Hay quien parece sorprenderse de las crueles dentelladas mediáticas del Poder. O que El País haya desempolvado su acreditado Libro de Estilete. El mismo que en la década de los ochenta-noventa del pasado siglo le hacía jugar a la «gallina ciega» con los casos de terrorismo de Estado protagonizados por los GAL o enmudecer ante […]
Hay quien parece sorprenderse de las crueles dentelladas mediáticas del Poder. O que El País haya desempolvado su acreditado Libro de Estilete. El mismo que en la década de los ochenta-noventa del pasado siglo le hacía jugar a la «gallina ciega» con los casos de terrorismo de Estado protagonizados por los GAL o enmudecer ante la corrupción del Régimen Felipista mientras examinaba con lupa la camisa de Julio Anguita por si al desayunar la había manchado de aceite.
L@s que tenéis una cierta edad, ¿no os acordáis de la imagen de loco, iluminado y mesías de pacotilla que le crearon? Toda merecida. ¡Mira que atreverse a decir que el diseño de Europa era un timo que nos llevaría a la miseria a la mayoría para beneficiar a unos pocos o que el PSOE-PP jugaban en la misma liga de intereses bipartidistas aunque las camisetas tuvieran colores distintos porque sus patrocinadores eran idénticos!
De tanto repetir falsedades la «izquierda caviar» corrió tan asustada -para que no la confundiesen con un romo seguidor del cordobés- que le quedó el tic de levantar la ceja. Movimiento que puso de moda años después para, a lo tonto, a lo tonto, caer rendida ante los encantos de ese Lenin hispano llamado Rodríguez Zapatero.
O qué decir de esa cúpula de CC.OO. capitaneada por Gutiérrez (la de UGT siempre estuvo amortizada) tan reivindicativa. Con una mano asfixiaba al espíritu de Marcelino, con la otra votaba el «sí crítico a Maastricht» y mientras amenazaba al Sistema con aguantar la respiración si no seguía sus directrices.
Pues ya se ve, como dice el tango treinta años no es nada y en marzo de 2016 hemos vuelto al punto de partida con el estreno de los nuevos capítulos «Regreso al futuro IV» y «El día de la marmota II». Cambiamos de actores pero no de guión.
Supongo que aunque lo intuíais ya habéis comprobado en vuestras carnes Pablo y demás amigos «podemitas» que estos no hacen prisioneros. Más allá de la sobreactuación (llenando el escenario de tomates y flores) o la carga histriónica de algunos pasajes del Debate de Investidura, la Oligarquía no perdona a Iglesias que no hiciese la genuflexión acostumbrada o sacase a relucir al pariente que le salió rana a la Izquierda porque consagró sus años de gobierno a satisfacer los deseos de quienes realmente mandaban.
Si, ese Felipe que por no pactar «programa, programa, programa» con Julio quedaba en un meublé con el molt honorable (entonces) Pujol y tras cambiar apoyos por transferencias -incluido pacto tácito de mirar para otro lado- gritaba cual damisela púdica una vez terminada la sesión amorosa: «¡Socorro, socorro, que el moro Anguita quiere mancillar mi virtud con la Pinza!«.
¿Por qué les recordarías al fiel mayordomo, Pablo? Hay temas que son de mal gusto si se sacan en los Club de Campo o en Sede Parlamentaria. Vaya ordinariez no caer en que hay estómagos a prueba de bombas si se trata de porcentajes, comisiones, sobres, mordidas… pero muy sensibles al mínimo atisbo de cambio social.
Tampoco les gustó pese a las correctísimas formas -los rojos ya se sabe, llevan la doblez a cuestas- la soberbia intervención de Alberto Garzón. Por demostrar que a la hora de sumar Sánchez no paso de Primaria. Piensa que 130 diputados son más que 160 y tiene un agudo problema de «lateralidad-daltonismo» pues ignora donde está su izquierda y su derecha o no distingue entre el naranja /azulado y el rojo/ morado. El candidato de Unidad Popular hizo un curso de política y oratoria en tres minutos. Prueba palpable de que cuando se tienen principios e ideas el humo y la paja no son necesarios.
Tal vez alguien caiga ahora en el tremendo error que supuso desperdiciar la oportunidad de confluir el 20D porque si ésta se hubiese dado y traducido en sufragios ( hay quien piensa que no se pueden sumar melones y peras, otros siempre pensamos que eran distintas variantes de la misma fruta) no existiría la coartada del «mayor número de votos».
No tiene sentido regodearnos en lo que no fue pero podríamos fantasear imaginando por ejemplo la asistencia a un acto de campaña en Córdoba en el que al dúo Alberto-Pablo lo hubiese acompañado Julio. Sin creer en dioses, reyes o tribunos pero sabiendo que la masa sube y adquiere volumen por la acción de la levadura.
Muchas veces l@s impugnadores del actual Orden titubeamos, debatimos, buscamos senderos separados. Está en nuestra naturaleza crítica y así debe seguir. Pero aunque nosotr@s no lo tengamos claro, los servidores y acólitos del sistema si lo tienen.
De ahí su actual ofensiva. Están en la fase -como nos subrayaba Blas de Otero- del «Vendrán por ti, por ti, por mí, por todos. Y también por tí. (Aquí no se salva ni dios. Lo asesinaron)». No lo olvidemos.
No en balde el título preferido del Capitalismo depredador -tautología- es «El silencio de los corderos» y no hay nada que le guste más que comerse un buen plato de [nuestras] higadillas siempre que esté adobado con recortes y privatizaciones.
Tomemos nota por si se da el improbable caso de que un exceso de avaricia por parte de algún actor secundario rompa el saco y al final no cuaje la Gran Coalición.
Que segundas oportunidades no suelen darse.
Juan García Ballesteros, Presidente del Colectivo Prometeo de Córdoba
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