Centros sociales, asociaciones de inmigrantes, antifascistas y colectivos de barrio lanzan una campaña para combatir los prejuicios raciales y a su vez «crear conciencia para la interacción y la convivencia entre los más jóvenes». El pasado 1 de septiembre, con la II edición del Mundialito Antirracista de Alcorcón (ver página 29), organizado por el Centro […]
Centros sociales, asociaciones de inmigrantes, antifascistas y colectivos de barrio lanzan una campaña para combatir los prejuicios raciales y a su vez «crear conciencia para la interacción y la convivencia entre los más jóvenes».
El pasado 1 de septiembre, con la II edición del Mundialito Antirracista de Alcorcón (ver página 29), organizado por el Centro Social Eskuela Taller de esa localidad madrileña, se iniciaba una campaña conjunta por «la convivencia intercultural», que reivindica el «Madrid obrero, antirracista y antiimperialista». La propuesta ha conseguido sumar a multitud de grupos, y surgió, como nos cuenta Lucía, en representación de la «asamblea de la campaña antirracista», cuando «varios centros sociales okupados con un bagaje en el trabajo antirracista deciden abrir un espacio que trate esta problemática para aunar fuerzas y dar un impulso al debate y la movilización, no sólo denunciando las consecuencias (racismo, marginalidad en los barrios obreros), sino también las causas (fascismo institucional, imperialismo y saqueo a los países empobrecidos).
Para que la campaña tuviera más fuerza, pronto se valoró la necesidad de abrirla a asociaciones de inmigrantes, así como colectivos antifascistas y de barrio». De hecho son ahora mismo unos 18 los colectivos, asociaciones y grupos que forman la asamblea, desde varios centros sociales okupados, hasta asociaciones de inmigrantes o la Coordinadora Antifascista de Madrid.
El 12 de octubre «Durante el mes de septiembre se están realizando actividades para profundizar en el debate, como vídeo-fórums, charlas o exposiciones de fotos, así como otras para abrir experiencias de convivencia intercultural (música, deporte o comidas que presentan compañeros de diversas culturas) y de propaganda de la campaña, como conciertos o fiestas. Todo confluirá en una manifestación en el distrito de Arganzuela el próximo 12 de octubre», nos cuenta Lucía. Además de participar en la organización del II Mundialito Antirracista, han proyectado películas en el Centro Social La Casika de Móstoles, o expuesto fotografías en el Centro Social El Cierre de Getafe, ambos actos con temáticas antirracistas. También se realizó, a principios del mes de septiembre, un encuentro por la convivencia, con comida Sikuri, típica andina. Además, un activista del Movimiento Socialista Bolivariano de Ecuador dio una charla con diapositivas sobre la historia de Ecuador y actuaciones musicales en el Centro Social La Traba, con la colaboración de la Asociación Cultural Runataki, que también participa de la campaña. Son tres ejemplos de algunas de las actividades que se está desarrollando.
Las fechas escogidas no son al azar, y la campaña finaliza el 12 de octubre, «como comentamos en el comunicado, ese día, es un homenaje al colonialismo español y a la imposición cultural y religiosa hecha en América Latina durante cinco siglos a sangre y fuego. El colonialismo español de ayer sigue presente hoy, con el expolio cotidiano que realizan las multinacionales españolas (Repsol, Telefónica, BBVA, etc.) y con la participación militar en la OTAN, así como el apoyo a EE UU y la UE en sus aventuras bélicas (Afganistán, Líbano, Haití, etc.). Además el 12 de octubre, ‘Día de la Hispanidad’, impone actualmente un modelo uniforme que pasa por alto la riqueza cultural de las diferentes zonas del Estado español así como de Latinoamérica, negándoles su identidad como pueblo». La campaña pretende reconstruir el tejido social articulado entre asociaciones de inmigrantes y colectivos antirracistas de la comunidad de Madrid, una confluencia que, a nivel organizado, ha sido poco visible en los últimos tiempos. «En los últimos años se han dado en Madrid algunas experiencias importantes de lucha contra el racismo y el fascismo, pero en las asambleas de la campaña se ha valorado que esta problemática se extiende a escala global, por eso es necesario intensificar la denuncia, y sumar grupos para la lucha contra los prejuicios raciales y a su vez para crear conciencia». La perspectiva de seguir trabajando conjuntamente está en función de la valoración que hagan tras la manifestación 12 de octubre, punto final de la campaña. «Ahora estamos centrados en que salga todo bien, cuando termine valoraremos qué tal ha salido, si ha tenido buena acogida y qué posibilidades hay de continuar este trabajo conjunto», finaliza Lucía.