El 25 de noviembre fue designado día internacional de la no violencia contra las mujeres en el primer encuentro feminista latinoamericano celebrado en Colombia en 1988. En este día internacional no podemos dejar de prestar atención a un problema tan grave para las mujeres como es el de la violencia de género y más aún […]
El 25 de noviembre fue designado día internacional de la no violencia contra las mujeres en el primer encuentro feminista latinoamericano celebrado en Colombia en 1988. En este día internacional no podemos dejar de prestar atención a un problema tan grave para las mujeres como es el de la violencia de género y más aún si tenemos en cuenta el incremento en el número de mujeres agredidas de forma violenta o asesinadas a manos de su pareja o ex-pareja en los últimos tiempos.
Vivimos en una sociedad patriarcal que ampara este sin sentido. Se ha fomentado una educación machista en la que los hombres se consideran los propietarios de las mujeres y con plenos derechos sobre ellas.
Para evitar todos estos hechos que se producen casi a diario, no es suficiente embellecer el discurso institucional cada 25 de noviembre. Tampoco es suficiente la aplicación de la Ley a los agresores. Hay que implantar en nuestra sociedad una cultura basada en la más completa igualdad y respeto entre los sexos, la cual debe partir desde la primera infancia, que ha de tener su continuidad en todas las etapas de la enseñanza, hasta conseguir de nuestros niños y adolescentes, unos hombres y mujeres que sean capaces de verse y respetarse dentro de los parámetros de igualdad que hoy defendemos las organizaciones progresistas, haciendo todo lo posible para que sucesos como los que vemos casi todos los días en los medios de comunicación no se sigan produciendo, ni tampoco los innumerables dramas anónimos encerrados en las estrechas paredes de la vida de muchas mujeres por ser ellas el sexo oprimido en una Sociedad sexista, desigualitaria y patriarcal.
Hay que seguir denunciando el alto grado de violencia machista que hoy sigue imperando en nuestra sociedad y que un día tras otro, salta a la opinión pública con la trágica noticia de una nueva agresión, un nuevo asesinato, un nuevo caso de acoso sexual o moral en el trabajo.
Tenemos la obligación de sacar a la luz las agresiones. La agresión contra las mujeres no es un problema particular, es un problema que existe y no se puede callar ni ocultar, pero la sociedad patriarcal, pretende que sea un problema familiar, doméstico, que se debe resolver dentro de casa.
Este fenómeno no se puede tratar de forma aislada, es un problema social de comportamientos de opresión de género, es un problema en cuya solución nos tenemos que implicar todas las personas.