Con la presencia de Abel Prieto, ministro de Cultura de Cuba, Kenia Serrano, presidenta del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos y José Ramón Rodríguez, titular del Movimiento Cubano por la Paz, fue lanzado en la capitalina Casa del ALBA el título Vieques quiere sanar, de la escritora boricua Tere Villegas Pagán, en el […]
Con la presencia de Abel Prieto, ministro de Cultura de Cuba, Kenia Serrano, presidenta del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos y José Ramón Rodríguez, titular del Movimiento Cubano por la Paz, fue lanzado en la capitalina Casa del ALBA el título Vieques quiere sanar, de la escritora boricua Tere Villegas Pagán, en el marco de las actividades de la XIX Brigada Juan Ruis Rivera, colectivo solidario procedente de la Puerto Rico.
El destacado periodista Nicanor León Cotayo, a cargo de la presentación de la obra, destacó que se trata de un «material indispensable para entender hasta dónde ha podido ser ultrajada la condición humana por quien carece de esta. Sus capítulos van a hilvanar una tenebrosa historia de horror, no exenta de repetidos momentos protagonizados por habitantes muy humildes de una islita a poco más de siete millas náuticas con unos 9 mil habitantes.»
«Estamos hoy en presencia de un pequeño grande libro que desde ahora vaticinio como un formidable Yo acuso de estos tiempos. La obra de Villegas Pagán tiene como actor principal al pueblo de Vieques y su rebelión pacífica contra los brutales abusos de la dominación estadounidense». , agregó León Cotayo
Casimar Zenón, miembro del movimiento pacífico que lograra la salida de la marina estadounidense en 2003, explicó que la isla reporta la mayor incidencia de cáncer en toda el área del Caribe como consecuencia del uso de materiales radiactivos en las prácticas militares. Destacó que la retirada de las fuerzas norteamericanas fue una victoria de todo el pueblo puertorriqueño y agradeció la solidaridad manifestada hacia su lucha por países como Cuba y Venezuela.
«Muchos compañeros me han dicho es genocidio lo que está pasando en Vieques. El libro responde a la necesidad de internacionalizar nuestro grito, con la misma intensidad que el dado por la libertad de los Cinco Héroes cubanos y nuestros propios presos políticos, en aras de que el presidente Obama reaccione.», dijo. La autora agradeció al equipo de trabajo de la Editorial José Martí el interés en publicar por medio de su prosa el testimonio y de los habitantes de la isla municipio.
La isla de Vieques se encuentra al sudeste de Puerto Rico. En la segunda mitad del pasado siglo, la marina de los Estados Unidos llevó a cabo expropiaciones de tierras y expulsó por la fuerza a sus propietarios -agricultores y pescadores- y por más de 50 años ocupó parte de su territorio para utilizarlo como polígono de tiro.
En 2000 las continúas demostraciones y las acciones de desobediencia civil a las que se sumaron políticos, artistas, líderes religiosos, estudiantes y trabajadores, lograron la no renovación del contrato de arrendamiento. El 1 de mayo de 2003 el presidente George W. Bush, ordenó la salida de la marina, dando cumplimiento al acuerdo Roselló – Clinton.
Hoy la lucha está dirigida a la descontaminación del lugar y la devolución de los terrenos a sus legítimos dueños. Con ese objetivo han presionada a la administración Obama, la que hasta ahora solo ha realizado lo que Casimar denominó «una seudo limpieza.» Disfrazados de ambientalistas, the U.S Fish and Wild Life (Departamento de Pesca y Vida Silvestre) funge hoy como propietario de las antiguas zonas militarizadas.
Los vecinos de la isla, deseosos de recuperar el medio ambiente local, no advierten avances en la labores emprendidas por el gobierno federal y consideran se trata de un nuevo ardid para prolongar la presencia norteamericana en el enclave.
Según el testimonio de Casimir, se especula que muchas de las sustancias radioactivas han sido enterradas en el subsuelo o hundidas en el mar y como consecuencia es casi una quimera pescar o sembrar en esas áreas. Ya es común asistir a varios funerales en la semana y más de la mitad de los fallecidos fueron víctimas de algún tipo de cáncer. Por si fuera poco las autoridades muchas veces falsean las estadísticas, en un intento de evadir la realidad para no asumir su responsabilidad en el asunto.
Los hechos de Vieques vienen a reafirmar el estatus colonial de Puerto Rico y la indeferencia de la Casa Blanca hacia la desdicha de una comunidad de un poco más de 9 mil habitantes, que pese a todo sigue dando batalla, a una década de su primera victoria.
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