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Un repaso a las letras muestra la presencia permanente de la lucha obrera sobre las tablas del Teatro Falla

«Yo soy la voz de la clase obrera», una reivindicación histórica del Carnaval de Cádiz

Fuentes: Apuntes de Clase

Le dice un hijo a su madre: «Así no puedes irte a trabajar / o es que no te estás viendo / que no te puedes ya casi mover / y te estás consumiendo / Llama a tu jefe y dile por favor / que otra vez has recaído / que apenas puedes ponerte derecha […]

Le dice un hijo a su madre: «Así no puedes irte a trabajar / o es que no te estás viendo / que no te puedes ya casi mover / y te estás consumiendo / Llama a tu jefe y dile por favor / que otra vez has recaído / que apenas puedes ponerte derecha / ni pegar dos pasos / con los pies doloridos / Vístete que te acompaño / y nos vamos para urgencias / no me seas más cabezota / que esta va a ser tu sentencia». Le dice la madre al hijo: «Tú lo ves muy fácil / o te crees que no quiero / pero hijo, qué hago / si es el sueldo que entra / Cómo tiro p’alante, con tu padre parao / con 700 euros estirando el sueldo, / haciendo malabares / Pensando tós los días / que quedan diez años para jubilarme / y me comen los dolores / que no puedo ni agacharme». Y dice, sigue diciendo esta letra: «Y dice la señora Celia Villalobos / que tanto pensionista y tanto jubilado viviendo del cuento / es un robo / Maldita sea tu estampa / política indecente / que compares tu vida y tu patrimonio / con el resto de la gente / 30 años de poltrona / ha costao a los ciudadanos / cómo te atreves señora / con comentarios tan chabacanos / Qué sabrás de los que sufren / si no has trabajao en tu vida / y no te duelen las manos». Con música suena así:

Es un pasodoble de la comparsa El Pueblo Llano , que en su estreno sobre las tablas del Teatro Falla, donde se celebra cada año el Concurso Oficial de Agrupaciones del Carnaval de Cádiz (COAC), ha llegado a las semifinales. Tiene otra letra que habla del olor a café y tostadas en cualquier bloque de pisos de una humilde barriada, del trabajo de los marineros, de las arrugas en la piel de soportar el frío en mitad de los olivos, de esos, de los jornaleros. «La conciencia de clase está presente siempre desde el origen en el Carnaval de Cádiz porque la mayoría de la gente que escribe eran obreros», explica el presidente del jurado del pasado año, el periodista Juan José Téllez. Paco Alba, considerado creador de la comparsa y de cuyo nacimiento se celebra este año su centenario, trabajaba en los astilleros. Eran de clase obrera Antonio Rodríguez El tío de la tiza y Manuel López Cañamaque. «Y Antonio Martín y Pedro Romero también eran obreros. Estamos hablando de una cultura literaria y musical que no nace de la burguesía», añade.

 

Puedes seguir leyendo este artículo en Apuntes de Clase, el suplemento de La Marea dedicado al mundo laboral, coordinado por Antonio Maestre.