En Izquierda Unida el 90 por ciento de los delegados están de acuerdo en cómo afrontar la crisis económica, ese es el porcentaje de apoyo que tuvo la Declaración de Rivas sobre esa cuestión. En la IX Asamblea Federal de Izquierda Unida celebrada este fin de semana en la localidad madrileña de Rivas Vaciamadrid, no […]
En Izquierda Unida el 90 por ciento de los delegados están de acuerdo en cómo afrontar la crisis económica, ese es el porcentaje de apoyo que tuvo la Declaración de Rivas sobre esa cuestión. En la IX Asamblea Federal de Izquierda Unida celebrada este fin de semana en la localidad madrileña de Rivas Vaciamadrid, no fueron capaces las cinco candidaturas para la dirección en designar coordinador. La razón es sencilla, hace mucho que los documentos políticos que se aprueban en las asambleas de IU no tienen ninguna trascendencia, no se traducen en iniciativas institucionales, no vinculan de forma obligada a sus representantes e incluso ni son distribuidos a los militantes ni publicados después por la organización. En cambio, decidir quien va a dirigir la organización, eso ya es otra cosa. En las Asambleas hay unos ingenuos y honestos militantes que se desgañitan a proponer, debatir y votar documentos y enmiendas políticas, mientras otros, que ni saben lo que se decide en los documentos políticos, están decidiendo quienes van a ser los dirigentes. El final de esta Asamblea sin elegir coordinador general ha sonado a muchos a algo así, como «ya lo elegiremos luego que ahora hay mucha gente».
Es curioso pero ha habido dos cuestiones que parece que nunca se plantearon en la Asamblea, la posibilidad de preguntar a los militantes y el porcentaje obligado de renovación de las direcciones. Sobre el primer punto es verdad que no forma parte de los estatutos, pero para eso está una Asamblea para dotarse de forma soberana de los mecanismos que deseen. En cuanto a la renovación, primero Julio Anguita propuso una renovación del cincuenta por ciento de los miembros de todas las direcciones, el único documento que lo planteó fue el del PCE que propuso que sólo la dirección general, después ya se quedó en un tercio y, al final, el mecanismo de elaboración de las listas no establecía ninguna obligación por lo que el resultado del nuevo Consejo Político Federal no se ha visto comprometido con ningún porcentaje de renovación.
Luego están los censos, denunciados por todos los sectores como irregulares, y lo que es peor, con razón de todos, hasta el punto que para algunos, también lo sugirió Julio Anguita, la única forma de sanearlos, es ponerlos a cero y que quien lo desee tenga de nuevo que volver a afiliarse. Por supuesto, nada de ello se planteó en Rivas Vaciamadrid, y mucho menos en la fase de preparación.
En conclusión, que los militantes de Izquierda Unida deberemos seguir comprando el periódico para poder enterarnos de quien es nuestro coordinador. Hay también un documento político aprobado, pero nadie se quedó con ninguna copia.
Anécdota:
Durante toda la Asamblea funcionó una página web gestionada por diversos blogs de militantes de la organización que con diligencia, talento y simpatía comentaban minuto a minuto el desarrollo del encuentro. En contraste, la página weg oficial de Izquierda Unida ofrecía como noticia el vídeo de la noticia de TVE1 anunciando Gaspar Llamazares su dimisión en Asturias hace casi un mes y una convocatoria para una manifestación de hace cuatro días. La última noticia de la Asamblea es del cuatro de noviembre. Además, la web está hackeada hace cuatro días sin que nadie se haya molestado en arreglarla ni quitar el mensaje de hacker. Sin duda, ese contraste es la mejor evidencia del abismo entre la dirección y la militancia.