Ya llegará la fecha donde los preparativos cesarán, llega el momento de dar a conocer el circuito urbano de Valencia, donde los vehículos de fórmula 1 empezarán a circular; la gente, los aficionados de verdad, vendrán y pagarán lo que sea necesario para ver ese acontecimiento. Ahora bien, deseamos que salga lo mejor posible por […]
Ya llegará la fecha donde los preparativos cesarán, llega el momento de dar a conocer el circuito urbano de Valencia, donde los vehículos de fórmula 1 empezarán a circular; la gente, los aficionados de verdad, vendrán y pagarán lo que sea necesario para ver ese acontecimiento. Ahora bien, deseamos que salga lo mejor posible por la imagen de la ciudad, para la seguridad de los propios y extraños, para el resultado económico o impuesto económico en las empresas valencianas. Vaya por delante este mejor deseo por el bien de nuestra ciudad, pero eso sí, estamos y debemos estar expectantes todos los vecinos/as, ciudadanos/as para el día 25 y posteriores hacer una valoración lo más objetiva posible de lo que va a ser este evento que nos han vendido pero no solo positivo, si no lo que una gran cantidad de ciudadanos/as van a sufrir directa o indirectamente esos días.
Cuando los motores se apaguen, cuando los espectadores vayan desfilando en sus coches, en sus yates, cuando empiecen a limpiar lo que hacía poco era un circuito para convertirlo en calle como antes y nos quedemos los de aquí, tendremos que sentarnos y valorar muy seriamente lo que muchos pensamos y que ahora nos callamos por nuestra ciudad, por el turismo, por el bien de los que van a visitar, por ser respetuosos y responsables. A partir del 25 tendremos que exigir de los que nos han abocado a este sarao sin consultar ni dejar de participar en el mismo con rigor, responsabilidad, objetividad y transparencia en los resultados obtenidos.
Esperemos que no guarden, camuflen, distraigan lo que puede resultar de este evento como de otros que tampoco hemos conocido después de haber pasado ya bastante tiempo. Detrás de esas lonas, de esos andamios que cubren una realidad por una imagen, por tapar lo que detrás tanto afea. Si este método resulta, habrá que ponerse a temblar el próximo año; los impuestos municipales sobrarán, ya que con poner lonas se ocultan deficiencias y datos, y hacen de nuestra ciudad una verdadera fiesta, una falla, muy artística pero efímera, de la cual alguna vez deberemos despertar.
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Antonio Plá Piera es Vicepresidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Valencia