Todas las personas somos iguales ante la ley. Bueno si eres gay, lesbiana, transexual o bisexual no. No puedes casarte o constituirte en pareja de hecho. No puedes cobrar la pensión de viudedad. No tienes derecho a cobrar la indemnización por fallecimiento en caso de accidente de trabajo o enfermedad profesional de tu pareja. Olvídate […]
Todas las personas somos iguales ante la ley. Bueno si eres gay, lesbiana, transexual o bisexual no. No puedes casarte o constituirte en pareja de hecho. No puedes cobrar la pensión de viudedad. No tienes derecho a cobrar la indemnización por fallecimiento en caso de accidente de trabajo o enfermedad profesional de tu pareja. Olvídate de la herencia y un largo etcétera de derechos, pero recuerda pagar tus impuestos y recuerda que tienes unos deberes y obligaciones con tu sociedad.
El pasado martes 29 de junio en el Congreso de los Diputados se dio el primer paso para acabar con esta anomalía legal y anticonstitucional que ha durado todos y cada uno de los años de libertad democrática en España. Cualquier persona podrá casarse o unirse como pareja de hecho y gozar de todos los derechos y por supuesto obligaciones que este paso conlleva. Se podría interpretar como una victoria social pero más bien deberíamos avergonzarnos por haber permitido que esta situación se prolongase en el tiempo. Pero un primer paso es un primer paso aunque no olvidemos dar un segundo… Acabar con la discriminación que sufren gays, lesbianas, transexuales y bisexuales supone equipararlos en derechos en su integridad, sin que quepan medias tintas. Ello incluye el derecho de adopción como pareja o matrimonio. El Gobierno ha de ser coherente y si realmente quiere erradicar la discriminación por orientación sexual, debe regular esta realidad social.
El derecho de adopción debe reconocerse igualmente en beneficio del menor. Desgraciadamente esto no ocurre en muchos casos. Una pareja estable de gays, lesbianas, transexuales o bisexuales que educa un hijo conjuntamente, si uno de los dos falleciera y fuera el que tiene atribuida la patria potestad, legalmente a la otra persona, que lo está educando y criando, no le corresponde ningún derecho jurídico. Pero Igualmente ocurre cuando se da una separación de esa pareja: la persona que no tiene la patria potestad que se olvide de poder visitar a su hij@, y el menor de ver a su padre o madre. La realidad social existe y lo que hay que hacer es regularla. El avance de la ciencia con las técnicas de reproducción asistida y con la apertura de la adopción internacional, han dado nuevos colores a la estructura familiar. Que sean mejores o peores solo depende de las personas no de la propia estructura. El concepto de familia en nuestro derecho es laico y democrático, por lo que no cabe mantener ningún tipo de discriminación por orientación sexual. Izquierda Unida considera que no hay lugar para las medias tintas cuando se habla de derechos humanos y políticas integradoras, cuando se habla de derechos sociales y civiles, porque no son derechos negociables. El primer paso esta dado, IU va a exigir que se de el segundo y los que hagan falta para que todos seamos iguales ante la ley. Estas reivindicaciones son tan justas como necesarias, simbolizan la apuesta por un mañana de personas libres e iguales, por una sociedad en la que nuestros hijos no sean juzgados ni por el color de su piel, ni por sus creencias, ni por su orientación sexual, ni por su identidad de género, y que sus derechos sean plenamente reconocidos. Hoy en España se le niega a miles de personas la posibilidad de ser felices, de realizarse afectiva, familiar y por qué no decirlo también sexualmente. Puede ser tu hermano o hermana, un vecino o vecina, un compañero o compañera de trabajo quizá tu hijo o hija. Todo por culpa de esta sociedad educada en la homofobia. Los tiempos cambian, eso es verdad, pero es nuestra responsabilidad, de todos, hacer que los cambios sean lo menos traumáticos y lo más efectivos posibles para la sociedad. La primera conquista; la equiparación de derechos. La segunda; la normalidad social. Desde EU seguiremos luchando, porque la única batalla que se pierde es la que se abandona y porque otro mundo es posible. No es fácil pero tampoco muy difícil, tan solo hay que recordar que… Yo te respeto, tu me respetas.
* Isaura Navarro. Diputada por Izquierda Unida