1. ¿Cuál es el proceso por el que surge IA, y cual es la forma de organización interna? IA surge a partir de Espacio Alternativo (EA), una organización que trabajaba hacia los movimientos sociales como una corriente dentro de IU. En ese proceso de evolución la organización termina saliendo de IU, al considerar que ésta […]
1. ¿Cuál es el proceso por el que surge IA, y cual es la forma de organización interna?
IA surge a partir de Espacio Alternativo (EA), una organización que trabajaba hacia los movimientos sociales como una corriente dentro de IU. En ese proceso de evolución la organización termina saliendo de IU, al considerar que ésta se había derechizado y no cumplía las expectativas existentes en Espacio Alternativo. En relación a la transformación social y a las medidas adoptadas para hacer un cambio de rumbo, tanto en el mundo como en el seno de la izquierda. El abandono de IU como corriente se produce a finales de diciembre del año 2007, aunque no es hasta octubre de 2008 cuando se produce la salida definitiva de todos los militantes de EA en IU. En noviembre de ese mismo año, se constituyó IA mediante una conferencia extraordinaria de EA que decidió cambiar su nombre por el de IA e iniciar un proceso de recogida de 15.000 firmas para poder presentarse a las elecciones europeas. Ese es el origen de IA como partido político independiente de cualquier otra organización, con una autonomía total y con todos sus militantes participando como miembros de esta organización política.
Desde entonces, hemos recorrido apenas un año y medio. Un intenso camino de participación en movilizaciones e incluso en las elecciones europeas. Donde no hubo un resultado muy grande, pero sí hubo una muy buena campaña que nos ha permitido contactar con mucha gente y crear nuevos grupos en distintas zonas del estado donde no existíamos. Además ha ido madurando el funcionamiento interno de la organización y del partido, a través de coordinadoras en cada uno de los colectivos, federados y confederados, elegidos por las asambleas de base. El máximo órgano es la coordinadora confederal, que a su vez elige a una Secretaría confederal. Siendo ésta el órgano ejecutivo en el que hay nueve personas que se encargan de temas organizativos y de planificación. En calidad de miembro de esa Secretaría confederal hago esta entrevista. Nosotros no funcionamos con el esquema de Secretarios Generales, sino con órganos colegiados donde las responsabilidades están compartidas. Las decisiones urgentes se toman de forma colegiada en el órgano ejecutivo y para determinadas ocasiones o temas concretos se eligen portavoces, como en las elecciones al Parlamento Europeo.
Pensamos que el cambio de EA a IA ha supuesto un acontecimiento para la izquierda del estado. Ha servido para recuperar a antiguos militantes de la izquierda radical en los años `80. Además, ha servido para agrupar a un número considerable de jóvenes para los que IA es su primera experiencia política. Desde ese punto de vista, estamos relativamente satisfechos con el período recorrido desde 2008 porque la organización ha crecido bastante y lo sigue haciendo.
2. ¿Cómo se estructura IA en el estado español, y cuales son las relaciones a nivel internacional?
En el estado español, IA funciona con colectivos. Organizaciones federadas en la mayoría del territorio, salvo en las naciones del estado donde funcionamos con colectivos confederados, es decir, Países Catalanes, Galicia, Euskal Herria. Estos colectivos, forman parte de todos los órganos de IA pero tienen un estatus diferenciado al formar parte de naciones históricas del estado, deben tener un estatus político distinto.
A nivel internacional, IA es miembro de la Conferencia Anticapitalista Europea junto con partidos como el NPA, Bloco de Esquerda, Sinistra Critica, corrientes de Die Linke, corrientes griegas, inglesas y diversos partidos del conjunto de Europa. También formamos parte de la IV Internacional. Organización internacional fundada en 1938, y que pensamos, mantiene el hilo rojo de la historia desde la Revolución de Octubre hasta el momento. Hay una coordinación de los distintos grupos nacionales que nos sirve de mucho para tener una perspectiva internacionalista y para estar en contacto con gente y partidos de todo el mundo con los que compartimos una visión sobre la transformación social. La IV Internacional está formada por los antiguos militantes de la LCR que ahora están en el Nuevo Partido Anticapitalista, Sinistra Crítica de Italia, Partido Laborista Pakistaní, Partido Revolucionario de los Trabajadores de Filipinas, y diversos grupos de America Latina como la corriente Enlace del PSOL, el PRT de México y otras corrientes más pequeñas de partidos en Ecuador, Bolivia y Colombia. La IV Internacional tiene presencia prácticamente en todos los continentes, aunque es en Europa donde tiene su núcleo histórico fuerte. Tiene una presencia desigual, pero tiene un importante crecimiento internacional, sobre todo, en Asia y América Latina.
3. ¿Cual es la opinión de IA acerca del contexto general que estamos viviendo?
El contexto general está marcado por la crisis sistémica que vive el planeta. Consideramos que hay distintas crisis, pero todas ellas se juntan: una crisis social, alimentaria, financiera, de los cuidados (ya que entendemos que las mujeres están siendo doblemente explotadas en estos momentos de crisis).
Estas crisis mundiales no son pasajeras, y han venido para quedarse. Estamos empezando una época de grandes convulsiones sociales y habrá un fuerte ataque por parte del poder económico: los bancos, las patronales de los distintos países, el Fondo Monetario Internacional, y de todas las instituciones políticas que son sicarios de los poderes económicos, es decir, la UE y los distintos gobiernos de Europa, junto a la mayoría de los países del mundo. Salvo algunas excepciones en América Latina.
Pensamos que el carácter sistémico de la crisis es prolongado. El nivel de los ataques que estamos viviendo en España, junto a otros países de Europa, y la ofensiva contra los trabajadores, requieren de una respuesta muy contundente por parte de la clase obrera, de la clase trabajadora y de la gente de los movimientos sociales. Esto sólo va a poder darse teniendo en cuenta que la lucha debe ser general, aunque es verdad que hay que empezar pidiendo algunas reformas parciales. Hay que tratar de llegar a algún tipo de programa de transición, usando la terminología clásica, que trate de ir arañándole conquistas al capitalismo para poder dar un salto más adelante.
Pensamos que la perspectiva anticapitalista y la ruptura con el sistema, tienen que estar presente en cualquier izquierda, si quiere merecer este nombre. El sistema no admite más parches. En los últimos 50 años el llamado estado de bienestar ha intentado endulzar el capitalismo y hacerlo cada vez más accesible para la clase trabajadora. Pero esto no funciona, ya que como dijo Marx: «El capitalismo lleva en general a su propia destrucción, y con ella nos puede destruir a nosotros también».
Debemos ser capaces de organizarnos, y de enfocar la ruptura desde una perspectiva anticapitalista para construir una nueva sociedad socialista. Un socialismo que habrá que definir, ya que no está en ningún manual. Debe incorporar las contradicciones que han aparecido en los últimos 40 ó 50 años, como la contradicción ecológica o de género. Tratar de construir un socialismo democrático desde abajo. Además, creemos que es fundamental el debate de la unidad para construir herramientas sociales y políticas a partir de las diferentes posiciones y las nuevas corrientes de personas que participan en movimientos sociales y organizaciones de izquierdas. Conjugando radicalidad y unidad, un binomio difícil de trabajar. Existen organizaciones muy radicales pero que no manejan bien el concepto de la unidad. Del mismo modo, hay organizaciones que son más unitarias, pero no tienen una radicalidad revolucionaria. Están pensando en cómo reformar o cómo llegar al poder. Nosotros aspiramos a resolver estas contradicciones para poder empezar a andar.
4. Ante esta situación, ¿cuáles son las medidas concretas que propone IA en un programa de mínimos?
Desde IA aprobamos un plan de diez medidas urgentes para las elecciones al Parlamento Europeo contra la Europa del capital. Pienso que hoy son perfectamente válidas. En primer lugar, la necesidad de tener una banca pública. Poner los bancos al servicio del estado y luego al servicio del poder popular, bajo control social. Pensamos que la banca es un servicio público esencial que debe formar parte del bien común. No puede estar únicamente al servicio del Estado y ser administrado por un gobierno. Tiene que estar bajo control social y de los propios trabajadores. Tenemos que buscar medidas para ser capaces de socializar esas entidades bancarias. Además, es necesario nacionalizar sectores estratégicos como la energía. Existe un gran problema energético a la vista, y estos servicios no pueden estar sometidos a la ley del beneficio. Debemos adoptar medidas urgentes en materia laboral, que abran una contradicción importante en las propias empresas privadas. Actuar contra el proyecto de reforma laboral que va a aprobar el gobierno. Aprobar, por ejemplo, una ley de 35 horas de jornada laboral semanal, sin reducir el salario y que fomente el empleo. Hay que hacer un reparto del trabajo, pero no sólo del asalariado. Desde una perspectiva de género hay muchos trabajos que no están pagados. El trabajo en casa, las labores de cuidado de las mujeres que trabajan en el hogar es un tema que, desde una organización de la izquierda revolucionaria, se debe tener claro que es necesario repartirlas con los hombres.
Otra medida sería la imposición de un salario mínimo de 1200 euros garantizado por ley, porque el que existe ahora es una miseria y la mayoría de las empresas no lo cumplen porque los beneficios netos de las empresas van a ser menores. Creemos que esta medida puede ir abriendo la puerta para otras más radicales, por ejemplo; el adelantamiento de la edad de jubilación a los 60 años, en contra del alargamiento de la misma; establecer unas pensiones dignas ante los recortes, y como mínimo de 1200 euros, garantizadas a través de los presupuestos generales del estado y de la recaudación de impuestos a las clases que tengan más dinero; la prohibición de los despidos, en las empresas con beneficios acreditados en los últimos 5 ó 10 años, ya que no basta con un año de pérdidas para despedir a los trabajadores. Tendría que garantizarse por ley, que las empresas que han ganado dinero durante muchos años no pudiesen despedir a ningún trabajador. Si tienen pérdidas, que las asuman con las ganancias que han obtenido anteriormente.
Adoptar bastantes medidas de índice ecológico, como por ejemplo la reducción en más de un 30% de las emisiones de CO2. Reconvertir muchos sectores que ahora mismo no tienen sentido, como es el automovilístico. No se pueden vender tantos coches, ya que es insostenible. Esta reconversión implica que esos trabajadores no se vayan al paro. Creemos necesario luchar contra el cambio climático, y a favor del cierre y desmantelamiento de todas las centrales nucleares.
Por otro lado, creemos muy necesaria la aprobación de una ley del aborto libre y gratuito en la sanidad pública. No como el parche inadmisible que acaban de poner.
Éstas, serían algunas de las medidas urgentes, aunque con la perspectiva actual, un poco utópicas. Pensamos que si se creara la fortaleza suficiente y hubiera el convencimiento entre buena parte de la clase trabajadora, sería posible conseguirlo. Haciendo los ajustes económicos necesarios, se abriría la puerta hacia una ruptura con el capitalismo. Empezando a plantear la construcción del socialismo del siglo XXI.
5. Entonces, ¿crees que es posible un Frente de Izquierdas con organizaciones como el PCPE, IC, CR?
Creemos que la unidad es un proceso muy importante, pero primero desde abajo. Debe darse en las luchas, y ahí es donde debe ganarse una confianza y una legitimidad. Mediante el trabajo común y compartiendo espacios unitarios. Cuando ese proceso esté maduro, será el momento para plantearse la unidad política en un frente o bloque. Pero hasta ahora, este proceso no está maduro. Para conseguir aplicar un programa en el que podríamos ponernos de acuerdo rápido, hace falta fuerza social. Un amplio número de personas organizadas, simpatizantes, gente que sea capaz de defender esas consignas en la calle y en las urnas. Lamentablemente por el estado en que vivimos, hay que plantear la cuestión electoral. Una izquierda radical que aspire a tener una influencia de masas, tiene también que utilizar esas vías para llegar a gente que no está en los movimientos sociales. Pensamos que actualmente no se dan esas circunstancias, porque vivimos un período de gran desmovilización. Ha costado mucho volver a construir herramientas unitarias, y en las ocasiones en que lo hemos hecho nos hemos encontrado poco con esas organizaciones.
Por ejemplo en Madrid, ha habido dos eventos en movimientos sociales durante este año 2010. En enero, el Foro Social Mundial, un largo proceso de organización por una asamblea de movimientos sociales que lleva 3 años funcionando. Otra ha sido la Contracumbre o Cumbre Alternativa de los Pueblos. No nos hemos encontrado con estas organizaciones, ya que no consideran estos frentes interesantes para su intervención. Nos hemos encontrado con ellos en las manifestaciones por Palestina o laborales, donde hemos tenido poco contacto en general en los ámbitos unitarios que se estaban montando.
Consideramos que tenemos una diferencia importante con algunas de estas organizaciones, al menos con Corriente Roja respecto a la forma de intervención en los movimientos sociales. Nosotros somos una corriente revolucionaria anticapitalista que trata de radicalizar los movimientos sociales, pero ponemos por encima la autonomía del movimiento y su desarrollo a nuestras propias consignas y nuestra ideología. Con Corriente Roja ha habido una fuerte diferencia en el movimiento de la sanidad pública, porque han acabado poniendo una barrera a lo que podría haber sido un movimiento contra los planes de Esperanza Aguirre, que podría haber aglutinado a las asociaciones de vecinos y a sectores críticos del PSOE. Sólo los sectores más convencidos han podido salir a la calle, y al final el movimiento ha quedado en menos de lo que podría haber sido. Es verdad que tienen mucha responsabilidad el reformismo, el PSOE, CCOO y UGT, y que han sido agentes de la desmovilización. Pero CR no entiende bien como conjugar radicalidad y unidad, y en cada debate y movilización tenemos esta diferencia.
Por ello, no planteamos una unidad política sin que haya una coincidencia por abajo en las luchas y sobre la manera de entender la lucha social. Pensamos que sería un proceso artificial por muchos emplazamientos que se realicen a un FI. Este frente tendrá que ser de organizaciones políticas, pero también de mucha gente que está en la izquierda social. Creemos que es una parte fundamental para crear una nueva forma de agrupamiento de la izquierda política, porque los partidos políticos lamentablemente no agrupamos una masa suficiente de activistas y tiene que venir de la gente que ya está organizada en movimientos sociales, de gente joven, de gente que se radicalice. Para crear este bloque de izquierdas, primero deben darse condiciones fuertes de acuerdo por abajo y caracterizar la situación. Definir de forma conjunta cómo debemos trabajar en los movimientos sociales, qué tipo de campaña debemos desarrollar, con qué criterio, etc. Esperando que el propio movimiento, por el período convulso en el que entramos, pueda hacer que estas barreras salten. La gente se dará cuenta, por necesidad de la propia acción, que hay que confluir, dejar de lado diferencias y ponerse manos a la obra.
Pensamos que ahora mismo crearía más frustración. Si se hace un acuerdo, no queremos que desaparezca a los tres meses. Hay varias experiencias históricas, ya que la corriente de la que provenimos ha tenido varias. Por ello, creemos que no es el momento pero que tenemos que seguir acumulando fuerzas, y que el propio desarrollo de la movilización puede hacer que estas barreras se vayan acortando.
6. ¿Cuál crees que es el grado de aceptación que entre la gente tiene este discurso? ¿y cuáles son las reacciones tras la presentación de vuestra candidatura a las elecciones europeas?
La gente en general lo recibe bien. Incluso el propio nombre de IA pensamos que está ayudando, porque hay mucha gente que pensaba que el anticapitalismo era de marcianos. Gente que no estaba en la realidad, y sin embargo ahora lo entienden mejor. Estamos viviendo la crisis del sistema. Para seguir aumentando su tasa de ganancia, el capitalismo está exigiendo que disminuyan la de los trabajadores, y sus derechos. Pensamos que poco a poco hay una aceptación creciente. Cada vez nos vamos implantando más en distintos sectores. Estamos abriendo una alternativa dentro de la izquierda en este país. Hay que construir una nueva izquierda alternativa, renovar las caras, y demostrar a la gente que hay partidos que no están formados por profesionales. Somos gente normal que estamos en las luchas, y no hacemos de la política nuestra forma de vida. La gente perdió la esperanza, y esta es para nosotros una de las alternativas más rupturistas que hemos introducido. La política la hace gente normal. En una encuesta realizada hace pocos días, «el 80% considera que la clase política de este país es un problema». Es evidente que hay un rechazo, puede tener una deriva neofascista, o llegar a la conclusión de que no hacen falta políticas ni políticos porque todo puede ser gestionado por técnicos, o por un caudillo. Tenemos un presente dudoso, pero pensamos que tenemos un futuro importante.
Las elecciones han sido un campo de batalla muy difícil para la izquierda más radical. Nos sentimos mucho más cómodos en manifestaciones, en campañas de movilización o en un Foro Social, que en una campaña electoral. Lamentablemente con los tiempos que corren y las limitaciones de audiencia que tenemos, esta campaña electoral puede servir de altavoz de propuestas para llegar a gente a la que normalmente no llegas. En esos momentos suelen estar más atentos a lo que se comenta en el terreno político. La campaña a las europeas tuvo bastantes aspectos positivos, porque nos ha permitido contactar con gente nueva, extendernos. Hacer audible nuestro discurso para llegar a este público. Estar presentes en algunos medios de comunicación, y ampliar nuestro marco de acción. El resultado no fue muy grande, aunque eso es algo que ya esperábamos. Algunas personas plantearon que éramos la alternativa a IU, pero las cosas van muy despacio. Es difícil conseguir votos, que la gente cambie su voto, o que salgan de la abstención para ir a votar. El balance general es positivo. En el futuro iremos valorando lo que hacer en cada una de las consultas electorales. Entendemos que es importante, que tenemos cosas que decir en ese terreno. Intentaremos conseguir levantar alternativas anticapitalistas en cada una de las elecciones. Ahora en octubre, en Cataluña, nuestros compañeros van a estar presentes. Hay que decirle a la izquierda que ha gobernado durante 7 u 8 años que no vale. Iniciativa per Cataluña, IU, que han estado dentro de un gobierno tripartito, no han respondido a los intereses de la clase trabajadora. Para los trabajadores que luchan cada día, no son referentes fiables. Han votado a favor del Plan de Ajuste en Cataluña.
7. ¿Cuál es la posición de IA ante la situación que se está viviendo en Euskal Herria?
Nuestro grupo allí se llama Antikapitalistak en Euskal Herria. Somos partidarios del derecho a la autodeterminación de los pueblos, y entendemos que deben tener el derecho a decidir qué tipo de vinculación quieren tener con el estado español. Estamos en contra de la Ley de Partidos, debe ser derogada, pues nos parece una aberración jurídica y un ataque contra las libertades gravísimo. Estamos en contra de la ilegalización de Batasuna, pensamos que debe ser legalizado inmediatamente. Es un atropello jurídico que se lleva cometiendo durante muchísimos años. Estamos en una democracia absolutamente limitada por los poderes fácticos. Pero en el caso de Euskal Herria es sangrante, porque hay unas elecciones en las que una parte de la población no tiene derecho a expresarse ni a votar. El Parlamento está falseado, y el presidente que hay ahora mismo no lo sería si Batasuna se hubiera presentado a las elecciones.
Para nosotros, la cuestión nacional es un problema que no se ha resuelto nunca en este estado. No se va a poder hablar nunca de un estado español verdaderamente democrático si no se deja decidir a los pueblos reclamar ser naciones independientes, libremente y mediante una consulta popular en la que todo el mundo pueda pronunciarse.
8. ¿Crees que esa falsa democracia en Euskal Herria es una parte más de la política imperialista del estado español, y guarda relación con los ataques contra Cuba, Venezuela, el apoyo a la entidad sionista, etc?
El estado español tiene el papel de un país mediano que responde fielmente a los intereses de la burguesía internacional, a los intereses del imperialismo americano y europeo. Así, la cantidad de multinacionales europeas que están esquilmando America Latina, muchas de ellas españolas: REPSOL, BBVA, etc. España no se desmarca, ya que desde la época de Aznar vivimos una agudización extrema de este sometimiento y de esta actitud lacayuna como la que tuvo Aznar durante la guerra de Iraq. Pero en el caso de Zapatero, aunque haya tenido algunos gestos frente a Cuba, que luego no se va a reseñar en ningún cambio de posición de la UE, o en ocasiones hacia Venezuela, que hubo en algún momento, la actitud general es la misma. Está marcada por intereses geopolíticos internacionales y responde al imperialismo norteamericano y europeo.
No hay ninguna variación porque los patrones de la política internacional vienen marcados por acuerdos como el de la UE. La cual tiene su propia política internacional, y esto marca la de España. Al igual que el marco de la OTAN, al formar parte de la OTAN, se mueve en un marco muy limitado. Además de todos los Tratados y acuerdos que va suscribiendo España con países impresentables; como Guinea Ecuatorial, con la dictadura salvaje de Obiang, que olvida al pueblo oprimido de Guinea; o con la dictadura marroquí, que olvida por completo a los habitantes del Sahara, y obvia la responsabilidad que tiene España en procurar el derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui. El gobierno de Zapatero no ha servido para nada, salvo para algunos gestos que al final se han quedado en eso. Desde luego si gobernara el PP, veríamos una actitud mucho más crítica contra Cuba, contra Venezuela, etc. pero esto no significa que podamos esperar nada de este gobierno.
Si hubiera un gobierno verdaderamente de izquierdas en este país, tendría en primer lugar que salir de la OTAN, denunciar muchos tratados internacionales que obligan a España a tener una política deleznable, y tener una relación con los países donde realmente se está viendo una política progresista y de izquierdas, más que con los países imperialistas que esquilman a los países pobres para sacar un beneficio.
9. ¿Qué le dirías a los trabajadores y trabajadoras que piensan que esta crisis es pasajera?
Pues les diría que no se engañen, eso no va a volver a ser así. No se va a volver a recuperar lo que hubo antes de esta crisis. Es una ley cíclica y científica del propio capitalismo. Estamos ante una crisis de superabundancia, en la que ni siquiera se pueden consumir en el primer mundo todos los recursos que se han ido generando. Por tanto, la crisis ya no es como la del ´29, en la que existían otra serie de recursos naturales. Pero ahora el planeta también se está agotando.
A un trabajador de clase media baja o baja de este país le diría que lo que tiene que hacer es organizarse para poder recuperar un nivel de vida digno. No va a poder tenerlo, si no se organiza, si no lucha contra los gravísimos recortes sociales que sólo acaban de empezar, y que van a seguir en cascada hasta que nos dejen sin nada. El capital se ha dado cuenta de que para poder seguir teniendo beneficios, al mismo nivel que los tenía para aumentar su tasa de ganancia, tiene que quitar a los trabajadores los mínimos privilegios que tenían. Ahora han empezado, pero van a seguir con todo: sanidad, educación, pensiones, trabajos fijos, etc. Reducir la sociedad a que te puedan contratar y despedir al día siguiente, y tener a la clase obrera sin ningún servicio público. Por lo tanto para poder recuperarlo deberá ser en el marco de otro sistema, ya que en el marco capitalista no se puede vivir bien. Ya no necesitamos las abundancias. Hay que tener claro, que la perspectiva debe ser la de cambio del sistema, conscientemente anticapitalista y que luche por un socialismo democrático desde abajo, que reparta los bienes, las riquezas y los trabajos.