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Vivienda, un problema social aún en busca de solución

Fuentes: IPS

Investigadores han señalado que en Cuba la tasa de construcción de viviendas por el Estado ha sido menor que la tasa de crecimiento demográfico.

El gobierno cubano ha anunciado que este año dará «máxima prioridad» al Programa nacional de la Vivienda, un sector que  se mantiene desde hace décadas como el “principal problema social acumulado» en este país insular del Caribe de 11,2 millones de habitantes.

El envejecimiento de inmuebles, su deterioro por la falta de mantenimiento, los frecuentes derrumbes, los huracanes y la disminuida capacidad constructiva del Estado, constituyen males crónicos en el país, según coinciden autoridades y diversos estudios sobre el tema.

La reciente explosión que dejó en ruinas el emblemático hotel Saratoga en esta capital motivó un esfuerzo adicional del Estado para proveer de viviendas a familias afectadas por la tragedia, que hasta el 13 de mayo cobró 46 vidas, dejó más de 95 lesionados, algunos de gravedad, y privó de sus casas a varias familias.

Orlando Vigil Valdés, delegado del Ministerio de la Construcción en La Habana, explicó que se levantarán ocho inmuebles en el municipio de la Habana Vieja, donde está enclavado el Saratoga. En una zona de los alrededores se espera construir en menos de tres meses dos de  las edificaciones previstas, destinados  a quienes residían en uno de los edificios dañados, colindante con el hotel.

La construcción de viviendas para damnificados, habitual tras el frecuente paso de huracanes, también se ejecutó después que el 27 de enero de 2019 un poderoso tornado que azotó cinco municipios densamente poblados de esta urbe, con saldo de seis fallecidos, casi 200 heridos y cuantiosos daños materiales.

Datos estadísticos indican que en el país existe un déficit habitacional de casi 863 000 unidades.

Sin solución a corto plazo

La respuesta social inmediata de las autoridades a la pérdida de moradas por el accidente en el Saratoga, no empequeñece el hecho de que la falta de casas y el deterioro de las existentes al parecer no tendrá una solución a corto o mediano plazo, de acuerdo con los más recientes reportes oficiales.

Según datos brindados en sesiones previas a una reunión extraordinaria del parlamento unicameral cubano realizada del 14 al 16 de mayo,  hasta el 30 de abril se terminaron en el país 7 914 viviendas de las 37 991 previstas para 2022.

De los inmuebles terminados, más de 3 200 son por la vía estatal y 1 064 células básicas habitacionales, compuestas por una habitación, baño y cocina-comedor de mampostería y cubierta ligera, que pueden ser ampliadas por sus propietarios, quienes construyen mediante subsidio estatal.

Cerca de 3 600 del total construido hasta el momento corresponden a esfuerzo propio de la población, de acuerdo al informe presentado por la Comisión de Industria, Construcciones y Energía de la Asamblea Nacional del Poder Popular. En tanto, la entrega de inmuebles para beneficiar a madres con tres hijos o más marcha al 12 % del plan anual.

Para 2022 el sector se propone incrementar la producción de cemento hasta  1 400 toneladas y satisfacer la demanda de la población con la comercialización de muebles sanitarios y enchape cerámico para las células básicas habitacionales planificadas.

Durante 2021 se terminaron en Cuba 18 645 viviendas de planes estatales, subsidios y por esfuerzo propio, equivalentes a 42 % de las 44.652 moradas previstas en el plan anual.

En octubre de 2021 el Parlamento cubano presentó los resultados de una fiscalización al ministerio de construcción en el que se concluyó que el país mostraba una tendencia al decrecimiento e incumplimiento del plan estatal y los subsidios para edificación de hogares.

El documento admitía la insatisfacción de la población con el Programa de la Vivienda en general, por morosidad en los trámites, pérdida de recursos materiales, subsidios sin terminar de años anteriores y recursos financieros inmovilizados en los bancos por ese concepto.

Un nuevo programa

Desde 2018 se formalizó un nuevo programa de construcción de viviendas, a través del cual se planifica recuperar el déficit actual en un período de 10 años y en base a la producción municipal de materiales de la construcción  deficitarios como cemento, bloques y cabillas (barras de acero corrugado).

En los dos primeros años (2019 y 2020) se terminaron 91.863 viviendas, aunque no se cumplieron los planes estatales (86 %) y de los subsidios (85 %). Al término de 2020, el fondo habitacional nacional era de 3 946 747 viviendas. El 63 % se encontraba en buen estado técnico (2 493 894) y el resto estaba calificado de regular y malo (1 452 852).

Para el sector de la construcción como para otros, su recuperación pasa por una reactivación de la debilitada economía con un crecimiento rápido de la producción que además ponga freno a la desbocada inflación que rebasa los salarios de los trabajadores estatales y las pensiones de los jubilados.

Pero el embargo económico de Estados Unidos y el impacto de la pandemia covid son poco auspiciosos para solucionar la crónica falta de liquidez, insuficiente inversión extranjera, falta de acceso a los mercados de capital, todo ello en medio de la reducción de ingresos por turismo y las remesas.

En virtud de leyes aprobadas en los primeros años de la Revolución, la mayoría de los ciudadanos se convirtieron en dueños de sus casas. La Ley de Reforma Urbana de 1960 entregó las propiedades de las viviendas a quienes las habitaban, prohibió la venta o el arrendamiento, abolió la construcción privada hasta 1970 y suprimió las hipotecas.

Mercado inmobiliario

Como parte de las reformas estructurales implementadas en la isla, y posteriores medidas, se autorizó la compra-venta de una vivienda a precios de mercado, se garantizó el derecho a la herencia y la transferencia de viviendas a familiares de emigrantes cubanos.

Además, las autoridades impulsan la construcción de sus propias casas por la población para lo cual liberó la venta de materiales de construcción, otorga subsidios a familias vulnerables –en especial los afectados por los huracanes– y microcréditos para construir o reparar viviendas.

Estas medidas han contribuido a un auge en la construcción y reparación por particulares y la expansión de un mercado inmobiliario donde se ofrecen casas en venta, a elevados precios y muchas en dólares estadounidenses. En la isla no hay empresas formales dedicadas a la construcción.

En los últimos meses, abundan los anuncios de venta de casas en Cuba, y es frecuente que las personas incluyan en su oferta muebles, electrodomésticos, entre otros enseres para el hogar.

Fuente: https://www.ipscuba.net/espacios/vivienda-un-problema-social-aun-en-busca-de-solucion/