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Visita de Obama a Cuba será un acontecimiento, pero ¿histórico?

Fuentes: Rebelión

La visita que realizará a Cuba en marzo próximo el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, será un acontecimiento trascendental, pero el calificativo de histórico dependerá de lo que el actual inquilino de la Casa Blanca diga y cumpla en realidad en lo adelante, en relación con mayor de las Antillas. Su viaje a la […]

La visita que realizará a Cuba en marzo próximo el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, será un acontecimiento trascendental, pero el calificativo de histórico dependerá de lo que el actual inquilino de la Casa Blanca diga y cumpla en realidad en lo adelante, en relación con mayor de las Antillas.

Su viaje a la bien llamada Isla de la Dignidad es otro paso positivo hacia la convivencia en paz entre dos países vecinos que durante décadas han estado confrontados a causa de la política agresiva de sucesivas administraciones de la Casa Blanca hacia el pueblo y gobierno cubanos.

Figuro, por supuesto, entre las millones de personas en el mundo que son partidarias de que las relaciones entre Washington y La Habana deben normalizarse de una vez por todas a partir del respeto mutuo, y en favor de sus respectivos ciudadanos.

Empero, me asaltan muchas interrogantes acerca de los resultados que pueda tener la estancia del mandatario norteamericano en la nación caribeña.

Aun el prolongado bloqueo impuesto por Estados Unidos contra Cuba durante casi 60 años se mantiene prácticamente intacto, la ilegal base militar del Pentágono en la oriental provincia de Guantánamo sigue ahí, y el financiamiento a la subversión interna en la Isla no ha cesado, más bien todo lo contrario, se ha intensificado.

Las incógnitas son entonces justificadas: ¿Anunciará Obama en La Habana que utilizará los poderes presidenciales con que cuenta para comenzar a desmontar la frustrada guerra económica, comercial y financiera que aplica con rigor a quienes serán sus anfitriones?

Como elemento curioso resalta que el mismísimo presidente estadounidense violará las leyes del bloqueo de su gobierno que impiden a sus compatriotas ir libremente a Cuba, y son multados si lo hacen sin autorización, como similar les ocurre a empresas y bancos de terceros países que hacen negocios o transacciones financieras con el decano archipiélago antillano.

De Guantánamo, Obama solo ha dicho que cerrará una de las cárceles más vergonzosas que mantiene Estados Unidos en el mundo, pero no ha pronunciado ni una sola palabra acerca de la devolución de ese territorio usurpado a los cubanos hace más de un siglo.

El máximo representante de Washington ha expresado, sin embargo, que se referirá en La Habana a los Derechos Humanos (DDHH), un asunto sobre el cual discrepan profundamente las autoridades de los respectivos países.

Sería bueno que sus asesores le aconsejen a Obama que se abstenga de abordar en sus intervenciones públicas el tema de los DDHH, porque Estados Unidos tiene poco que mostrar en esa materia, mientras Cuba le puede brindar al respecto cursos de enseñanza, desde primaria hasta postgrados.

La pequeña nación latinoamericana es considerada una de las más solidarias a nivel internacional sobre DDHH fundamentales, entre ellos a la salud, la educación, el deporte y la cultura, por citar algunos.

Desde su mismo triunfo, el 1 de enero de 1959, la Revolución cubana, pese al bloqueo y las continuas agresiones de que ha sido blanco, garantiza a sus habitantes, independientemente de su raza, ideología o credo religioso, el derecho a una vida digna, con atención médica y educación gratuitas en todos los niveles.

En Cuba a partir de 1959 nadie se ha muerto de hambre ni por falta de asistencia sanitaria, y ningún ciudadano negro o de cualquier otra raza ha sido asesinado a balazos en plena calle por policías, como por el contrario ocurre cotidianamente en territorio norteamericano.

En Estados Unidos el hambre y la falta de atención médica causan la muerte diariamente a niños, ancianos, mujeres y hombres pobres que no cuentan con recursos financieros para comer, tener un techo y pagar la salud.

Hay numerosos ejemplos que podrían relacionarse para demostrar que Cuba puede instruir a su vecino del Norte en materia de DDHH, pero este artículo se extendería demasiado.

Washington sabe muy bien el prestigio que tiene la Isla Digna en los rincones más remotos y oscuros de este mundo, y que la solidaridad y la paz han sido siempre sus principales principios, como el respeto a su soberanía e independencia.

Puedo hasta entender que algunos se descoloquen con el alboroto internacional que ha provocado la visita de Obama a La Habana, pero cuidado, digamos claramente que un acontecimiento entre Cuba y Estados Unidos será verdaderamente histórico cuando se levante el bloqueo, se devuelva el territorio de Guantánamo y se ponga fin al financiamiento para subvertir el orden en la Isla.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.