El pasado 5 de abril se cumplió un mes de la desaparición física de Alberto Granado. Decir su nombre es referirse inevitablemente a uno de los más sublimes sentimientos: la amistad, lazo que unió su vida a la de Ernesto Guevara, trascendiendo fronteras y más allá de la muerte. Sin embargo, Mial, como lo llamaba […]
El pasado 5 de abril se cumplió un mes de la desaparición física de Alberto Granado. Decir su nombre es referirse inevitablemente a uno de los más sublimes sentimientos: la amistad, lazo que unió su vida a la de Ernesto Guevara, trascendiendo fronteras y más allá de la muerte.
Sin embargo, Mial, como lo llamaba el Che, fue uno de esos seres humanos a los cuales la vida no les basta para hacer el bien, que van por el mundo tocando a la gente con su espíritu de mejoramiento, con las manos llenas de bondades y dispuestas a trabajar; y con el corazón siempre alegre, siempre sincero.
Ese es el hombre que nos descubre la periodista Rosa María Fernández Sofía en el libro El Che confía en mí, publicado bajo el sello de la Casa Editora Abril, de La Habana, y que fue presentado en la Casa del ALBA Cultural, a manera de homenaje póstumo a Granado.
En el encuentro, que contó con la presencia de funcionarios del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP), familiares de Granado y de los Cinco Héroes antiterroristas cubanos, fue leído un mensaje enviado por estos desde las cárceles donde cumplen injusta condena. En la misiva calificaron a Alberto como alguien que «lleva en sí el decoro de tantos hombres, un reflejo del Che», para guiarnos y enseñarnos que solo la lucha y el amor hacen posible las maravillas.
Luz de vida
Según confesó la autora del libro, ese hombre amante de los tangos, que era todo fuerza, acción y alegría, cambió y alumbró el sentido de su vida. Era muy difícil hacerlo hablar, recuerda, pues no le gustaba referirse a sí mismo.
En diálogo con el diario cubano Juventud Rebelde, Rosa María evocó parte de la historia que para siempre la mantendrá unida a Alberto Granado. «Fue de esas personas que pueden integrar perfectamente su pensamiento con su obra. Vivía con naturalidad, lucidez y alegría».
-Usted ha expresado que quedó prendada de ese hombre extraordinario. ¿Qué otra recompensa le ha dejado este libro?
-La utilidad de la virtud, como decía Martí, porque Alberto fue una persona que supo transmitir la voluntad de luchar por lo que se cree, a pesar de todos los avatares de la vida.
«Para mí fue un gusto extraordinario hablar con él. Lo disfrutaba como si fuera un estado de gracia. Era una fiesta del recuerdo y la contemporaneidad, pues Alberto llevaba todo a la vida práctica. También me conmovió la verosimilitud de tocar a una persona que estuvo tanto tiempo junto al Che y que siguió creyendo en él para traernos su ejemplo hasta hoy».
-¿Por qué considera que es un texto determinante para los jóvenes?
-Está hecho para ellos. La amistad de Granado y el Che comenzó cuando tenían 20 y 14 años, respectivamente. Y es en el crecimiento del ser humano donde realmente están afincados los valores y la personalidad, de manera que no estamos ante un texto para conocer a Ernesto y a Alberto desde su posición actual, sino en reversa, desde que iniciaron su amistad en la adolescencia.
«El libro tiene el valor de concatenar diferentes etapas de su vida que quedaron sueltas en entrevistas y se organizaron para conocer el derrotero de ambos. Por ese sendero los jóvenes van a encontrar la forma de crecer a la luz de ese tipo de persona y ejemplo».
Conocer al amigo
Es poco conocida la enorme contribución de Alberto Granado al desarrollo del proyecto social revolucionario cuando en la década del 60 vino con su familia a Cuba, tierra que asumió como suya.
Ayudó en la formación de los médicos en un período caracterizado por el éxodo de unos 3 000 galenos, aproximadamente la mitad de los que ejercían en la Isla. Explica Rosa María que su labor además fue decisiva en la fundación de la Facultad de Medicina de Santiago de Cuba.
El mismo Granado lo afirmaba en el libro: «Mi vida gira alrededor de tres ejes. El primero es mi amistad con Ernesto Che Guevara, el segundo es el viaje por América Latina y el tercero mi incorporación a la Revolución Cubana».
El Che confía en mí constituye un volumen que en 238 páginas revela al lector la figura y el accionar de un hombre que para muchas personas ha trascendido solo por su amistad con el Guerrillero Heroico.
Sin embargo, han quedado sus testimonios, remembranzas y el repaso de una vida modesta colmada de orgullo. Así lo ratifica la autora: «En El Che confía en mí se decidió a hurgar en sus sentimientos y a recordar los últimos momentos cerca de Ernesto. Pero la leyenda del Che tiene otra visión, porque Alberto Granado, posee una historia propia que contar».
Detalles
Utilizando la entrevista como recurso literario, El Che confía en mí recrea pasajes y contextos históricos. Contiene anécdotas e imágenes poco conocidas del periplo por Sudamérica de Granado con el Che, de su relación después que se separaron en Venezuela, y de sus encuentros en Cuba, hasta la despedida. Pasa además por reflexiones sobre la muerte del guerrillero, la llegada de sus restos y las etapas por las que han atravesado la Revolución y el pueblo cubanos.
Fuente: Diario Juventud Rebelde. La Habana. 11 de Abril del 2011.