La reciente sentencia de la Audiencia Nacional reconociendo, por primera vez, el derecho a apostatar de una persona, el valenciano Manel Blat, ha multiplicado el número de peticiones para darse de baja en la Iglesia católica. Según el colectivo valenciano Jo no t’espere, pionero en la reclamación de este derecho, «se han duplicado las peticiones […]
La reciente sentencia de la Audiencia Nacional reconociendo, por primera vez, el derecho a apostatar de una persona, el valenciano Manel Blat, ha multiplicado el número de peticiones para darse de baja en la Iglesia católica.
Según el colectivo valenciano Jo no t’espere, pionero en la reclamación de este derecho, «se han duplicado las peticiones de información», aunque, según una portavoz del movimiento, Maribel Romero, es «imposible» cuantificar cuántas personas se deciden, finalmente, a solicitar la apostasía.
La Agencia de Protección de Datos es el único organismo que puede ofrecer cifras oficiales. Según sus datos, la Audiencia Nacional estudia otros 221 casos de personas que desean borrar su nombre de los libros de bautismo. En 2006 fueron 58 personas las que denunciaron ante la Agencia el silencio o la obstrucción de la Iglesia en su intento de apostatar. Esta cifra se ha triplicado en 2007. La mayoría de las peticiones proceden de Valencia.
El Papa, motor de apóstatas
La explicación de ese origen se encuentra, paradójicamente, en la visita que el Papa realizó a Valencia en julio de 2006. «Días antes de que llegara, hicimos una apostasía masiva. Durante tres días seguidos estuvimos llevando miles de peticiones al registro del arzobispado», recuerda Maribel Romero. Su teléfono suena ahora constantemente. «La gente pide información porque no sabe cómo ni dónde apostatar». La red ofrece respuestas de manera dispersa. Albert Villanova, es el responsable de apostasía.es, una web que recoge todo lo que hay que saber para apostatar.
Desde que se conoció la sentencia de la Audiencia Nacional favorable a Manel Blat, se ha multiplicado también el número de visitas en la página. «Sólo los días 18 y 19 de octubre, cuando se hizo pública, recibimos 1.400 visitas», afirma Villanova. Lo habitual es que sean 500 diarias. Al correo de la página han llegado, desde el 18 de octubre hasta hoy, 150 consultas sobre qué procedimiento se debe seguir para apostatar. En Internet se puede encontrar la respuesta. De la red cuelgan decenas de formularios que facilitan los trámites. Uno de ellos ha resultado ser el más efectivo.
El «engaño» de la Iglesia
La carta que sirvió a Manel Blat para defender su derecho ante la Audiencia Nacional incluye una declaración introductoria en la que denuncia «el engaño doctrinal y el abuso de posición dominante de la Iglesia» por encima de la «buena voluntad» de la familia de quien es bautizado.
Ese «engaño» se manifiesta especialmente, según recoge el texto, en una circunstancia: la Iglesia se aprovecha de que las facultades intelectuales de quien es bautizado «no se han desarrollado». Desde esta premisa, los apóstatas denuncian su imposibilidad de «analizar y reflexionar sobre tales creencias, a fin de poder aceptarlas o rechazarlas».
Este rechazo fue el que Manel Blat materializó con 41 años. «En lo personal no me ha cambiado la vida, pero sí es constante el goteo de personas que se interesan por la posibilidad de apostatar», confiesa este valenciano, de 41 años, que esperó los últimos cinco una respuesta. «La gente se interesa, porque ha visto que el sistema sí funciona, no me siento un pionero», confiesa Manel, que conoció la sentencia de la Audiencia Nacional el pasado 18 de octubre por una llamada de Público. «No sentí un alivio especial, aunque sí mucha alegría. Me había olvidado casi por completo del asunto».