Con este título se desarrolló la conferencia que Javier Couso pronunció el jueves en el Club de Prensa de LNE con la colaboración de ASCIZ, PCA y JCA, y con la participación de Roberto Sánchez Ramos, concejal del Ayuntamiento de Oviedo, y de Xuan Cándano, director de la revista Atlántica XXII. Un carro de combate […]
Con este título se desarrolló la conferencia que Javier Couso pronunció el jueves en el Club de Prensa de LNE con la colaboración de ASCIZ, PCA y JCA, y con la participación de Roberto Sánchez Ramos, concejal del Ayuntamiento de Oviedo, y de Xuan Cándano, director de la revista Atlántica XXII.
Un carro de combate de los EEUU disparó sobre José Couso cuando éste filmaba imágenes en 2003, desde una pequeña terraza del piso 15º del «Hotel Palestina» en Bagdag.
Desde el fracaso de EEUU en Vietnan, las guerras sólo pueden ganarse cuando se controlan los medios de información. De la invasión de Iraq sólo interesaba al ejército estadounidense la imagen del derribo de la estatua de Saddam Hussein, nada más. La posibilidad de cualquier otra imagen tenía que ser aniquilada y así hicieron, no sólo con José Couso, sino también con numerosos periodistas de otros medios de comunicación que también fueron asesinados.
Javier Couso habló de los siete años y medio que llevan luchando contra las instituciones del Estado español para no asesinar, por segunda, vez a su hermano con el olvido. Porque, añade, que el olvido sería como volver a asesinarlo de nuevo. Es deseo de la familia que se haga justicia y poder así enterrar definitivamente a José.
Buena parte de la charla se centró en la actitud de manifiesta complicidad y de sumisión que el Gobierno español mantiene con respecto a EEU. En absoluto se están cumpliendo los acuerdos bilaterales existentes entre los dos países en cuanto a la colaboración judicial, sino al contrario, los hechos están poniendo de manifiesto la sumisión y vasallaje que nuestrol Gobierno mantiene con los EEUU. Es la misma relación que existe entre la metrópoli y la colonia.
Los documentos de Wikileaks no hacen más que confirmar, dolorosamente, lo que ya sabíamos y que realmente estaba sucediendo en el proceso de ralentización y de entorpecimiento de la justicia por parte de todos y cada uno de los estamentos de los tres poderes, desde el legislativo, desde el judicial y sobre todo desde el propio Gobierno.
Así es que en el Parlamento, ninguno de los partidos relevantes como el PSOE, PP, PNV y CiU tuvieron un momento para apoyar la querella contra los tres militares procesados, ni tampoco para condenar los hechos. Mientras que el poder judicial realmente se atenía en todo momentos a las instrucciones del Gobierno.
Ahora sí parece que el Juez Santiago Pedraz intenta realizar una visita al lugar de los hechos, a Bagdag, para obtener referencias propias y una visión personal del lugar del crimen. Trata de poder llevar adelante el proceso contra los tres militares estadounidenses responsables de los disparos y del asesinato.
En ningún momento EEEU estuvo dispuesto a colaborar con la justicia, ni siquiera a responder a los requerimientos que se realizaron. Por otra parte, del lado del Gobierno español, tampoco hubo la más mínima colaboración, sino al contrario, el entorpecimiento y la intervención ante el poder judicial con el fin de detener todo el proceso.
Ahora, por los documentos de Wikileaks, sí hay constancia de la subordinación a las imposiciones de EEUU por parte de la Vicepresidenta Fernández de la Vega, del Fiscal General del Estado, del Fiscal de la Audiencia Nacional y del resto de las instituciones. Sobre todos estos hechos, la próxima semana, Javier Couso, espera que se pueda presentar denuncia por revelación de secretos, desprotección a la familia Couso y por encubrimiento, quedando en manos de la fiscalía el desarrollo de la denuncia.
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