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Presos políticos Mapuche

Vivencia y símbolo de la realidad chilena

Fuentes: Rebelión

La Forestal Trillium, ahora Forestal Savia, compró terrenos en Tierra del Fuego a 2 dólares la hectárea (estaban rematando). Una alcaldesa (Silvia Vera de Porvenir, Partido Socialista -Concertación-) lamenta que el proyecto forestal (de talarlo todo) no se concretara. ¿Quién se opone a toda esa venta descarada del país? El pueblo mapuche ha resistido al […]

La Forestal Trillium, ahora Forestal Savia, compró terrenos en Tierra del Fuego a 2 dólares la hectárea (estaban rematando). Una alcaldesa (Silvia Vera de Porvenir, Partido Socialista -Concertación-) lamenta que el proyecto forestal (de talarlo todo) no se concretara. ¿Quién se opone a toda esa venta descarada del país?

El pueblo mapuche ha resistido al neoliberalismo que se presenta acá en forma no sólo de forestales y eléctricas, sino de bancos como Goldman Sachs que se compran el país y de ONG «verdes» mandatadas por esos mismos capitales, ha «recuperado territorios con una concepción de lucha territorial» como declara la CAM, Coordinadora Arauco Malleco en sus declaraciones… ¿Por eso la persecución salvaje a dirigentes de la CAM?…

Llaitul y Painemil, presos políticos mapuche

Héctor Llaitúl Catrillanca ha sido encarcelado y condenado en un juicio «relámpago» (1) por un montaje, en el que se cuenta un testimonio logrado a punta de torturas a un testigo mapuche que también es hoy preso político. Y no sólo eso, un grupo que podríamos llamar paramilitar detuvo al testigo porque…¿cómo más llamar a un grupo «rural» de civiles armados que entregan a un detenido a la policía con su connivencia?

Luego de un ataque incendiario registrado en la comuna de Chol Chol en diciembre de 2006, Roberto Painemil Parra, comunero de Vilcun (comunidad donde mataron a Matías Catrileo), fue detenido en las inmediaciones del fundo Las Praderas. Estuvo un año preso y lo llevaron a declarar, públicamente, sólo en diciembre pasado (2007). Los medios habían informado que lo habría detenido un «comité de vigilancia rural» conformado por parceleros de los fundos forestales. No se sabe si también había «policías encubiertos» en ese «comité», pero una detención como la sufrida por Painemil es ilegal. Es preciso decir que según declaraciones de Painemil el grupo que lo detuvo estaba armado… (y bien armado)…

Los sujetos que detuvieron al testigo lo golpearon mucho y él sólo en la madrugada se dio cuenta que había sido trasladado a un cuartel de Carabineros. No le explicitaron razones de su detención, no le leyeron sus derechos, no le permitieron hacer una llamada a su familia, no dieron cuenta de su detención al tribunal correspondiente de manera inmediata, lo forzaron a firmar una declaración elaborada por sus agresores, no constataron sus lesiones en el Instituto médico legal (todo consta en una declaración de Painemil). Al otro día de la tortura a Roberto Painemil, se decretó órdenes de detención a varios dirigentes mapuche, entre ellos a Héctor Llaitul Carrillanca, quien había sido perseguido y encarcelado varias veces y procesado por diferentes causas, sin poderle comprobar nunca nada. Las causas contra él, una y otra vez habían sido sobreseídas y absueltas. Llaitul es integrante de la CAM, la CAM reivindica la Wallmapu: el país mapuche.

El testigo contra Llaitul, no conoce a Llaitul

La últimas audiencias de Roberto Painemil fueron el 18 de Febrero y el 4 de marzo. A la del día 18 asistieron cerca de 20 personas (familias, grupo de apoyo de Temuco y

COOAMS, Coordinación de Organizaciones Autónomas Mapuche de Santiago), pero las autoridades restringieron el ingreso a sólo 5 personas. Pamela Pesoa, esposa de Héctor Llaitul logró entrar y esto es lo que relata: «Roberto Painemil declaró ante la Jueza que fue golpeado en múltiples ocasiones, en el estomago, el corazón, que le torcían los brazos, que además jamás se le leyeron sus derechos, ni se le presentó abogado defensor. Además señaló haber sido obligado a acusar a «el negro» supuesto apodo de Héctor Llaitul (apodo que yo no conozco y Héctor es mi marido) para lo cual le mostraban fotos».

El defensor de Héctor LLaitul le preguntó en la audiencia del 18 de febrero a Roberto Painemil: «¿Conoce usted a Héctor Llaitul».

Respuesta de Roberto Painemil: «No».

Pregunta de Abogado: «Escuchó el nombre de «el negro» entre las personas que subieron ese día a su camioneta».

Respuesta de Roberto Painemil: «No».

Ningún medio de comunicación se presentó a dicha audiencia. En la audiencia del 4 de Marzo, las defensas de ambos presos políticos pidieron la revocación de la prisión preventiva de ambos. Los familiares de los Presos Políticos Mapuche de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM), en relación a esa audiencia en Nueva Imperial, informaron que «a solicitud de la defensa de Roberto Painemil Parra y Héctor LLaitul Carrillanca, se determinó poner fin a la etapa de investigación, fijándose 10 días de plazo para que la Fiscalía presente la Acusación formal en contra de los imputados», pero que «al mismo tiempo, se denegó el cambio de medida cautelar, es decir, la excarcelación para ambos imputados solicitada por la defensa». O sea, con toda la debilidad de los argumentos acusatorios para ambos, igualmente la Justicia $hilena se muestra coludida con los montajes.

Declaración de Painemil (2)

«De repente llegaron un grupo de personas, eran como 10 u 8 y un camión que venía de frente… salí de mi camioneta pidiéndoles ayuda, pero ellos me rodearon y me amenazaron y me preguntaron que andaba haciendo y yo traté de explicarles, pero no me creyeron ni quisieron escucharme. Solamente me decían: andai robando, eres un ladrón. Revisaron mi camioneta y dijeron: ¡Aquí hay un arma! Y yo nunca anduve con arma… Ellos andaban todos armados con escopetas, rozón y palos. Y por fin llamaron a Carabineros. Como media hora después llegaron los carabineros y con arma en la cabeza (le pusieron el cañón de la pistola en la cabeza) me dijeron que me arrodillara… después de harto rato me subieron en el furgón detenido y esposado como un ladrón. Me llevaron a la Comisaría y cuando estaba en el calabozo empezaron a llegar y a gritarme: ¡Este era el que andaba quemando! ¡Indio incendiario! ¡Andabai quemando! ¡Vas a ver lo que te va a pasar!

En la mañana bien temprano me interrogaron y después me sacaron del calabozo para interrogarme, andaban de civiles, parece que eran de Investigaciones (Investigaciones de Chile, policía de civil dedicada a delitos especiales, distinta a Carabineros de Chile, uniformados y dedicados a todos los delitos comunes).

Me sacaron los zapatos para interrogarme, me sacaron al patio descalzo entre tres y me tenían en un rincón y me decían que yo había quemado, yo les decía no, y les decía algo y me decían: «estai puramente mintiendo» y me volvían a meter en el calabozo. Después me iban a buscar otra vez y me llevaban a otro rincón del patio me torcían los brazos y me decían que cooperara con la justicia. Luego me volvían a meter en el calabozo me sacaban fotos, me filmaban. Después me sacaron otra vez y me encerraron en el baño que estaba cerca del calabozo. Ahí quedé con uno solo que me empezó a palmetear en la cara. Eran como 6 o 10 personas que me tenían castigándome: venía uno después otro, y así me encerraron como tres veces en el baño. Era un baño chico y una vez trajeron como una maquinita, no se bien lo que era pero tenía unos cables y me la mostraban y me dijeron ¿usted sabe lo que es esto? Yo tenía mucho miedo, tiritaba, me decían que hablara o me iban a fundir en la cárcel y mi familia la iba a pasar muy mal: ¡Corre peligro! (tu familia), me decía uno. Yo (Painemil) vivo con mi mamá y mi papá, son personas mayores, mi mamá está enferma. Me decían que iban saliendo a mi casa y que iban a amarrar a mi mamá, la iban a esposar y a mi papá igual.

La técnica del «malo» y el «bueno»…

Después me llevaron nuevamente a otra esquina del patio y uno alto (un policía) me puso un rodillazo en el estómago y yo ya no aguantaba más, después llegó un crespo de pelo largo que parecía como periodista porque andaba con cámara y me dijo que hiciéramos un trato, que no me iba a pasar nada si nombraba a dos o tres personas: «te vas altiro para tu casa», me decían. Ahí llegó otro que me decía que él se iba a encargar de que me fuera. Yo ya no sabía que hacer solamente lloraba. Nombré a mi primo Ernesto Chachallao, no sabía a quien nombrar y lo nombré. Entonces me dijeron que iba a entrar a una sala y que tenía que decir eso y nombrar a más y más gente. Me tenían en el patio y uno anotaba lo que yo tenía que decir y era pura mentira, pero yo quería salir luego de ahí entonces les dije que sí. Ahí me dijeron que encontraron un arma en mi casa y yo nunca tuve arma, me decían que tenía que decir que Sergio me la pasó o me iban a castigar de nuevo. Había dos personas que escribían lo que ellos querían, y ahí me dijeron que firmara no más, y yo firmé, después me volvieron a encerrar en el calabozo, después de nuevo me sacaron fuera y me hablaron bien y dijeron que tenia que decirle lo mismo al fiscal, tenía que decirle que estaba de acuerdo, tenía que decírselo para irme después.

Nombrar a Llaitul…

Me pasaron unos zapatos que no eran los míos y me hicieron pasar con el fiscal y ahí me mostraron fotos y me hicieron reconocer a la fuerza, personas que yo nunca he visto, que ni siquiera conozco como el caso del peñi Héctor LLaitul que hoy se encuentra preso en Angol, a quien no conozco. Y me obligaron a decir que sí lo conocía.

Me hicieron firmar muchos libros, ahí cualquier cosa que yo quería decir me interrumpían y me decían que ya teníamos un trato y yo, obligado, me humillaba y después me encerraron de nuevo y me hicieron firmar mas libros y un carabinero me dijo que tenía que firmar no más, que yo no tenía derecho a nada.

Como a la una de la tarde me dice mi familia que llegué al Tribunal, yo estaba totalmente perdido.

La Chepa

El Secretariado Internacional de la OMCT (Organización Mundial Contra la Tortura) caratula el caso en que hace referencia a la huelga de hambre de Héctor Llaitul, Patricia Troncoso, José Huenchunao Mariñan, Jaime Marileo Saravia y Juan Millalen Milla, como CHL 181207. En este documento plantea su preocupación por la violación a los derechos humanos de dichos presos políticos mapuche y subraya que el «gobierno prometió» «con el obispo de Temuco como mediador», «a través del ministro del interior», «conformar una mesa de negociación a partir del 17 de diciembre de 2007″… Aunque las mesas de diálogo en Chile no constituyan solución, igualmente no sólo no se cumplió esa «promesa», sino que los beneficios que luego se concedió a la Chepa con los mismos garantes (Iglesia) fueron entregados a regañadientes y sin apuro. Tanto es así que la Chepa tuvo que retomar la huelga de hambre por tres días antes que los recién llegados de sus vacaciones (funcionarios del gobierno y de Gendarmería) pudieran asumir ante ella que tendrá los beneficios (veremos..).

Las autoridades gubernamentales chilenas no muestran premura -ni respeto- aunque se vean arrinconadas por la lucha mapuche. La actitud pública concertacionista no se ve «calmada» (si es lo que quieren demostrar) sino floja, negligente, sometida total a los intereses empresariales y hasta escasamente hábil y de cálculos algo errados…

¿Pensaron que seguirían sirviéndoles las estrategias usadas para acallarlo todo? ¿que sólo seguiríamos los mismos de siempre denunciando con la desesperación de oírnos sólo entre nosotros?… Bueno, se equivocaron, esta vez. Una huelga de hambre empezó una vez más en octubre de 2007 para pedir la libertad a todos los prisioneros políticos mapuche y la desmilitarización de la Wallmapu, y terminó con una Chepa débil físicamente pero más fuerte políticamente que varios ministros del interior juntos. Es cierto que logró algunos beneficios para ella y dos de sus compañeros presos políticos mapuche, que cualquier preso o presa podría pedir luego de los vaivenes sufridos, pero lo que realmente ganó, sin reservas, fue romper el cerco informativo. La actuación de esta mujer tuvo el valor incalculable de mostrar a $hile en todo su esplendor racista, antidemocrático y neoliberal, y sacar -no todos- pero muchos trapos al sol: Los medios de los consorcios derechistas que desinforman cotidianamente, comenzaron a llamar a las organizaciones mapuche y a sus redes de apoyo para que dieran «su versión», entraron en campaña por la vida de la Chepa acciones de movimientos sociales de todo el mundo, y los mismos directores o presidentas de organizaciones internacionales de defensa de los derechos humanos, escribieron de su puño y letra, duras cartas a Michelle Bachelet con verdaderos ultimátum… hasta mi vecino racista se ha quedado con la duda de lo que realmente pasa en Chile, y huele a podrido…

Mientras, Héctor Llaitul y Roberto Painemil volvieron a ser encarceladas en condiciones precarias para la vida y la salud humanas (baños dentro de celdas en que duermen varios presos, por ejemplo), no se sabe cuánto los hostigarán en estos supuestos 10 días… ¿serán 10 días? ¿o la flojera calculada se impondrá otros tantos días?… ¿Los medios de comunicación masivos interrumpirán su farándula para interesarse en la situación de este escandaloso montaje?… ¡Ah! y a propósito ¿qué pasará con la aprobación «interpretativa» del convenio 169 hecha hoy por el Senado? (interpretación que la OIT ha dicho que no aceptará)… Sólo preguntas para una realidad mapuche qué se ha tornado en símbolo de la realidad total que vive el país en que gobierna la Concertación al mando de Michelle Bachelet Jeria, una socialista.

1. En juicio relámpago condenan a dirigente Héctor Llaitul», Lucía Sepúlveda, Viernes 31 de Agosto de 2007, blog Periodismo Sanador (http://periodismosanador.blogspot.com)

2. Declaración de ROBERTO PAINEMIL PARRA, PRESO POLÍTICO MAPUCHE, RECLUÍDO EN LA CARCÉL DE LAUTARO, hecha el 4 de octubre de 2007.