La delegación gallega, formada por la vicepresidenta de la Asociación «Solidariedade galega co povo saharaui», Mª José Andrade; la periodista María Villar; el miembro del Consello Nacional del Bloque Nacionalista Galego, Duarte Correa; y el teniente de alcalde del Concello de Fene, Xosé María Permui y miembro del Fondo Galego de Cooperación y Desenvolvimento, estuvo […]
La delegación gallega, formada por la vicepresidenta de la Asociación «Solidariedade galega co povo saharaui», Mª José Andrade; la periodista María Villar; el miembro del Consello Nacional del Bloque Nacionalista Galego, Duarte Correa; y el teniente de alcalde del Concello de Fene, Xosé María Permui y miembro del Fondo Galego de Cooperación y Desenvolvimento, estuvo 24 horas en El Aaiun y consiguió, por primera vez, reunirse con activistas saharauis por los derechos humanos.
La delegación:
– Constató directamente como los saharauis están siendo sometidos a prácticas genocidas para menguar su población e impedir su desarrollo económico y cultural como pueblo. Las únicas salidas que se les dejan son la asimilación o, lo que es más grave, la emigración clandestina, que es alentada por los propios marroquíes.
– Comprobó en los documentos gráficos que le fueron mostrados, y en los relatos de las personas con las que se entrevistaron, las torturas y vejaciones a las que son sometidos constantemente. Represión que se ceba más en la juventud, dado que en ella está el futuro del pueblo saharaui, y Marruecos lo sabe. Así, la discriminación a la hora de acceder a la cultura, la persecución en su vida cotidiana, los malos tratos, etc. son constantes contra ellos.
– Comprobó directamente el sometimiento a un verdadero estado de sitio de El Aaiun, que es más intenso en los barrios saharauis; con presencia de policía y militares armados y pertrechados para una verdadera situación de guerra encubierta, dado que los únicos que están armados son los marroquíes.
– Recogió el testimonio preocupado de las personas que temen que esta represión genere un proceso de radicalización de la juventud, que no tiene nada que perder y que comprueba que tras 31 años el problema no sólo sigue sin resolverse, sino que se agrava. Mientras, la comunidad internacional se muestra impasible.
Desde la llegada a la ciudad la delegación gallega estuvo sometida a un férreo control policial; recibiendo un trato vejatorio, humillante y bordeando la legalidad a su salida en el aeropuerto, donde se les revisó exhaustivamente todos sus enseres, incluidos fotos y cintas musicales; fueron cacheados, interrogados y tratados de una forma gravemente despreciativa como si se tratara de delincuentes o terroristas.
La delegación gallega, que comparecerá ante los medios de comunicación mañana miércoles a su llegada a Galiza, quiere hacer un llamamiento a la comunidad internacional y a la sociedad en general para que se adopten las medidas precisas para una rápida solución del problema, solución que pasa por el cumplimiento de los acuerdos de las Naciones Unidas y la realización del referéndum de autodeterminación.