Mientras muchos españoles disfrutan de sus vacaciones en agosto, una buena parte del alumnado español más joven se enfrenta a la encrucijada de interrumpir sus estudios en septiembre. Una parte de ellos lo harán para ayudar económicamente a sus familias. El año pasado la cifra de jóvenes entre 18 y 24 años que solo obtuvo […]
Mientras muchos españoles disfrutan de sus vacaciones en agosto, una buena parte del alumnado español más joven se enfrenta a la encrucijada de interrumpir sus estudios en septiembre. Una parte de ellos lo harán para ayudar económicamente a sus familias. El año pasado la cifra de jóvenes entre 18 y 24 años que solo obtuvo el título de la ESO, se situó en un 17,9%. Aunque el número mejoraba ligeramente, España sigue siendo uno de los países de la UE con más abandono escolar temprano.
El lunes, Día Internacional de la Juventud, varios diputados de Unidas Podemos En Comú Podem-Galicia en Comú preguntaron al Gobierno socialista si pretende mejorar un sistema de becas cuyos fallos, consideran ellos, tienen mucho que ver en el abandono escolar temprano. «Estamos muy por debajo de la media europea en abandono escolar. No estamos abordando un problema de componente de clase, género y origen a la hora de acceder a la educación», explica a Cuartopoder.es la diputada de Podemos Lucía Muñoz Dalda, una de las parlamentarias que ha firmado la batería de preguntas.
Las becas sufrieron tijeretazo con la crisis y siguen sin remontar desde entonces. En 2014 España destinó un 4,3% del gasto educativo a los estudiantes, aunque la media Europea fue del 8,6%. Los niños, niñas y adolescentes que viven en situación de pobreza, con padres en paro o de familias monomarentales no están bien cubiertos por el sistema de becas, según la ONG Save The Children. «1 de cada 4 estudiantes del 20% de la población más pobre no reciben beca pese a cumplir los requisitos económicos, generalmente por falta de información, la complejidad de la solicitud o los requisitos académicos».
La situación pinta más negra para las familias inmigrantes. «Solo 1 de cada 10 hogares de nacionalidad de fuera de la UE recibe becas, frente a 1 de cada 3 en hogares nativos a pesar de que los primeros superan su riesgo de pobreza y el abandono escolar», señaló la organización en el informe ‘Becas para que nadie se quede atrás’ publicado a finales del año pasado.
Ayudas universitarias que llegan tarde
Por cada cuatro euros invertidos en educación obligatoria, cinco con invertidos en universitaria, a pesar de los muchos estudiantes se quedan en el camino antes de llegar a la formación superior. «Reducir la desigualdad de forma eficaz empieza por dedicar recursos a las edades más tempranas, antes de que la desigualdad de oportunidades de partida y un sistema segregador tenga efectos para toda la vida de ese niño o niña», indicó Joan Mena, diputado de En Comú Podem que registró el lunes las preguntas para el Gobierno.
Entre 2011 y 2016, casi toda la etapa de José Ignacio Wert como ministro de Educación, los becarios cayeron un 26,4% y el importe un 7,8%. El sector más afectado fue el de la educación obligatoria. «En los últimos años se ha producido un deterioro de los ayudas y los umbrales son demasiado bajos. Hay casos de familias con necesidades que se quedan en el umbral», denuncia Daniel Velasco, de la Red de Activistas Jóvenes de IU que también ha participado en este cuestionamiento al Ejecutivo de Sánchez.
«¿Se ha planteado el Gobierno aumentar las becas compensatorias y de movilidad para bachillerato y FP hasta equiparlas con las universidades?», preguntaron también los miembros de Unidas Podemos. «Los niveles preuniversitarios también necesitan de este tipo de becas. La vida en cuanto a nivel educativo se está encareciendo», ha advertido Velasco, quien apunta no solo a los costes de las tasas académicas, sino también los llamados «costes ocultos de la educación». «Aspiramos a que la educación sea completamente gratuita, incluyendo comedor y transporte», ha indicado Muñoz.
Las notas y el retraso en las becas que impiden estudiar
Llegar al requisito de la nota mínima para recibir una beca también puede ser un problema para muchas familias de bajos recursos. «El número de personas con renta en educación no universitaria en las dos últimas decilas de renta es alrededor de un 25% inferior al que sería si solo se aplicaran criterios de renta para las ayudas», reza el escrito que Unidas Podemos ha registrado en el Congreso. «El hecho de que haya una cuantía variable en función de criterios académicos, hace que pese más eso que no la renta», ha criticado Muñoz.
Otro de los problemas que enfrenta el alumnado de bajos recursos es el retraso en la concesión de becas, que a menudo llegan cuando ya se encuentra bien avanzado el curso escolar. «Pasan bastantes meses desde que se solicita la beca para los estudiantes, así que es entendible que en las familias en las que de verdad exista una necesidad económica no se puedan esperar estos largos plazos», indica Velasco.
Parálisis en los cambios del sistema de becas
Las preocupaciones son similares a las plasmadas por la comunidad educativa en el documento llamado ‘Por otra política educativa’, unas bases de consenso pensadas para servir de pilares del Pacto educativo de Estado que fracasó el año pasado. En dicho escrito se exige «la gratuidad en el acceso a la educación, dotar de becas para el acceso a estudios universitarios para quienes carecen de recursos; gratuidad y becas para materiales, comedores, desplazamientos y residencia, junto a becas salario para evitar que los hijos o hijas deban dejar los estudios para contribuir a los ingresos de la familia».
La posibilidad de reformar este sistema de becas, y más aún de la LOMCE, como pide dicha comunidad educativa, parece lejana a día de hoy. El Consejo Escolar rechazó en junio a modo de protesta el borrador de Real Decreto que regula las ayudas estatales para este curso que entra. Lo hicieron porque el Gobierno socialista, a pesar de sus críticas a Wert, no había modificado sustancialmente el modelo de becas que ideó el exministro, indicaron. A todas luces, el hecho de que tengamos un gobierno en funciones con los presupuestos de 2019 sin aprobar mantiene la situación estancada, sin que parece que vayan a producirse cambios a corto plazo.