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Una Corona muy vinculada al Ibex 35 y las petromonarquías

Fuentes: La Marea

Repsol, FCC, Inditex, Endesa, El Corte Inglés, Roca, EADS-CASA, OHL. Son algunas de las grandes empresas españolas que han desembarcado en el Golfo Pérsico de la mano de la diplomacia del Estado. El monarca abdicado, Juan Carlos I, ha sido el principal benefactor de las compañías en la región. Su excelente relación con las dictaduras […]

Repsol, FCC, Inditex, Endesa, El Corte Inglés, Roca, EADS-CASA, OHL. Son algunas de las grandes empresas españolas que han desembarcado en el Golfo Pérsico de la mano de la diplomacia del Estado. El monarca abdicado, Juan Carlos I, ha sido el principal benefactor de las compañías en la región. Su excelente relación con las dictaduras del petróleo ha ejercido de motor para la obtención de suculentos contratos en países en los que los más elementales derechos humanos brillan por su ausencia.

La región, que atesora el 60% de las reservas mundiales de petróleo y el 40% de los depósitos de gas natural, ha sido escenario de numerosas visitas del rey Juan Carlos, frecuentemente tras invitaciones privadas, llevando consigo a empresarios españoles que esta semana se han desecho en elogios hacia el Jefe del Estado. En algunas ocasiones, estas visitas han ido acompañadas de suculentos regalos, como los dos vehículos Ferrari, valorados en medio millón de euros, con los que un jeque de los Emiratos Árabes Unidos (EAU) obsequió al monarca en 2011.

La totalidad de los países que componen el Consejo de Cooperación del Golfo (Arabia Saudí, Kuwait, Qatar, EAU, Omán y Bahrein) son señalados como regímenes autoritarios por el Índice de Democracia que elabora anualmente la Unidad de Inteligencia de la revista británica The Economist. El peor, Arabia Saudí, que en 2012 ejecutó a 79 personas, según Amnistía Internacional (AI). En todos ellos están prohibidos los partidos políticos. Los países de la región acumulan informes de AI que sacan a relucir torturas, flagelaciones, abusos y a los trabajadores extranjeros, ejecuciones de homosexuales y encarcelamiento de opositores políticos.

El nulo respeto por los derechos humanos no impide, sin embargo, la sintonía que Juan Carlos I ha mantenido con estos regímenes durante su tarea en la Jefatura del Estado. Una sintonía aprovechada por los grandes empresarios para, de la mano del monarca, hacerse con suculentos contratos, como la construcción del tren de alta velocidad entre las ciudades sagradas de Medina y La Meca. Desde 2003, el rey ha efectuado once viajes a la zona, en algunos casos privados. El último servicio se produjo entre abril y mayo de este año, cuando ya decidida la abdicación -según explican las fuentes oficiales- visitó los EUA, Kuwait, Abu Dhabi, Omán y Bahrein. Un último servicio a la oligarquía nacional en busca, por ejemplo, de contratos de suministro de buques a EAU para Navantia, y de construcción de un centro hospitalario, una refinería y una planta de tratamiento de residuos para las constructoras. Directivos de ACS, Ferrovial, FCC y OHL, entre otras compañías, formaron la comitiva.

Partidos políticos mayoritarios, e importantes empresarios presentan estos viajes como «un servicio a España». Aunque esto no convence a todos. El diputado de ERC Joan Tardà critica, en conversación con La Marea, denuncia un «pacto de silencio sobre Juan Carlos I entre el poder político, el poder económico y buena parte de la intelectualidad española, incluidos los medios de comunicación». El antiguo responsable de los servicios de Inteligencia españoles (antes CESID, ahora CNI), el coronel Diego Camacho, subraya otro aspecto a menudo desconocido al respecto: «La Constitución no concede al rey ninguna competencia en política exterior».

Pero las oportunidades de negocio en estos países son enormes y un polo de atracción para las multinacionales. Tres de los seis fondos soberanos más acaudalados del mundo se encuentran en el Golfo Pérsico. El primero, el fondo DIA de Abu Dhabi, que dispone de más de 600.000 millones de dólares. Las grandes licitaciones públicas que presentan estos estados son especialmente atractivas. La mayor licitación ganada nunca por empresas españolas fue precisamente la del AVE entre Medina y La Meca: 6.736 millones de euros para el consorcio hispano-saudí en el que están presentes once grandes compañías de nuestro país: Talgo, Renfe, Adif, OHL, Copasa, Dimetronic, Inabensa, Cobra, Indra, Imathia e Ineco Consultrans.

Intermediarios en la sombra

La falta de regulación en la acción exterior del rey favorece la opacidad con la que se llevan a cabo estos contactos. Durante la firma del convenio que otorgó al consorcio la construcción de la alta velocidad, el Gobierno español atribuyó a las gestiones de la Casa Real la obtención del contrato. El Confidencial publicaba poco después el papel de Corinna Zu Sayn-Wittgenstein -la ‘amiga del rey’- en el proceso, por el que se podría haber llevado un jugoso pellizco de la contratación, y que motivó la comparecencia del director del CNI en el Congreso para aclarar el asunto.

Entre los mayores contratos obtenidos en la región por empresas españolas figura también la construcción de un moderno hospital en Doha, por valor de 1.645 millones de euros. Fue OHL, la empresa presidida por Juan Miguel Villar Mir, la que obtuvo el premio. Villar Mir, marqués por la gracia del rey, mantiene también unas estrechas relaciones con Qatar, donde la mujer, entre otras discriminaciones, hereda la mitad que el hombre.

Aunque los negocios más controvertidos se producen en el comercio de armas. En 2011, España exportó material armamentístico a Arabia Saudí, situada en el puesto 163 de 167 en el Índice de Democracia, por valor de 14 millones de euros. Un negocio en el que según el centro de estudios de paz Stockholm Internacional Peace Research Institute se producen el 40% de los casos de corrupción en el comercio mundial. Estas exportaciones, además, incumplieron la Política Común Europea que prohíbe la venta de armas a países que violan los derechos humanos, como señala el Centro de Estudios para la Paz JM Delàs.

Con este currículum, no es de extrañar las alabanzas que profirieron los empresarios del Ibex35 al monarca cuando el pasado lunes anunció que deja paso a su hijo Felipe. Todos coincidieron en alabar el periodo de Juan Carlos I en la Jefatura del Estado y mostraron su profundo agradecimiento hacia la «labor», la «dedicación» y el «servicio prestado». Entre ellos, el presidente del BBVA, Francisco González, que mostró su agradecimiento a la «dedicación y entrega» del monarca, y expresó su deseo de «continuidad» en el futuro reinado de Felipe VI. Este jueves se dio el último acto de servicio del rey con su círculo económico de confianza, con la participación del monarca en el acto de entrega de las becas universitarias concedidas por La Caixa.

La abdicación de Juan Carlos I, sin embargo, no debería preocupar en exceso a la corte de grandes empresarios que lo han acompañado durante todos estos años, pues ya hace tiempo que tomaron posiciones junto a Felipe de Borbón, a través de las fundaciones que preside. Se desconoce si el heredero ha pisado ya tierras del Golfo Pérsico para continuar con las fructíferas relaciones de su padre, pero donde se ha dejado caer con frecuencia es a Latinoamérica, donde, en tres años, las grandes empresas españolas prevén facturar más que en España.

Fuente: http://www.lamarea.com/2014/06/08/una-corona-muy-vinculada-al-ibex35-y-las-petromonarquias/