España no va bien, pero el relato mediático oculta las causas.
La crisis se basa en el fracaso de un sistema económico-político que había comprado el poder político (por corrupción) y el poder mediático (para usarlo como aparato propaganda -la famosa armada mediática-).
El sistema fracasa porque al desplazar las rentas del trabajo hacia el capital, ha arruinado el consumo. Bajar los salarios, convertir en negocio privado los servicios públicos, cargar los impuestos sobre las familias, … es deteriorar la capacidad adquisitiva de la mayor parte de la población y eso, además de hacer inútil la oferta, genera inestabilidad social. Biden lo ha visto y está dando marcha atrás para fortalecer la maltrecha clase media que, junto con la baja, son las que han sufrido el robo que dificulta su supervivencia..
Los políticos comprados, mayormente de derechas, han deteriorado la clase política porque estar a lo que manden los banqueros es una clara servidumbre y la gente pudiente sabe que el negocio está en las finanzas, si además el principal partido de derechas está acosado por la corrupción, aunque maneje una parte de la Justicia, ¿quién va a querer gobernar ese tinglado? El que no tenga otra opción, un jovencito con dudosos títulos universitarios, por ejemplo.
En ese marasmo, el IBEX trata de montar un partido nuevo, que parezca de centro, y resulta que la mayoría de sus militantes proceden de la derecha -y además fracasa pronto- y otros se salen por la ultraderecha, con lo que ahora hay tres derechas poco útiles para el sistema.
Aunque mucho capital -rentistas, constructores, fortunas procedentes de la dictadura…- apueste por la ultraderecha, que es lo que aconsejaba y financiaba el fracasado trumpismo, los empresarios han visto que esa derecha no les sirve, porque no hace más que meter bulla y crear inestabilidad, así que la clase empresarial ha visto que la derecha que les conviene es el PSOE. Así se lo han dicho a Sánchez en Barcelona. Pronto veremos a algunos medios cambiar de orientación, quizá tratando de romper la coalición del gobierno.
El aparato de propaganda, que ha sido precarizado, por el poder económico como es su costumbre, ha reaccionado de la misma manera que los políticos de derechas: si hay que hacer propaganda vamos a hacerlo en los departamentos de “comunicación” de las empresas, que pagan mejor, y así han quedado las redacciones de los grandes medios maltrechas con los que no tienen otro curro. La consecuencia, además de que siguen con deudas, es que lideran Europa en desconfianza por parte de sus propias audiencias.
Unos políticos y unos medios sin ninguna fiabilidad, ¿para qué sirven?
Pues ahí siguen todos desgañitándose para llamar la atención, unos políticos diciendo tonterías y unos medios glosándolas como si fueran verdad, ya que su falta de solvencia no les permite otra cosa y, lamentablemente en gran parte a costa del presupuesto nacional, igual que las grandes empresas, ya que comparten accionistas.
La mayoría de la población, con grandes dificultades para entender lo que pasa, pero pagando a tocateja la algarabía. Menos mal que hay algunos medios digitales y una parte -pequeña- de la Cultura y el Arte que no han entrado en el juego y nos dan pistas sobre todo esto.
Blog del autor: http://antoniocampuzano.es/