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Villaverde o la semilla de la violencia

Fuentes: Rebelión

En 1996 el Dr. Luis Rojas Marcos escribió el magnífico libro, La semilla de la violencia, cuyo título tomamos prestado para este artículo. Creemos que la violencia es como las semillas: necesita un medio idóneo para germinar y tiempo para brotar. Madrid, antaño la capital de la gloria, es hoy la capital de las obras […]

En 1996 el Dr. Luis Rojas Marcos escribió el magnífico libro, La semilla de la violencia, cuyo título tomamos prestado para este artículo. Creemos que la violencia es como las semillas: necesita un medio idóneo para germinar y tiempo para brotar.

Madrid, antaño la capital de la gloria, es hoy la capital de las obras y del desastre por mor de la política de Gallardón. Esta ciudad, que se resiste al cambio, que recela de lo diferente, cuyos jóvenes se ahogan en botellones y en la nada de un vacío existencial que somos incapaces de suplir, podrá ser 2012 o tendrá el mejor metro del mundo, pero está muy lejos de lograr la adecuada convivencia intercultural.

Los comportamientos violentos no son espontáneos, forman parte del deterioro de los procesos de socialización, su origen es multicausal y no surgen de la noche a la mañana; al contrario, emiten señales, manifiestan síntomas, como las enfermedades, y se agravan porque los actos violentos nos devuelven a las cavernas, a la defensa de un territorio, de una identidad, de una propiedad de la forma más primitiva.

El pasado viernes Constantino Méndez, delegado del Gobierno, calificó de «normales» los días posteriores al asesinato de un joven español el 2 de mayo por otro joven dominicano en el distrito madrileño de Villaverde, a pesar de que el viernes 6 de mayo centenares de jóvenes, perfectamente organizados, atacaron a inmigrantes en la zona. La normalidad también está ausente de Villaverde, porque, con sus 144.000 habitantes, es una de las más deprimidas y con mayores déficits económicos, educativos y sociales.

El 18% de su población es inmigrante y forma parte de un limbo social, ya que se marcharon de su país huyendo de la miseria y la represión y los gobiernos españoles les han negado sus derechos más esenciales. Y quienes más difícil tienen salir de este limbo social son los hijos de estos inmigrantes, nacidos españoles pero sin serlo realmente, despojados de su identidad, sin referentes, ni lugar de origen al que regresar. Son una población muy vulnerable, con serias dificultades para adaptarse a un medio nuevo, desarraigados en un entorno hostil que los desprecia o ignora.

Las migraciones son uno de los procesos que definen estos tiempos de globalización neoliberal, en Villaverde la población inmigrante ha crecido un 35% en el último año. La realidad social de este distrito abandonado por los gobiernos municipal y autonómico de la derecha es cruda, ya que las políticas económicas y sociales de la derecha permiten, por ejemplo, que el desempleo sea mayor que en el resto de la Comunidad de Madrid y que sus centros educativos estén al borde del colapso (el 70% de los profesores ha solicitado el traslado). Todo esto es parte de la normalidad citada por Méndez, aunque después precisó: «Normalidad policialmente hablando».

Mientras tanto, el fascismo español aguarda expectante a que el racismo termine de calar en la población para salir de las catacumbas. Durante el último partido de fútbol del Real Madrid sus hinchas nazis, exhibieron con absoluta impunidad, una enorme pancarta en la que decían que los inmigrantes «nos invaden» y «nos matan», y a continuación pedían «justicia para España».

Manuel tenía 17 años y su agresor 19 años.

* Clara. M Zaglul Zaiter es médico dominicana y reside en Madrid.