El anuncio de ETA de declarar de forma unilateral un alto el fuego general, permanente y verificable es una gran noticia que Corriente Roja saluda calurosamente. Apreciamos el valor y la firmeza de una decisión que se inscribe en la voluntad indoblegable de la inmensa mayoría del pueblo vasco de hacer realidad su soberanía y […]
El anuncio de ETA de declarar de forma unilateral un alto el fuego general, permanente y verificable es una gran noticia que Corriente Roja saluda calurosamente.
Apreciamos el valor y la firmeza de una decisión que se inscribe en la voluntad indoblegable de la inmensa mayoría del pueblo vasco de hacer realidad su soberanía y a ella responde.
El cinismo de las declaraciones de los gobiernos del Estado y de la C.A.V , y de la extrema derecha que hegemoniza las asociaciones de víctimas del terrorismo, sólo expresan el absurdo intento de retrasar un proceso que desbarata sus rastreros cálculos electorales.
Nos avergonzamos del coro de fuerzas institucionales, incluida IU, que hace tiempo han renunciado a pensar por sí mismas para repetir el guión orquestado por el Ministerio del Interior. No son más que el pataleo impotente del pasado que no conseguirá impedir que el pueblo vasco y el conjunto de los pueblos del Estado español construyan su propia historia.
Nos alegramos especialmente de que este esperanzador camino, que muchas decenas de miles de personas están dispuestas a desbrozar como se demostró el pasado día 8 en Bilbao, transcurra inmerso en el auge de la lucha obrera y popular y en concreto, en la preparación de la huelga general convocada por la mayoría sindical vasca en Hego Euskal Herria el próximo 27 denero.
El ejemplo de coherencia y de fuerza que la clase obrera vasca supone para la del resto del Estado, aún aplastada por las burocracias sindicales, es vital en el avance en la construcción del sindicalismo de clase y combativo que pretendemos.
Corriente Roja, como ya hicieron medio centenar de militantes el pasado sábado en Bilbao, desea compartir la esperanza que este proceso ha desencadenado y el trabajo para hacerla realidad. Ponemos toda nuestra voluntad para intentar que la clase obrera y los pueblos del Estado español comprendan la lucha del pueblo vasco, encuentren formas de unidad contra el enemigo común y, sobre todo que, como mostró Iniciativa Internacionalista, se abran procesos en los que la lucha por la emancipación social sea indisociable de la lucha de los pueblos por su autodeterminación.
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