Señor Ares usted, como los anteriores Consejeros de Interior y estos como todos y cada uno de sus superiores, los Ministros de Interior, piensan que hablan para un publico que no es capaz de pensar por si solos, que no son conscientes de la realidad, de la noche y el día, de lo que esta […]
Señor Ares usted, como los anteriores Consejeros de Interior y estos como todos y cada uno de sus superiores, los Ministros de Interior, piensan que hablan para un publico que no es capaz de pensar por si solos, que no son conscientes de la realidad, de la noche y el día, de lo que esta bien y aquello que es terriblemente malo. Solo ustedes tienen esa mente clara que les permite aclarar lo que fue incluso aquellos que lo vivieron, que lo padecieron la mayoría de las veces, sin que, por el contrario, usted estuviese ni tan siquiera cerca. Resumiendo Sr. Ares usted cree que todos somos tontos.
Usted Sr. Ares, dejemos por ahora al resto, siempre con esa cara de vinagre y ofendido aun cuando sean sus palabras, sus explicaciones, sus razones las que ofenden, siempre con el don de la verdad, que como la democracia, el derecho, y la justicia se las reparten entre los unos y los otros y se la niegan, aunque sea a ostias, a los otros, a los violentos para no confundirnos.
Ahora nos hemos enterado, yo al menos me he enterado ahora, que la Unión Europea les pidió que no utilizase su policía esas pelotas de goma mortales que tantos miles de euros nos han costado en indemnizaciones, estoy seguro que ni usted, ni ninguno de los que las dispararon pagaron nunca por ello. Pero hacen daño, mucho, y matan y su policía, la mas violenta de Europa según las estadísticas, parece no estar por cumplir esas ordenes de dispararlas únicamente hacia el suelo y a mas de cincuenta metros de distancia. Pelotas mortales que solos sus policías y las portuguesas se empeñan en utilizar en toda Europa.
Usted es ahora el responsable político de la ertzaintza y usted debería dimitir y proporcionar a los jueces los nombres de aquellos que dispararon a matar y mataron, con o sin protocolo. Para eso hay que tener lo que seguro a usted le falta, coraje y dignidad, como también les falto en su día a los anteriores consejeros de interior, así que tranquilo que tampoco ahora lo esperamos.
A mi, que quiere que le diga, lo que me pide el cuerpo me lo tengo que callar por imperativo legal y autodefensa no en balde la llamada Apología del Terrorismo ha enviado a muchos a sus putas cárceles por creer en la libertad de expresión, si aquellos que usted manda fuesen de legales, que no es lo mismo que decir amparados por la ley, no seria necesario cubrir sus rostros y todos podríamos intentar defendernos de sus brutalidades desde la misma ley. Ya sabe usted que siempre hay alguien que lo graba todo, incluso lo hacen sus hombres por lo que me extraña que no supiese antes, mucho antes, que las heridas mortales eran causa de una pelota de goma. Puede ver también los videos que ya están en Internet.
Bueno eso era ayer, hoy y no se hasta cuando ya que la borrachera de poder del partido en el gobierno quiere condenar incluso la pasividad.
Esta claro que nuestras palabras y nuestros homenajes volverá, como ayer mismo en Gasteiz, reventarlos con sus hombres de negro, el color con el que visten la muerte todas las culturas, todas nuestras condenas, las suyas se harán esperar mas allá del «mensaje de condolencia para familiares y amigos» del singular alcalde bilbaíno, no pueden hacer nada por Iñigo Cabacas. Seguro que tampoco acabara condenando ahora que tan de moda esta ese de condenar, otros claro.
Esta muerte, como tantas otras, debería tener responsables penales, los que dispararon a muerte, y responsables políticos, los que dieron las ordenes y/o aquellos, como usted, que pudiendo cambiar las cosas no lo hicieron. Déjese de tonterías, que duelen, como que estos protocolos ya estaban cuando usted se hizo cargo del puesto de consejero.
A la muerte, violenta, de Iñigo se le están uniendo demasiadas tropelías de políticos que nunca creyeron que el Pueblo necesitase saber la verdad y solo la verdad.
A lo dicho Sr. Ares o usted es tonto o cree que lo somos el resto.
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