La gerente pasa por encima del PAS Funcionario y aprueba un nuevo plan sin ningún consenso.
La Gerencia de la Universidad d’Uviéu ha sacado adelante un documento que afecta a todo el Personal de Administración y Servicios (PAS) Funcionario de la institución académica. El 8 de abril se aprobó entre protestas en el Consejo de Gobierno, y el 19 del mismo mes en el Consejo Social. ¿El motivo de la disconformidad? El nuevo Plan de Relaciones de Puestos de Trabajo, elaborado unilateralmente por la Gerencia de la Universidad.
¿La reforma contó con el apoyo de los órganos de representación del PAS Funcionario? En la Mesa de Negociación no recibió la aprobación de ninguno de los sindicatos. El Comité de Empresa no dio el informe favorable a esta medida. En el caso de la Junta de Funcionarios el rechazo fue unánime.
¿Por qué la Gerencia lleva al Consejo de Gobierno un documento que no ha obtenido el respaldo de ninguno de los tres órganos de representación? La normativa dice que la Gerencia tiene la obligación de informar a los órganos de representación, pero en ningún caso estos órganos tendrán poder decisorio. Tales órganos de representación cumplen una función meramente consultiva.
Anteriormente, la Gerencia intentó tener cuidado maquillando las medidas tomadas por este órgano de manera que se intentara conseguir un consenso o llegar a acuerdos a través de mayorías simples de apoyo. Sin embargo, en esta ocasión han obrado de forma diferente, pues siendo el último año de Vicente Gotor como rector no les ha preocupado mantener esa imagen.
¿Qué supone este Plan? La «redistribución» de los puestos de trabajo del PAS Funcionario, que se traduce en la eliminación de tres puestos de trabajo, en el cambio forzoso del puesto de trabajo y del propio lugar de trabajo atendiendo a términos puramente meritocráticos y económicos, que son totalmente aleatorios. Es decir, se amortizan 15 puestos que compensan con 12 plazas nuevas y las subidas salariales de algunos. De esta forma, se eliminan tres puestos de trabajo para compensar subidas salariales y que se mantenga el coste global. Se trata de plazas que quedan vacantes y de dinero que la Universidad tiene para su plantilla y que no gasta en ella. Lo que han hecho ha sido jugar con la cesta de la compra para no gastar más de la cuenta. De hecho, ha ocurrido justo al contrario, la Gerencia ha ahorrado dinero de la cesta. Al menos, esa fue la manera de vendérselo al Consejo de Gobierno y al Consejo Social. Con estas RPTs, no piden más dinero, al revés, están reduciendo el número de plazas y lo que cuesta el personal de la Universidad.
Los puestos de trabajo están jerarquizados en niveles, siendo el nivel A1 los puestos a los que accede el personal funcionario mejor cualificado. Un ejemplo muy llamativo es aquel en el que se crean dos Jefaturas de Servicio (nivel A1), compensando una plaza vacante por una jubilación de un nivel B (nivel inferior y con comisiones más reducidas), con un coste anual de 50.342,74 euros para cada una de esas nuevas plazas. La Gerencia justifica la creación de esos dos nuevos puestos porque harán, dice, el trabajo de la persona que se jubiló hace más de un año, persona que todavía no ha sido sustituida.
Resulta que las plazas que se crean son jefaturas en casi su totalidad, y consumen prácticamente todos los recursos económicos. Además, se modifican al alza complementos específicos concretos (comisiones) y sin criterios previamente fijados, lo que conlleva más diferencias salariales entre compañeros y compañeras que realizan tareas similares.
Los puestos de funcionarios que cambian y que se dotan de más dinero son todos cargos de jefaturas. Sin embargo, al personal de base no se le aumenta el sueldo (el complemento específico), y lo justifican alegando una excesiva carga de trabajo para la propio jefatura. La incoherencia de este argumento es que si hay una excesiva carga de trabajo para la jefatura, será aún mayor para el personal de base, más aún cuando su número se ha reducido notablemente durante los últimos cuatro años.
¿Habrá movimientos de personal sin convocar concurso? La figura de la «reasignación» permitirá que el personal funcionario se vea obligado a cambiar de puesto o lugar de trabajo sin convocar concurso público. Hay un total de 68 plazas reservadas al PAS funcionario de nivel A1, de las cuales 19 son de «libre designación». Es decir, el 28% de las plazas A1 son elegidas a dedo por el Rectorado. Esto significa que los puestos de «libre designación» no atienden a los criterios por los que la Gerencia justifica la aprobación de este plan. Estos criterios son el «identificar la naturaleza de los trabajos, eliminar la duplicidad, evitar la ineficiencia en el trabajo, distribuirlo adecuadamente, normalizar y estandarizar procedimientos, delimitar funciones…», debido a la «escasez de los recursos económicos» de los que, según se afirma en este plan, dispone la Universidad d’Uviéu.
¿Quiénes se beneficiarán de estas plazas? La respuesta es un secreto a voces. Los miembros del PAS Funcionario mencionan la posibilidad de que sean la gerente, Marta González Prieto, y la vicegerente, Mercedes San Millán, quienes ocupen próximamente esos cargos en el momento en el que salgan a concurso. Esto significa que las personas que han elaborado el nuevo Plan de RPTs del PAS Funcionario son las mismas que podrían beneficiarse de las nuevas plazas que ellas mismas han creado, plazas que tienen asignadas unas comisiones salariales más elevadas y que se han conseguido a través de la eliminación de tres puestos de trabajo.
Tres son las personas que se beneficiarían del nuevo Plan de RPT. Algunas fuentes apuntan a Marta González Prieto, que con la llegada de Gotor fue elegida por libre designación, primero como jefa de Servicio de la Administración del Campus de Xixón y luego como gerente. El caso Marea salpicó a uno de los beneficiados
También se señala a Celestina Fernández, jefa de Registro. La de 2015 sería su tercera subida salarial en los últimos cinco años. El tercer nombre sería el exgerente Eusebio González, destituido en 2013. El motivo, la empresa Igrafo, implicada en el Caso Marea, habría pagado facturas por 6.000 euros en obras de su chalé de Celoriu. Ha sido reasignado como jefe de Servicio de Control de Gestión.