¿Quién cambiará los tiempos verbales en Wikipedia? Amanece el domingo 12 de julio y «Javier Krahe es un cantante satírico español». Unas horas después, «Javier Krahe fue un cantante satírico español». Entre el «es» y el «fue» ha trascendido que falleció a las cinco de la madrugada de un infarto en su casa de Zahara […]
¿Quién cambiará los tiempos verbales en Wikipedia?
Amanece el domingo 12 de julio y «Javier Krahe es un cantante satírico español». Unas horas después, «Javier Krahe fue un cantante satírico español».
Entre el «es» y el «fue» ha trascendido que falleció a las cinco de la madrugada de un infarto en su casa de Zahara de los Atunes (Cádiz). Tenía 71 años, gozaba de una mala salud de hierro y, desde que decidió dedicarse a la canción, cumplidos los treinta, no había dejado de componer, actuar y reivindicar el derecho a la pereza.
Si alguien no conoce sus letras y su talento, que no pierda el tiempo en estas líneas. Mejor que teclee su nombre en el ciberespacio. Cualquier letra de Krahe, cualquier sonrisa suya en mitad de una actuación, ensanchará la vida de quien las contemple.
¿Exageración? Cuestión de escalas, más bien. Pero ésta es la página de deportes y no conviene decepcionar a sus innumerables seguidores. Así que observaremos el óbito en clave deportiva.
El entusiasmo indisimulado por Krahe lo comparte el futbolista de la Real Sociedad Esteban Granero. Al conocer la noticia, tecleó en su cuenta de Twitter a las 12.25h del 12 de julio: «Dejaos de chorradas, que se ha muerto Javier Krahe».
Esta frase, que dignificaba el género de las declaraciones futbolísticas, fue, sin embargo, interpretada en algunos medios como un menosprecio al guardameta Iker Casillas, que acababa de anunciar en rueda de prensa su marcha del Real Madrid.
La cascada de reacciones en la prensa -en la deportiva, en particular- incluyó palabras de notable calibre: «El último desprecio», «tiró a dar» o «incendió Twitter». Y, como la polémica no cesaba, Granero escribió el que hasta la fecha es su último twit: «No confundáis, lo de antes no tiene nada que ver con Casillas. Ni sabía que se despedía hoy. Buena suerte para él».
«El deporte degrada»
A quienes se preocuparon al ver mezclado el nombre de Krahe en un momento tan trascendente para el mundo del fútbol, conviene aclararles que el cantautor era un gran aficionado al ajedrez. Tanto es así que su sexto disco lleva por título Sacrificio de dama (1993), en referencia a la entrega de esta pieza en el juego a cambio de una ventaja táctica.
No era el único deporte que practicaba. «Hago tosing por las mañanas y con eso me quedo bien», comentaba en una entrevista para el documental Esta no es la vida privada de Javier Krahe (2005). Ésta y otras declaraciones sobre el ejercicio físico y el deporte aparecen en un corte que no fue incluido en el montaje final.
Krahe, relajado en la ciudad de Vigo, donde extrañamente no llovía, apuntaba que no admitía el deporte para mayores de edad. «Yo entiendo que los niños tienen que tener sitios para correr y divertirse. Pero entiendo que a los 18 años no se es un niño. Por lo tanto, no hay que hacer deporte ni gaitas».
El juicio de Krahe era concluyente: «El deporte es malo para todo: físicamente, mentalmente también». Ahora bien, en su discurso introducía un matiz.
«El deporte degrada, no así el ejercicio. Haces ejercicio: ‘Venga, a ver quién llega primero a ese árbol’. Eso es divertido. Pero lo otro: la marca aquí, un dorsal con un número. ¿Por qué llevan un número? ¿Por qué no llevan su nombre? No deberían llevar nada».
Claro que Krahe proponía estos comentarios muy despacio, con muchos puntos suspensivos… buscando la palabra justa, divirtiéndose. Lo más alejado de un sermón.
Los setenta
Las opiniones del cantante podrían sugerir la posibilidad de una letra. En la carrera de Krahe abundan las composiciones irónicas sobre asuntos cotidianos. En 2004 -cuando fue grabada la entrevista- fiaba esa posibilidad al futuro. «No he hecho una canción sobre el deporte porque no se me ha ocurrido el cómo, pero lo tengo pendiente».
Acababa de cumplir sesenta años y confiaba en que su abstinencia deportiva le depararía al menos otra década de lucidez. «Además, todos los deportistas mueren alrededor de mi edad, de sesenta. Mientras que los que no hacen deporte pues duran hasta los setenta». No se equivocó.
En otro lugar dijo que no entendía por qué había que temer a la muerte, que en su familia era tradición morirse.
Cumplió la tradición el pasado 12 de julio. Para poner un punto final sin querer ponerlo, le robamos la última escena a Esta no es la vida privada de Javier Krahe. Zahara de los Atunes. Luz de verano. Olas. Un cuerpo desnudo se zambulle en el mar.
Fuente: https://www.diagonalperiodico.net/culturas/27409-cancion-pendiente-javier-krahe.html