Declaración de Espacio Alternativo
El acuerdo adoptado el pasado 25 de junio por el Consejo Político Federal, por el que se procede a la integración de nuevos miembros de las dos listas críticas presentadas en la pasada Asamblea Federal (las encabezadas por Enrique Santiago y Sebastián Martín Recio) en la Comisión Permanente Federal de IU, supone sin duda una novedad significativa que debe ser tenida en cuenta por los distintos sectores críticos con el rumbo actual seguido por el equipo dirigente de IU y el grupo parlamentario.
Desde Espacio Alternativo consideramos, no obstante, que ni este acuerdo va precedido por un balance crítico de la orientación política desarrollada por IU desde la pasada Asamblea Extraordinaria (y que se ha caracterizado no ya por ser una «oposición exigente e influyente» sino por un seguidismo casi generalizado respecto al gobierno de Zapatero, siendo las últimas manifestaciones de ello los votos favorables a la LOE, a la Resolución sobre Inmigración con motivo del Debate sobre el «Estado de la Nación» o a la Ley de propiedad intelectual, así como su abstención ante otras propuestas como el envío de fuerzas militares al Congo y la tramitación de la nueva Reforma laboral o, en fin, la integración de un miembro destacado de IU dentro del Ministerio del Interior), ni tampoco ha habido un reconocimiento de que los procedimientos y los métodos de toma de decisiones en los últimos tiempos han sido profundamente antidemocráticos (siendo triste prueba de esa continuidad el hecho de que ni siquiera el comunicado del Area Federal de Educación en el que se hacía una crítica del proceso seguido en torno a la LOE fuera distribuido entre los miembros del CPF de IU). A todo esto hay que añadir que las negociaciones para la «remodelación» de la dirección no se han desarrollado con toda la transparencia necesaria ni, desde luego, han incluido a toda la pluralidad de IU, si bien es cierto que la responsabilidad en esto afecta no sólo al sector mayoritario sino también a los otros.
En esas condiciones nos parece un error que compañeros y compañeras que hasta ahora habían mantenido una actitud crítica con la orientación y los métodos del equipo dirigido por Gaspar Llamazares hayan aceptado esa «remodelación» sin haber obtenido previamente las garantías necesarias de que exista una voluntad efectiva de cambio respecto al rumbo político y organizativo seguido hasta ahora. En nuestra opinión, no es casual que esas garantías no existan, ya que el problema principal que a escala interna tiene actualmente IU se encuentra precisamente en la pérdida creciente de credibilidad del equipo dirigente federal para promover el giro radical que necesita con urgencia IU. Por esa razón, mientras la mayoría orgánica esté en manos de ese sector, no cabe esperar cambio significativo en ese camino. El «argumento» de que era necesario llegar a algún tipo de acuerdo organizativo con el fin de ofrecer una imagen de «unidad» ante las próximas confrontaciones electorales no se sostiene, ya que supone ceder una vez más ante los intereses electoralistas de una elite en gran parte burocratizada y profesionalizada y, sobre todo, contribuye a a ocultar las raíces políticas de la profunda crisis que sufre IU.
Desde Espacio Alternativo hemos alertado desde hace tiempo frente a la crisis cada vez más profunda de proyecto y de militancia que afecta al conjunto de IU, reducida cada vez más a sus cargos institucionales y a unas direcciones que actúan de forma crecientemente autónoma ante una afiliación a la que se le condena a la resignación, la apatía y la desmovilización. Este proceso no era en absoluto inevitable ya que estamos convencidos de que había y hay condiciones para que IU se fuera convirtiendo en artífice de un proceso de removilización política y social que, desde la izquierda, fuera capaz de combinar la necesaria confrontación frente a la derecha con la oposición firme y alternativa ante un gobierno que no hace más que reforzar su orientación social-liberal y que, como hemos visto en el debate sobre el Estatut de Catalunya y pese a la voluntad mostrada ahora de emprender el diálogo con ETA, sigue ofreciendo un marco demasiado estrecho en el que pueda verse reconocido el derecho de los pueblos a su autodeterminación.
Dada la gravedad de la crisis interna, estamos convencidos de que la respuesta a la crisis de IU no se encuentra en meros reajustes en la dirección federal sino, más bien, en la reorganización desde los sectores todavía activos de IU de un bloque plural de izquierdas que, aunque minoritario, sea capaz de demostrar que es posible poner en práctica iniciativas y campañas íntimamente unidas a las que se están desarrollando desde los movimientos sociales, ya sea contra la precariedad y por una vivienda digna, en defensa de los servicios públicos, contra la especulación inmobiliaria, la corrupción urbanística y la degradación ambiental o a favor de una solución política negociada del conflicto vasco, entre otras. Sólo desde la recuperación de los vínculos con las redes críticas y alternativas de esos movimientos y desde la demostración de que apostamos efectivamente por otra política y otra forma de hacerla es como creemos que se podrá hacer aparecer en IU otro polo alternativo al que representan la actual dirección federal u otros sectores únicamente interesados en la lucha por el poder interno -como es el caso de la actual dirección del PCE o del sector encabezado por Angel Pérez- y no por una verdadera regeneración democrática y un giro efectivo a la izquierda de IU. A todo esto dedicará sus esfuerzos Espacio Alternativo junto con aquellos sectores y colectivos que, dentro y fuera de IU, estén dispuestos a avanzar por ese camino, para lo que consideramos necesario impulsar procesos de diálogo y confluencia entre los colectivos y personas de la izquierda anticapitalista y alternativa con el fin de debatir y emprender iniciativas y campañas comunes.