterráneo, y por eso dentro del plan urbanístico se incluyeron los proyectos de las depuradoras del Llobregat y del Besòs». La ministra San Segundo aprovechó el acto para felicitar a Clos y a Barcelona por la organización del Fòrum.
La condena de las voces críticas llega a la puerta del recinto
La Assemblea de Resistències al Fòrum varía su estrategia de huir de los actos espectaculares y de las acciones directas para plantarse ante las puertas del recinto del Besòs y presentar nuevos argumentos críticos y una convocatoria de manifestación para el día 19. Con una rueda de prensa convocada para hoy, la asamblea quiere dar mayor difusión a su campaña y poner en aprietos al Ayuntamiento de Barcelona, a la dirección del Fòrum y a sus socios y patrocinadores.
Más allá de exponer la contradicción entre los valores que dan contenido el festival (paz, diversidad y sostenibilidad) y los intereses de sus socios y patrocinadores, esta vez la asamblea dirigirá uno de sus dardos contra su director, Jordi Oliveras. ¿Es ético dialogar sobre el derecho universal al consumo de agua en un Fòrum que tiene como director al hombre que entre 1995 y 1998 estuvo al frente de la multinacional Agbar (patrocinadora) en operaciones de privatización del agua en Argentina, Uruguay y Chile?
Ésta es una de las preguntas comprometidas que hoy se lanzarán a la entrada del Fòrum. La condena cita informes de ONG de la época y se sustenta en las declaraciones que hizo Mario Soares, presidente del Comité para el Contrato Mundial del Agua, en el propio Fòrum, en las que criticaba a las multinacionales que se lucran con el agua.
Operación urbanística
Cuando se cumple un mes de la cacerolada convocada por la asamblea, esta red compuesta por decenas de colectivos –entre los que hay economistas, arquitectos, artistas, okupas y ecologistas– le augura al festival «un futuro más negro del que pintan las cifras oficiales». Sin embargo, el mismo portavoz admite que «el Fòrum es una victoria porque ha impuesto una operación urbanística sin que la gente proteste».
En la asamblea se acepta que sus argumentos sólo han calado «en el sector más crítico de la sociedad». Sin embargo, están satisfechos porque «se ha hecho un trabajo de hormiguita que ha permitido que el material contra el Fòrum esté presente en los barrios».