Tras conocer el borrador del anteproyecto LOMCE presentado por el ministro Wert podemos afirmar,-ahora ya por desgracia con conocimiento real de lo escrito- que éste recoge lo más negro e impresentable del doctrinarismo ultramontano español de los siglos XIX-XX. Se cruza otra vez en nuestras vidas el intento de plasmar una visión política oligárquica y […]
Tras conocer el borrador del anteproyecto LOMCE presentado por el ministro Wert podemos afirmar,-ahora ya por desgracia con conocimiento real de lo escrito- que éste recoge lo más negro e impresentable del doctrinarismo ultramontano español de los siglos XIX-XX.
Se cruza otra vez en nuestras vidas el intento de plasmar una visión política oligárquica y excluyente que tiene su pilar clave en la entrega del sistema educativo a la Iglesia católica para que su jerarquía moldee una sociedad manipulada y sumisa.
Nada nuevo bajo el sol. Remedan burdamente la forma de actuar del fundamentalismo islámico, del wahhabismo intransigente. Imponen -por ley- unos valores religiosos minoritarios a una mayoría que no los secunda.
Creen en su fanatismo que forzando la Constitución y arrasando derechos «sacarán del error, recuperarán para la fe» al españolito medio hoy tan descreído.
Y utilizan para ello los resortes que les proporciona gobernar como si sus decisiones tuviesen el apoyo de la inmensa mayoría de la sociedad, obviando que llegaron al poder hace un año como la minoria más votada -ahora serían mucho menos- y que una Ley Electoral injusta les dio la mayoría absoluta de escaños.
Volvemos a encontrar en la escena , representando el papel que borda desde hace siglos (acumular privilegios), a la Iglesia católica.
Como gusta, a la sombra del poder y amparando con su silencio las tropelías que el gobierno PP comete. No importa cambiar mutismo por prebendas.
La ley Wert viene cargada de regalos para la Conferencia Episcopal y sus acólitos. De un plumazo han vuelto a la etapa histórica contemporánea donde mejor se han sentido: el nacionalcatolicismo.
Y los neofranquistas del Partido Popular ,que cada día disimulan menos su querencia y reivindican más la memoria de sus mayores, les han servido en bandeja el mejor de los presentes : la cabeza de la enseñanza pública.
No vamos a entrar en este texto a desmenuzar las barbaridades del anteproyecto LOMCE. Os invitamos a que visitéis las webs de CEAPA, STEs-intersindical, Movimientos de Renovación Pedagógica, Sindicato de Estudiantes, CGT, CC.OO, UGT… y saquéis vuestras propias conclusiones sobre el proyecto.
No nos dejemos cegar por el humo –cuestión lingüística, inmersión, papel del catalán– pese a que a priori sea lo más llamativo. Es el títere, la marioneta de mano, que enseñan para desviar la mirada. Pretenden atizar una polémica que oculte el trasfondo mayor. Y no podemos olvidar que en ese trasfondo, una vez superen el encontronazo «castellano / catalán» coinciden al cien por cien -diseño económico, social y religioso- CiU y PP.
En el articulado está planificada la muerte de la enseñanza pública que se convertiría en residual y destinada a la marginalidad. Sin disimulo se amplían los años de vigencia de los conciertos en primaria, se les permite la posibilidad de crear más plazas en nombre de una supuesta «demanda social» (¡que curioso!, cuando la sociedad demanda trabajo o vivienda digna no debe hacerse caso) o se introduce el adoctrinamiento en el curriculo equiparando la asignatura de Religión por ejemplo en 2 º de Bachillerato con las específicas, ¡igualándose a Filosofía o un Segundo Idioma!
A la hora de las notas, al profesor mandatado por el Obispo (que lo nombra y quita a voluntad pues sólo tiene que presentar para trabajar una hoja inmaculada de sumisión a la Santa Madre) le otorgan los mismos derechos que a un funcionario público que consiguió su plaza no por el «dedo» -por muy divino que éste sea- ni la fe, sino por aprobar unas oposiciones en las que le exigieron ciencia y conocimientos.
Y para que vuelvan al redil los «clientes» perdidos a raudales, ponen a competir Religión con una materia evaluable y más dura, lanzando el nada subliminal mensaje de «la nuestra es una María. Cógela» .
Con el resto de los artículos (reválidas, figura de director, segregación, educación para la competencia y conversión del alumnado de FP en mano de obra gratuita al servicio del empresario sin escrúpulos, perdón, del «emprendedor» aventajado…) tenemos para escribir un tratado de mala praxis educativa.
Sólo por la redacción del texto e intenciones que éste desprende, el señor Wert y sus asesores (en la camarilla seguramente estarán bien representados todos los grupos vaticanistas posibles, de Opus a neocatecumenales pasando por legionarios de distintos pelajes) merecerían ser castigados -homenajeando de paso al modelo educativo con el que se identifican- de rodillas, brazos en cruz, cara a la pared y orejas de burro.
Nosotros en cambio, si no queremos ser castigados como sociedad con la pérdida de todas las libertades, debemos tener muy en cuenta que el anteproyecto ni es gratuito ni fruto de la casualidad, responde a un pensamiento ideológico concreto y clasista en el que a la mayoría de los españoles se nos ve como ciudadanos de segunda, con deberes y obligaciones pero sin derechos.
La ley plasma meridianamente la creencia de que una sociedad que proteste y no se calle es peligrosa para los intereses del cesaropapismo del XXI, la alianza del trono y altar que los grupos de pensamiento del «tea party» idean en Estados Unidos y las FAES ejecutan aquí.
Por ello su interés en limitar el acceso a la educación superior a las clases populares y conseguir que la formación en colegios e institutos esté enfocada a crear ciudadanos de » ley y orden», acríticos y sumisos.
Ya sabemos la entidad del ataque. Van muy en serio. Sin titubear.
Ejemplo de ello: exterminan la asignatura de Educación para la Ciudadanía a la par que le dan carta blanca a la segregación por sexos en colegios ultrarreligiosos pese a lo que diga la Constitución.
¿Cómo oponernos? A corto plazo participando en todas las movilizaciones que se produzcan en contra del anteproyecto. Sin ir más lejos, el próximo jueves 13 de diciembre está convocada la Jornada Estatal de Lucha bajo el lema: «Frente a los recortes y la LOMCE DEFIENDE LA ESCUELA PÚBLICA» que culminará con manifestaciones y concentraciones en todas las provincias a las 18 horas.
¿Y a largo? Explorando fórmulas de resistencia y contraataque. En una de ellas los diputados de IU en Andalucía tienen una buena oportunidad de demostrar que su apoyo al PSOE no es «gratis total». Y de camino aportar alternativas y contribuir a poner en el debate educativo un contrapeso.
Me explico:
Cuando hasta el propio exministro Maravall (padre de la LOE) ha cuestionado la deriva que ha llevado a convertir una enseñanza concebida como subsidiaria de la enseñanza pública (la concertada) en alternativa primero y privilegiada después, cuando Rubalcaba o la consejera Moreno se han horrorizado cara a la galería de lo que significa el proyecto Wert, ¿por qué no presionan que el gobierno andaluz presente un recurso de inconstitucionalidad y a la vez anuncian que idearán todas las formas posibles de de no aplicar la LOMCE hasta que el Tribunal decida?
Mientras tanto los ciudadanos debemos reivindicar un nuevo modelo educativo, una propuesta alternativa explícita y aireada, no como las que ejecuta el PP con alevosía y ocultamiento, que recogería:
-En nuestro país sólo puede existir un modelo educativo. Se podrá optar por la Educación Pública sostenida por fondos públicos o por la Privada, cuyo coste correrá totalmente a cargo de los usuarios de esta modalidad, sin financiación del Estado.
-Debe desaparecer progresivamente la enseñanza concertada (no se renuevan los conciertos), permitiéndoles a quienes ahora hacen de la educación un negocio predicar con el ejemplo y animarlos a que se conviertan en Centros Privados de verdad, mantenidos exclusivamente por el dinero pagado por los padres usuarios del servicio.
-Salida de la asignatura de Religión del curriculum educativo. Quien en uso de su libertad desee ser adoctrinado, que acuda en sus ratos libres a catequesis de iglesia, charlas de mezquita, coro evangelista, sede de partido o curso de sindicato.
Por último, y antes de que con la moda retro vuelva la figura del censor y el «nihil obstat», intentemos no olvidar algo básico: puede que muchos de los dirigentes conservadores vivieran la placidez del franquismo, pero las clases populares que lo sufrimos sabemos lo que significó la represión, y marginación de los trabajadores
También «saboreamos» en nuestras espaldas el poder omnímodo de las élites. Curas con autoridad y señoritos incluidos.
Ese es el modelo que los doctrinarios del PP han puesto sobre la mesa con el anteproyecto de la LOMCE. Si ellos no dan marcha atrás y rompen unilateralmente el contrato donde se recogían nuestros derechos: ¿por qué debemos asumir las obligaciones que nos imponen?
Juan Rivera, miembro del Colectivo Prometeo y del Frente Cívico
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