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Una comunicación desde mujeres en movimiento

Fuentes: Minga Informativa de Movimientos Sociales

Al quebrar la tradición que afirmaba, desde sus mitos fundacionales, el papel secundario, doméstico de criaturas que lindaban la irracionalidad, las mujeres conjuraron una rebelión gestada, muchas veces, desde la clandestinidad o desde lugares invisibles. Pero su presencia en el espacio público local e internacional ha dejado de ser de excepción para irrumpir con fuerza […]

Al quebrar la tradición que afirmaba, desde sus mitos fundacionales, el papel secundario, doméstico de criaturas que lindaban la irracionalidad, las mujeres conjuraron una rebelión gestada, muchas veces, desde la clandestinidad o desde lugares invisibles. Pero su presencia en el espacio público local e internacional ha dejado de ser de excepción para irrumpir con fuerza en todos los ámbitos. También en los movimientos sociales, donde por fuerza de su persistencia y tenacidad y, poco a poco, han ido construyendo espacios para repensar el mundo y articular propuestas y acciones.

Uno de esos espacios es la Minga Informativa de Movimientos Sociales, una iniciativa de convergencia en comunicación entre movimientos sociales de América Latina y el Caribe que surgió en el marco de las convergencias en resistencia al modelo económico y social excluyente y que, desde el pasado año, comenzó un programa de capacitación en comunicación y género para mujeres comunicadoras y líderes de organizaciones sociales de América Latina.

Partiendo de la necesidad de afianzar estrategias de comunicación desde y con las mujeres, se organizaron varios talleres presenciales en 2008 cuya finalidad fue la de impulsar una mayor difusión de la participación y propuestas de las mujeres en las actividades de la agenda de los movimientos.

Con el propósito de evaluar el proceso de capacitación iniciado, mujeres comunicadoras representantes de varias organizaciones y redes, se reunieron en Quito, Ecuador, para discutir y proyectar el seguimiento de la Agenda en Comunicación y género, presentada el pasado octubre durante el Foro Social de las Américas, celebrado en Ciudad Guatemala y los modos de vincularlo a la iniciativa de medios populares en los procesos de integración del ALBA que está elaborándose en el marco de los Movimientos sociales y el ALBA. Dos ámbitos fundamentales resultaron temas de análisis: de un lado, una agenda común en información y, de otro, la formación. Ambos desde la visión y luchas de las mujeres.

En cuanto a la información, continúa siendo prioritaria la necesidad de afianzar estrategias de comunicación que permitan a las mujeres (comunicadoras y lideresas) entender la comunicación como proceso, a la vez que puedan impulsar una mayor difusión de su participación y propuestas, así como de potenciar creativamente medios y herramientas comunicativas hechos desde sus visiones. Es esencial, por tanto, asumir el derecho a la comunicación con y desde la perspectiva de género.

Las discusiones se concentraron en repensar colectivamente el proceso de formación en comunicación y género para movimientos sociales, partiendo de entender que el movimiento de mujeres es diverso y complejo en sus propuestas y niveles de actuación. De ahí la necesidad de continuar construyendo un discurso que, poco a poco, las vaya articulando y visibilizando.

En ese sentido, se coincidió en lo necesario que resulta fortalecer las capacidades y destrezas de las mujeres que hacen comunicación desde los movimientos, definiendo como prioridad formar formadoras/es, con un sentido multiplicador. Se trabajó colectivamente varios tópicos: se construyó de manera conjunta criterios, mecanismos y herramientas que faciliten a las mujeres realizar su trabajo cotidiano como comunicadoras sin perder de vista el sentido estratégico y político de la comunicación para las organizaciones que integran los movimientos sociales.

Asumir, cada vez más conscientemente, los procesos de información, comunicación y formación desde una visión política tratados a partir de herramientas de las ciencias sociales en general y de la comunicación en particular, sigue siendo un desafío sobre todo porque se trata de ir incorporando, también, el enfoque de género a las discusiones teóricas y a las prácticas concretas de cada organización y red.

Este es solo el comienzo de un esfuerzo hermosamente construido y que, como todo lo que comienza, es susceptible de ser modificado porque parte de la riqueza diversa y compleja de las experiencias que aportan las mujeres comunicadoras en movimiento.