Ahora que los grandes partidos españoles se han enzarzado en una guerra cinematográfica para acreditar quién tiene menos voluntad de acabar con el conflicto, yo también estoy preparando un vídeo. Empezará con las imágenes de Gernika en llamas y la voz en off del infame Queipo de Llano advirtiendo de que el incendio fue cosa […]
Ahora que los grandes partidos españoles se han enzarzado en una guerra cinematográfica para acreditar quién tiene menos voluntad de acabar con el conflicto, yo también estoy preparando un vídeo.
Empezará con las imágenes de Gernika en llamas y la voz en off del infame Queipo de Llano advirtiendo de que el incendio fue cosa de las hordas rojo-separatistas.
Las mujeres y niños, nacionalistas o republicanos, cruzando a la carrera el puente de Santiago, en la muga, ocuparán la segunda secuencia. Y las fosas comunes, repletas de cadáveres de jóvenes gudaris, milicianos o, simplemente, sindicalistas, gentes de la cultura o nacionalistas confesos.
Fundirá la pantalla en ne-gro hasta 1968 y retomará el hilo de la narración con imágenes de los funerales de Txabi Etxebarrieta y el guardia civil Pardines. El sonido de fondo del «Eusko Gudariak» entonado ante el ponente Troncoso por los condenados en el Juicio de Burgos servirá de introducción a la fotografía del Dodge Dart en el que voló Carrero Blanco y a la secuencia en la que el actual Rey de España acompaña el féretro del que fuera mano derecha de Franco.
El último verso manuscrito por Txiki y la imagen de Maria Otaegi llorando ante la tumba de su hijo cederán paso a las grabaciones televisivas de funerales de guardias civiles, policías y militares. Acompañados todos por su tropa y representantes del Gobierno español.
La Marcha de la Libertad, la oportunidad de Txiberta, el pucherazo constitucional y los tongos autonómicos… tendrán también reflejo en el vídeo que preparo. Con imágenes impresionantes de la represión que se abatió sobre Euskal Herria en los años que siguieron a la plácida muerte del dictador.
Y no faltarán escenas de gran dureza. Los huesos destrozados de Lasa y Zabala, los velatorios de Santi y Josu en el salón árabe del Ayuntamiento de Bilbo, las cargas policiales que acompañaban a los entierros de las víctimas del GAL, los miles de testimonios de torturados, el cuerpo inerte, amoratado, de Joseba Arregi…
Y también las impresionantes imágenes de Hipercor o el cuartel de Zaragoza. Todo aparecerá porque todo eso ocurrió.
Se lo remitiré a Zapatero y cuando me conste que lo ha visto quisiera poder mirarle a los ojos y preguntarle si va a dejar que todo se repita por un puñado de votos.