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¿Una ciudad más amable? Barcelona lo intenta con una alcaldesa

Fuentes: Servindi

Se respira otro aire en el Ayuntamiento (Municipalidad) de Barcelona, desde casi un año, cuando se ha establecido una joven alcaldesa, Ada Colau, con una larga trayectoria como «defensora de los derechos humanos y la democracia», como se define ella misma. Un compromiso que le cambió la vida, cuando, después de estudiar filosofía, se tomó […]

Se respira otro aire en el Ayuntamiento (Municipalidad) de Barcelona, desde casi un año, cuando se ha establecido una joven alcaldesa, Ada Colau, con una larga trayectoria como «defensora de los derechos humanos y la democracia», como se define ella misma. Un compromiso que le cambió la vida, cuando, después de estudiar filosofía, se tomó a pecho la difícil situación de los desalojados por los bancos, contribuyendo a la fundación del movimiento de la PAH (Plataforma de los Afectados por la Hipoteca).

En los últimos años, que han sido críticos en toda Europa, España ha experimentado un drama añadido, por una ley bancaria diabólica que establece que aquellos que han perdido sus puestos de trabajo y ya no pueden pagar la hipoteca, pierden el derecho a vivir en la casa que estaban pagando por años y deben mudarse a otra, pero al mismo tiempo están obligado a seguir pagando hasta el final la hipoteca de la primera. Un absurdo, que por el gobierno conservador de Rajoy es normal, incluso cuando el banco implica también los garantes de los préstamos, (a menudo los padres o parientes del acreedor), causando en un efecto dominó, la pérdida de varias casas y lanzando familias enteras en la desesperación. De 2006 a 2012, 420 mil apartamentos en España han regresado en manos de los bancos.

La PAH, que sigue siendo un movimiento social no partidista, se opone a los desalojos congregando cada vez decenas de personas, incluso unos combativos jubilados, que se interponen entre los agentes judiciales y los desalojados, hasta llegar a negociar con los bancos, para encontrar soluciones menos sangrientas. La líder indiscutible del movimiento, Ada Colau, convertida en «persona peligrosa» para las instituciones, se ha visto inundada de demandas. Decidida a encontrar una solución permanente, la PAH ha puesto en marcha a nivel nacional una propuesta de ley alternativa recogiendo 1 millón y 200.000 firmas (solo unas 500 mil eran necesarios), pero ha sido bloqueada por el gobierno de Rajoy.

Mientras tanto, alrededor de Ada Colau se ha formado una lista cívica que reúne varios partidos, (Podemos, Izquierda Unida y los verdes del ICV catalán), se han creado redes con otras experiencias de autogobierno de diferentes ciudades españolas, y se ha presentado su candidatura en el Ayuntamiento de Barcelona. El programa se ha formulado en concurridas asambleas de barrio y a través de la Red. No hubo grandes donantes detrás de la lista, sino se han movilizado miles de personas que creen poder y deber cambiar un gobierno de «castas» o lobbies, (bancos, constructoras, compañías energéticas etc,) donde los intereses de la gente de a pie ocupan el segundo, tercero o cuarto orden. En las concentraciones finales de la campaña llegó a dar su apoyo, de sorpresa, el ex presidente de Uruguay Pepe Mujica, famoso por su honestidad.

Ada Colau, de 41 años, finalmente ha sido elegida por un margen no muy amplio, pero se trata igualmente de un logro histórico para alguien que proviene desde el pacifismo y el activismo social, ligado también a los «Indignados». La flamante alcaldesa sólo puede contar con 11 de los 40 escaños en el consejo municipal (su predecesor de centro-derecha tenía 14), y esto la obliga, en la escena política fragmentada de la ciudad, a negociar cualquier medida no sólo con al menos tres partidos de la oposición, sino también con los radicales de la CUP. Por no mencionar que recibe ataques de otro tipo, que demuestran como la pesada herencia del machismo de la dictadura de Franco no ha sido superada totalmente en el país.

«Que se vaya a lavar suelos», escribió en Twitter un exponente del PP, mientras que un distinguido miembro de la Real Academia Española – sin que nadie de la dirección lo reproche- le dice que mejor sería si se fuera a vender pescado en el mercado. Al primero, Ada Colau le responde que ser alcalde y limpiar los suelos no es incompatible, mientras sí lo es ser consejal de una ciudad moderna y ser machista, mientras al segundo responden decenas de de lectoras y lectores alabando las virtudes de las vendedoras de pescado. Pero no hay que perder tiempo en polémicas mezquinas.

Ada Colau, como nos explica en una entrevista colectiva a unas decenas de periodistas provenientes de 22 países del mundo, realizada el 15 de abril, tiene el objetivo de hacer de Barcelona «una ciudad más justa, amable, sostenible, e innovadora». Desde años la ciudad está entre las pocas en España que goza de un presupuesto en activo, y teóricamente es un buen momento para invertir más en las políticas sociales.

Para el primer punto, Ada Colau inició una » Encuesta sobre las condiciones de vida en Barcelona», dirigida a conocer cuáles familias se encuentran en situaciones difíciles, evaluando sus condiciones de ingreso, gastos, tipo de vivienda, etc., y luego verificando el costo para la ciudad de una posible «subvención personal de emergencia» porque todo el mundo tenga acceso a una vida digna. Además, con la ayuda de 900 voluntarios en una noche, se hará el 18 de abril el recuento de cuántas personas viven en las calles, durmiendo en las puertas de los bancos, en las proximidades de las estaciones o bajo alguna porche. En la ciudad hay organizaciones y refugios para los sin techo, pero es necesario abordar el problema de una manera sistémica, para dar respuestas más efectivas.

El mencionado «mapa de las necesidades» incluye también ancianos, discapacitados y enfermos. Para las personas mayores se tiene que pensar en otras opciones fuera de la tradicional alternativa entre vivir solo o en una residencia para ancianos: podría proponerse, por ejemplo, un apoyo en el cuidado del hogar o compartir departamentos para personas mayores.

El tema de la lucha a la violencia contra las mujeres tendrá una gran importancia en el mandato de Ada Colau. Porque, como ella afirma, en este tema se está retrocediendo en lugar de avanzar, a pesar de los tonos triunfantes del gobierno. En Barcelona, una ciudad moderna y viva, amada por los turistas de todo el mundo por su amplia gama de ofertas de arte, cultura y entretenimiento, el año pasado hubo 4.700 demandas por lesiones sufridas por las mujeres, (sin contar los que no llegaron a formalizarse), y cada semana las crónicas del país hablan de mujeres asesinadas por sus maridos o ex compañeros sentimentales.

En este tema, la primera medida ha sido asignar 3 millones de euros para dar protección, alojamiento y apoyo a las mujeres víctimas de la violencia. También se está llevando a cabo una campaña de prevención dirigida a toda la ciudadanía, para responsabilizarla, con especial atención a los jóvenes. Hay avisos también en lugares de fiestas y discotecas, donde puede haber acoso sexual.

Para contrarrestar el hecho de que la crisis financiera mal manejada aumente la pobreza entre las mujeres, obligadas a trabajos precarios, se ha creado una «Tabla de empleo estable», que premia las buenas prácticas empresariales, facilita la creación de «cooperativas de asistencia» entre los usuarios y los proveedores de servicios, y ayuda a prosperar las «empresas turísticas», con el apoyo de los sindicatos, para que las camareras tengan condiciones dignas de trabajo. En cuanto al sector público, lo que representa el 5% del PIB de Barcelona, se practican horarios de trabajo más flexibles con el fin de hacerlos más compatibles con la vida familiar.»

«¿Qué decir de la prostitución? Es un negocio que mueve millones de euro a través de la trata de seres humanos. Con frecuencia se penalizan las mujeres que están en las calles, pero se trata del eslabón más débil de la cadena. Esta no es la solución. Es un tema tabú en las instituciones, que prefieren evitarlo. ¿Qué hacer entonces? Sin hipocresía ni paternalismo, queremos escuchar su voz. No podemos decir a la prostitutas lo que deben hacer, el problema es global. En lo inmediato podemos ayudarles a trabajar en condiciones más seguras y saludables, y ofrecerles alternativas de vida.»

Sobre el tema de los refugiados, Ada Colau considera «inmoral» el Tratado concluido entre la Unión Europea y Turquía, para descargarle el problema de los prófugos sirianos y de inmigrantes económicos. (Después de 400 años, en que el continente se ha beneficiado del comercio de esclavos africanos y 200 años de colonialismo, ahora que por las guerras y la miseria huyen miles de personas de sus tierras, muchos países europeos se encierran en sus barreras. Ndr).

«No estamos de acuerdo en la política del Estado español, que recibe fondos de la UE para los refugiados, pero en lugar de aceptar la cuota de refugiados asignada, (17.000) recibe sólo 18, continúa Colau.

Barcelona es parte de una red de «ciudades de acogida», (teniendo un contacto especial con la isla italiana de Lampedusa) y está lista para recibir 4500 refugiados, además de los ya presentes». El Gobierno respondió de inmediato que no está permitido a los gobiernos locales tomar decisiones, pero la UE avisa que sí, pueden hacerlo. «Europa no tiene futuro si no se abre al mundo,» afirma Ada Caloau. «Debemos producir juntos las políticas públicas, la ciudadanía, los gobiernos locales, los partidos, no dejar toda la responsabilidad al gobierno».

«En cuanto a la sostenibilidad, somos conscientes de que la contaminación con partículas sutiles producida por el tráfico de los carros, está contribuyendo a causar al menos 3000 muertes al año. En la COP de París hemos participado en la reunión paralela de las ciudades, comprometiéndonos a reducir las emisiones de C0 2. ¿Cómo podemos hacerlo? Promoviendo la rehabilitación energética de los edificios, para que no hay desperdicio de calor, mejorando la funcionalidad del transporte público a nivel metropolitano, incluyendo el uso de las bicicletas, privadas y públicas, ampliando las zonas verdes y peatonales «.

Hay mucho, mucho por hacer, en Barcelona, y en el mundo, para hacer nuestra ciudad más «justa, amable, innovadora y sostenible», como pretende esta dinámica alcaldesa. Entonces no basta con poner el voto en una urna y luego olvidarse de él durante 4 años. «Tenemos que enrollarnos las mangas y ayudar desde abajo para reconstruir la política, que es una actividad entre el más noble de los seres humanos, al buscar el bien común. En realidad, la gente tiene más poder del que cree, «afirma Ada Colau, porque ella misma es la demostración.

«Algo te anima en esta difícil tarea?» Le preguntamos.

«Sí. Cuando las mujeres mayores me dicen: hemos luchado tanto, para llegar finalmente a ver días como estos. Y cuando una niña me dice: de grande, quiero ser alcaldesa».

Gisella Evangelisti, es escritora y antropóloga italiana, autora de la novela «Mariposas Rojas».

Fuente: http://www.servindi.org/actualidad-noticias/09/05/2016/una-ciudad-mas-amable-barcelona-lo-intenta-con-una-alcaldesa